Hno prepósito general
Al Reverendo padre
Adolfo Nicolás PACHÓN, s.j.
Superor General de la Compañía de Jesús
Con motivo de que, el 7 de octubre próximo, se celebra el 3º aniversario, de vuestra oración, por la intersección de San Ignacio, para que la Órden sea bendecida por Dios, dándole el anhelo y el empeño constantes de actuar en todo con criterios evangélicos y de discernir permanentemente cuál es la voluntad de Dios para ponerla en Práctica.” dirigida al suscrito y a
Doy las gracias al Superior General, el padre Adolfo Nicolás SJ, por haberse hecho intérprete de nuestros sentimientos y de nuestro compromiso de responder a las expectativas que la Iglecia pueda tener en nosotros.
Deseo dirigirle a usted y a todos los Hermanos de
Mi sentimiento de gratitud se
extiende a sus más directos colaboradores, y a todos los jesuitas esparcidos
por todas las partes del planeta. Que a todos y a cada uno llegue mi saludo,
que sigue con afecto y estima el múltiple y apreciado trabajo apostólico de los
jesuitas.
Los Caballeros y Damas de la Orden , estamos cumpliendo nuestra
misión sintetizada en la feliz expresión que San Ignacio propuso en sus
Ejercicios Espirituales, n 233, como “en todo amor y servir, y ello, con el
propósito de buscar siempre “la
Mayor Gloria de Dios”, y afrontamos los desafíos del mundo
moderno con la fidelidad a Cristo y a la Iglesia que caracterizó la acción profética de
san Ignacio de Loyola y de sus primeros compañeros.
Nuestro principal esfuerzo, está dirigido al desarrollo y movilidad social, a las ciencias políticas, las relaciones internacionales.
"Militar para Dios bajo la bandera de la cruz y servir sólo al Señor y a
Se trata de una
"peculiar" fidelidad, confirmada también, por un voto de obediencia
inmediata al Sucesor de Pedro "perinde ac cadaver".
Esta fidelidad, constituye el
signo distintivo de la Orden ,
la Iglesia
tiene aún mayor necesidad hoy, en una época en que se advierte la urgencia de
transmitir, de manera integral, a nuestros contemporáneos, distraídos por
tantas voces discordantes, el único e inalterado mensaje de salvación que es el
Evangelio, "no como palabra de hombres, sino cual es en verdad, como palabra
de Dios",
Reverendo y querido padre, estoy
persuadido de que la Compañía
advierte la importancia histórica de vuestra bendición, tal como san Ignacio lo
trazó en la Formula Instituti:
la fidelidad amorosa a vuestro carisma será fuente segura de renovada
fecundidad"
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