domingo, 6 de abril de 2025

Ignacio Ciro Xavier de Arteaga-Lazcano e Idíaquez. Señor de la Casa de Lazcano (XX), marqués de Valmediano (IV), conde de Corres Estella (Navarra), 1.VI.1748 – Madrid, 15.VII.1817. Noble y hacendado. Caballero de la insigne Orden del Toisón de Oro Caballero de Orden militar Cortesano, Gentilhombre de cámara Grande de España Militar, estuvo emparentado con los reyes de Castilla y Navarra. San Ignacio de Loyola pertenecía a esta familia.


En este como en alguno de los otros linajes, se ha usado la verdadera ortografía del apellido: Los Lazcano de la Argentina, después de 1810, más o menos suprimieron la preposición “de” y cambiaron la “z” por la “s”. El primer caso es el Bisabuelo del fundador de la Soberana Compañía de Loyola, "Don Francisco Javier de Lazcano e Igarzabal" registrando a su hija Como "Vicenta Lascano Hernández" abuela de Don Carlos Gustavo Lavado Ruíz y Roqué Lascano, explicable, y se debe sin duda al deseo de acortar la firma, pese a tentado a las reglas gramaticales que tal decisión significa cuando se trata de apellidos solariegos – como Lazcano_ según lo expresa bien claro la gramática de la Lengua Española.


Perteneciente al antiguo y poderoso linaje guipuzcoano de los Lazcano, que fue cabeza del bando oñacino y estuvo emparentado con los reyes de Castilla y Navarra. San Ignacio de Loyola pertenecía a esta familia, siendo su padre Juan Ruiz de Lazcano, señor de Murúa. En 1540, María de Lazcano —hija mayor de Felipe de Lazcano y de Elvira de Gauna— casó con Bernardino Pérez de Arteaga —señor de la Casa solar y Torre de Arteaga, en Villafranca—, de cuya unión resultó la fusión de ambos apellidos. 


Biznieto de éstos sería Ignacio Ciro, que acumulaba los títulos de decimosexto señor de Lazcano, cuarto marqués de Valmediano y primer conde de Corres. El primer marqués de Valmediano fue Tomás Isidro de Chiriboga y Mendoza, en 1692, heredando su hermana el título que al estar casada con Juan Antonio de Arteaga-Lazcano, lo pasó a esta familia. 


Recibió Ignacio Ciro la merced de conde de Corres el 19 de enero de 1773. Joaquín José de Arteaga-Lazcano y Mendoza, padre de Ignacio Ciro, pleiteó infructuosamente para lograr el título de duque del Infantado, al que tenía derecho, pero luego éste no prosiguió el litigio ya que era muy amigo del decimotercer duque del Infantado, Pedro de Alcántara.


Ignacio Ciro de Arteaga-Lazcano contrajo matrimonio, en Madrid, el 20 de abril de 1783 con María Ana de Palafox y Silva, hija de Fausto Francisco de Palafox y Pérez de Guzmán, VII marqués de Ariza y de Estepa, entre otros títulos, y de María Teresa de Silva Bazán y Sarmiento.


Como rentista que era y poseedor de vínculos, bienes y patronatos, mantuvo los casi inevitables pleitos que su gestión solía acarrear. Así, sostuvo un pleito en 1775 con vecinos de Urdúliz (Vizcaya) con motivo de la obra nueva de un molino y otro contra el cabildo eclesiástico de la parroquia de la misma localidad en 1800, a causa de la asignación de cuotas a la fábrica de la citada parroquia. 


Mantuvo también un litigio, entre 1784 y 1787, con el señor de la casa de Terán por haber abierto el arrendatario del molino de Hontanares (Segovia), propiedad del conde de Corres, una zanja que perjudicaba a un prado de aquél.


Igualmente pleiteó contra la villa de Ataun (Guipúzcoa) en 1801. Por último, como señor de la casa de Chiriboga que era, entre 1790 y 1802, siguió pleito para recuperar un solar perteneciente a este mayorazgo situado en el valle de Urbieta, jurisdicción de Cestona (Guipúzcoa).


Por lo demás, afincado en Madrid, desarrolló la clásica vida de cortesano acumulador de títulos y honores.


Fue gentilhombre de Cámara del Rey, heredó de su padre la Grandeza de España de segunda clase en 1789, obtuvo el nombramiento de caballero de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III en 1791 y fue nombrado caballero de la Orden del Toisón de Oro en 1816.


San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que  el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo  Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.


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