La tradición recuerda a aquellos inmigrantes cuyo objetivo de vida era " mi hijo, el doctor". En esa simpleza del tano, el ruso o el gallego, que vivía en un conventillo, trabajaba de sol a sol y había aprendido a "tomar mate", esta el "sueño argentino". Lo maravilloso es que ese sueño, como si fuera un "milagro", en la mayoría de los casos, se cumplió. El país, encontró en esos herederos del pasado, figuras, acciones, desarrollos y triunfos, expresados en una clase media, orgullosa de su ayer y deseosa de dejar un legado similar.
El diario LA NACIÓN (0206-2013) en un articulo titulado "EL RÉGIMEN CHINO BUSCA SU PROPIA VERSIÓN DEL SUEÑO AMERICANO", señala que China: "Quiere estimular el crecimiento de la clase media y el orgullo nacional para enfriar el descontento social". Se destaca que Xi Junping, el nuevo líder chino, dice:" Todo el mundo habla del sueño chino. El sueño chino es el resurgimiento de la gran nación china. Debemos esforzarnos constantemente, seguir adelante con voluntad indomable, seguir proviendo a la gran causa del socialismo, con características chinas, buscar el sueño chino, el rejuvenecimiento de la nacionalidad". La Nación, después, señala que "El concepto se compara con la idea de sueño americano impulsada en los años 30 : una esperanza para todo aquel que quisiera vivir en Estados Unidos, tierra de oportunidades." "El sueño chino, sin embargo, es un ideal pensado principalmente para los chinos, que apunta a convencerlos de que su gobierno cumplió con sus promesas. China es hoy ese lugar donde todos quisieran vivir. Y mas importante aun; es un sueño por el que todos trabajaron, apelando así a un patriotismo y aludiendo a éste como un "proyecto colectivo" mas que una aspiración individual.". "Esta nueva clase media china se caracteriza por ser ambiciosa, atraída fuertemente por productos extranjeros y bienes de lujo, y al mismo tiempo busca asegurar fuentes de dinero y propiedades".
China, de alguna manera, con su propia sociedad, esta reditando, 100 años después, lo que los gobernantes de Argentina de hace un siglo, proponían y proporcionaban como bases para el futuro a nuestro país. Lo sorprendente, es que ya en nuestro tiempo, aparentemente, el mensaje debería seguir vigente. En general, todos los Presidentes de la Nación, en su discurso inaugural, señalaban un futuro venturosos. Cuando el Dr Nestor Kishner (para sorpresa comparado con la actualidad) asumió como Presidente de la Nación (2505-2013) dijo como cierre de su mensaje, lo siguiente: "Vengo a proponerles un sueño, quiero una Argentina unida, quiero una Argentina normal, quiero que seamos un país serio, quiero un país mas justo, anhelo que por estos caminos, se levante a a faz de la Tierra una nueva y gloriosa nación. La nuestra". Es decir, una década atrás, se nos proponía alcanzar, volver y completar el "sueno argentino". El "sueño argentino, como fuera el "sueño americano , consiste en brindar igualdad de oportunidades y la libertad que posibilitara lograr metas y objetivos mediante el esfuerzo y la dedicación. Se ofrece lograr prosperidad con calidad y trabajo, desde una adecuada educación y un entorno socioeconómico basado en la oferta laboral y la satisfacción por los esfuerzos para alcanzar lo soñado.
Algunas naciones, en base a sus desarrollos, convirtieron la idea de sueño en la sensacion del milagro. El clásico del presente es el "milagro alemán" que transformo un país quebrado por una guerra perdida, en una nación poderosa que guia la evolución regional en Europa. Pero esto se repite en otros lugares, como es el caso de Perú que salio del populismo y avanzo a la acción con un cambio social de envergadura. No digamos el caso de Brasil, que en su evolución trascendente ha incorporado millones a su clase media. En realidad, en todos esos países, se produce no un milagro, sino la resultante de un esfuerzo inteligente y racional basado en lo que sugiere el "sueño americano", conducido con audacia por sus gobernantes.
Argentina del presente es un país singular. Su evolución no ha sufrido los efectos mortales de la guerra ni el desbastador efecto de las catástrofes naturales, sin embargo, parece que su sociedad si recibió estos azotes quedando destruida y atormentada por su propia falta de acción El argentino del presente, heredero del legado del esfuerzo de sus progenitores, si bien puede ser distinto, debería tener en su mente idénticos objetivos. Es decir, la sociedad de nuestros días tiene, individualmente, en sus metas, el logro del "sueño argentino", pero, cuando se la dimensiona en comunidad, ello se cae en una estrepitosa y vana ilusión Lo triste y lo inusitado, es que la población siente y sabe que ella es culpable, pero no por lo que hace, sino por lo que a quien delega. La representación política ha dejado de tener su origen "federal", como lo manda la Constitución Nacional, y adopto una llamada "política", pero, en verdad, ideológico Vamos en camino a ser Venezuela o Ecuador o volvemos a la senda para ser Chile, Uruguay o Perú pero, quizás aun podemos pretender volver a ser Argentina, la que se construyo en el pasado y la hemos perdido hoy.
El sueño argentino, aquel que fue realidad concreta a principios del Siglo XX, esta aletargado, no muerto ni olvidado, a la espera que vuelva a brillar convocando a construir y hacer. Para lograrlo, se debe actuar con sabiduría e inteligencia, para encontrar aquellos con la capacidad necesaria y la honestidad demostrada, que sean los reales y verídicos "representantes" de cada uno de los pueblos que conforman la Nación.
Artículo publicado bajo la protección del Art. 19 de la Declaración de Derechos Humanos, que estipula: "Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión". Declaración Universal de los Derechos Humanos; Asamblea General de la ONU el 10.12.1948"
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