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Charlie Brown Franz Stigler |
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Gustav Roedel Caballero del Aire |
El 20 de diciembre de 1943, despegaba del
campo de aviación RAF Kimbolton
(Inglaterra) el bombardero B-17, llamado Ye Olde Pub, de la United States Air
Force (USAF) con la misión de bombardear una fábrica de aviones en Bremen
(Alemania). La tripulación de la aeronave estaba compuesta por Bertrand
O.Coulombe, Alex Yelesanko, Richard A. Pechout, Lloyd H. Jennings, Hugh S.
Eckenrode, Samuel W. Blackford, Spencer G. Lucas, Albert Sadok, Robert M.
Andrews y al frente de todos ellos el joven teniente Charles L. Brown.
Consiguieron realizar la misión pero a
un alto precio… el artillero de cola había muerto y 6 tripulantes más estaban
heridos, el morro estaba dañado, dos motores fueron alcanzados y
de los dos restantes sólo uno tenía suficiente potencia, el fuselaje estaba
seriamente dañado por los impactos de las batería antiaéreas y
los cazas alemanes, incluso el piloto Charlie Brown llegó a perder la
consciencia momentáneamente.
Cuando Charlie despertó consiguió
estabilizar el avión y ordenó que se atendiese a los heridos.
Cuando pensaba que bastante tendrían con
mantener la aeronave en el aire, llegó lo peor… un caza alemán en la cola.
Todos pensaron que ya había llegado su momento, pero el caza
en lugar de disparar se puso en paralelo del bombardero. Charlie giró la cabeza
y vio cómo el piloto alemán le hacia gestos con las manos.
Así se mantuvo durante unos instantes, hasta que el teniente ordenó a uno de
sus hombres subir a la torreta de la ametralladora… pero
antes de poder cumplir la orden, el alemán miró a los ojos a Charlie le hizo un
gesto con la mano y se marchó. A duras penas, y tras recorrer
250 millas, Ye Olde Pub consiguió aterrizar en Norfolk (Inglaterra). Charlie
contó a sus superiores lo ocurrido pero éstos
decidieron ocultar aquel acto de humanidad. Pero el teniente no lo olvidó… ¿Por
qué no los había derribado?
En 1987, 44 años después de aquel
suceso, Charie comenzó a buscar al hombre que les había perdonado la vida a
pesar de no saber nada de él y, mucho menos, si todavía estaba vivo.
Puso un anuncio en una publicación de pilotos de combate:
Estoy buscando el hombre que me salvó la
vida el 20 de diciembre de 1943. Desde Vancouver (Canadá), alguien se puso en
contacto con él… era Franz Stigler. Después de cruzar varias cartas y llamadas
de teléfono, en 1990 lograron reunirse.
Fue como encontrarse con un hermano que
no veías desde hace 40 años Tras varios abrazos y alguna que otra lágrima,
Chrarlie le preguntó a Franz: ¿Por qué no nos derribaste?
Franz le explicó que cuando se puso en
su cola y los tenía en el punto de mira para disparar, sólo vio una avión que a
duras penas se mantenía en el aire, sin defensas y con
la tripulación malherida… no había ningún honor en derribar aquella aeronave,
era como abatir a un paracaidista. Franz había servido en
África a las órdenes del teniente Gustav Roedel, un caballero del aire, que les
inculcó la idea de que para sobrevivir moralmente a una guerra
se debía combatir con honor y humanidad; de no ser así, no serían capaces de
vivir consigo mismos el resto de sus días. Aquel código no
escrito les salvó la vida. Trató de guiarlos para sacarlos de allí, pero tuvo
que desistir cuando se acercaban a una torre de control
alemana; si hubiesen descubierto a Franz habría supuesto la pena de muerte.
Durante varios años compartieron sus
vidas y en 2008, con seis meses de diferencia, fallecieron de sendos ataques al
corazón. Franz Stigler tenía 92 años y Charlie Brown 87..
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