Nos encontramos frente una gravísima y dolorosa situación creada por el secuestro de dos Arzobispos Metropolitanos en la histórica ciudad de Alepo, hoy ciudad mártir. Uno de ellos es jerarca de
La noticia ha conmocionado al mundo. Se alzan voces en los cinco continentes para denunciar esa terrible violación a los derechos humanos y a los derechos más sensibles: derecho a la Fe y a la religión de las personas y derecho a la dignidad, derechos aún más simbólicos en este caso dado que los secuestrados son religiosos y miembros de la más alta jerarquía de sus Iglesias que retornaban a sus sedes eclesiásticas luego de una labor humanitaria, dada la injusta y aterradora situación a la que se halla sometida la población civil, nuestro prójimo.
Hacemos nuestra la angustia de quienes sufren las pérdidas de sus derechos, de sus familiares y de sus seres queridos, y elevamos nuestras oraciones al Altísimo, a Dios Padre, Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, a su Divino hijo Jesucristo, y al Espíritu Santo de Dios, para que se ponga fin de inmediato esta situación de secuestro haciendo retornar con vida a los Arzobispos secuestrado y poniendo fin a esta lucha desgarradora que ha destruido ciudades históricas donde San Pablo predicó, y está hundiendo al honorable y sufriente pueblo de Siria en un injusto marasmo que afecta a las relaciones humanas hasta límites inimaginables.
Unidos en Cristo Jesús
y en María Santísima, oremos por el
fructífero pontificado de S.S. el Papa Francisco,por Su Eminencia Reverendísima,
Mons Mario Poli Arzobispo de Buenos
Aires, y por el Padre General de la Compañía de Jesús Adolfo Nicolás S.J.
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