miércoles, 7 de enero de 2009

Presentación de la Soberana Orden Militar Caballeros de Su Santidad el Papa "San Ignacio de Loyola".



Orden de los Caballeros de 

Su Santidad el Papa

San Ignacio de Loyola


Ad Majorem Dei Gloriam

ORACION DE GENEROSIDAD

Querido Señor, enséñame a ser generoso,
enséñame a servirte como Tú mereces
a dar y no contar el costo,
a luchar y no prestar atención a la herida,
a trabajar duro y no buscar el descanso,
a trabajar y no buscar la recompensa,
excepto el saber que hago tu voluntad.

San Ignacio de Loyola


P. San Ignacio de Loyola (1491-1556)
Español. Fundador y Primer P. General. (12-3-1622)

El rey Fernando gestionó ante la Santa Sede la concesión plena del Patronato de Indias, que al fin obtuvo del mismo pontífice por la bula “Liniversalis Ecclesiae”, del 28 de julio de 1508. De ella emanan los poderes de la Corona con respecto a la Iglesia americana; construir iglesias y conventos, crear diócesis —distritos eclesiásticos a cargo de un obispo—, proponer el nombramiento de las personas idóneas para desempeñar los cargos. La bula “Eximiae devotionis”, de 1510, acordaba la presentación real para los cargos de obispos y la regulación de los diezmos, de los que el Rey concedía una parte a los nuevos obispos. El poder de fijar los límites de las diócesis fue’otorgado en 1513 y ampliado por sucesivas concesiones. El Real Patronato quedó reglamentado por la Real Cédula de 1574 dictada por Felipe II. La intervención del estado en la administración de la Iglesia produjo una serie de problemas, entre los que se destaca la admisión o no de las órdenes religiosas en territorio americano, el exequátur o derecho de revisar las bulas y documentos pontifícios --tarea efectuada por el Consejo de Indias con la facultad de aprobarlas o devolverlas, y el manejo de las rentas correspondientes a los cargos vacantes, con el compromiso de sostener el culto y extender la evangelización.

Juan Ruiz de Lascano, casado con Dña. Navarra de Murguia, padres de Lope García de Lazcano que caso en 1413 con Doña. Sancha Yañez de Loyola ( de los que directamente desciende San Ignacio de Loyola) y de Juan Ruiz y Fernando de Lascano, que poblaron en Alaba. Familia de ancestros de  el General de la Orden Cte Pr (R) Prof Dr  Don Carlos Gustavo Lavado Ruiz y Roqué Lascano Ph.D.

Ignacio nació en el norte de España en 1491 en el Castillo de Loyola. El hijo menor de Don Beltrán, Señor de Oñaz y Loyola, que entró en servicio en la corte del rey Fernando V a los 15 años. Él optó por seguir una carrera militar. Hizo la milicia a las órdenes de Antonio Manrique de Lara, duque de Nájera.

En el sitio de Pamplona, fue herido en la pierna derecha por una bala de cañón. Durante su convalecencia mató el tiempo leyendo la vida de los santos y llegó a comprender que la Iglesia también tenía una milicia para defender los intereses de Dios, el Señor de los ejércitos. En Montserrat, Ignacio puso su espada en el altar de la Santísima Virgen. Fundó la Compañía de Jesús con el objetivo de la luchar contra el protestantismo, el jansenismo y el neo-paganismo de su tiempo.

Ignacio Caballero


1507. 16 años. Castillo medieval de Arévalo Ignacio pasa su adolescencia y primera juventud. Servía de paje de los señores de Arévalo, cultivaba un poco la música y la poesía. Leía libros de caballería. Se ejercitaba en montar a caballo, manejar lanza y espada, asistir a torneos. Acompañaba al ministro de hacienda, amigo de su padre y por quien estaba en este castillo. Un deseo de ganar honra mundana.

1515. 24 años. Carnaval en Azpeitia. Él y su hermano sacerdote cometen un delito y se les abre un proceso judicial. Iñigo alega ser un clérigo tonsurado para librar el proceso y no le aceptan las pruebas. El contador mayor de Arévalo le ayuda a sacarlos de este lugar libre de culpas. Las actas del proceso lo describen así: “usaba traje acuchillado de vistosos colores, capa abierta, espada y boina roja que le cubría la abundante y larga cabellera. Andaba siempre armado: cota de malla, coraza, saetas, ballesta. Portaba toda clase de armas como cualquier soldado.”

España. Castilla conquista el reino de Navarra a principios del siglo XVI. En 1521 los franceses invaden Navarra con un ejército de 12000 infantes, 800 lances y 29 piezas de artillería. La sede del reino de Navarra era Pamplona, quien tenía solo 1000 soldados. Los franceses de posicionan de Pamplona. Un grupo de militares amurallados se resisten a la toma y un militar, pequeño e estatura, se opuso a la rendición definitiva de la plaza.

Escribió el libro de los Ejercicios Espirituales para formar a sus discípulos. Escogió como lema de su Sociedad: ad majorem Dei gloriam - Todo para mayor gloria de Dios [AMDG].

Murió el 31 de julio de 1556 pronunciando el nombre de Jesús. A continuación incluimos un comentario de Plinio Correa de Oliveira:

Trataré de describir la nota clave de la obra de San Ignacio, el sentidomás profundo de su conversión, que determinará el resto de su vida. San Ignacio vivió en una época en que la tradición de la caballería medieval seguía existiendo y aún tenía una fuerte influencia. En sus Ejercicios Espirituales se verifica la presencia de esta tradición. Por ejemplo, tomando la parábola del rey que es un gran general y que invita a sus caballeros a luchar con él, San Ignacio hace esta
pregunta:

"¿Quién sería tan vil como para rechazar una invitación de ese tipo?"


Es una pregunta muy válida y un muy buen argumento para mover espiritualmente a la persona que hace los Ejercicios. Pero lo que me gustaría destacar es el telón de fondo de la escena, que es el ambiente feudal. San Ignacio describía el sistema feudal del vasallaje, en el que un caballero le debe obediencia a su señor, e indica la deslealtad de los nobles que no siguen a su rey. San Ignacio da por hecho que la persona se propone convertirse en un caballero medieval. También en sus Ejercicios Espirituales encontramos otra confirmación de este espíritu; en la meditación sobre los dos estandartes: el de Cristo, nuestro Comandante en jefe, y el de Lucifer, mortal enemigo de nuestra naturaleza humana.

En la época de San Ignacio, la caballería estaba en decadencia. En su mayoría los estilos y rituales caballerescos seguían siendo los mismos, sin embargo, una parte esencial había cambiado. Me refiero a la dedicación de los caballeros al servicio de Dios, de la Virgen, y de la Santa Iglesia. El ideal de una completa renuncia al mundo, a fin de dedicar la vida por completo a la lucha sobrenatural había fallecido.

El caballero de ese tiempo ya no era un caballero de la Iglesia Católica. Su vida estaba dedicada a servir a su rey y su dama. La noción de una caballería sagrada estaba muriendo.

La conversión de San Ignacio tuvo lugar durante ese tiempo. Durante su convalecencia, su primer deseo era leer romances de caballería, pero no había de estos libros en el castillo. Para pasar el tiempo, no le quedó más que leer la vida de los santos, ya que era lo único que había a la mano. Sin embargo, a medida que iba leyendo, se dio con la tecnología de sublime noción del ideal de caballería se apoderó de su espíritu. Esta sublimación representó, por una parte, el retorno al antiguo ideal sobrenatural de la caballería medieval, y por otra, a un ideal más perfecto de la caballería medieval.

Cuando decidió fundar la Compañía de Jesús, lo hizo pensando hacer una orden de caballería, una orden militar.

Compañía de Jesús es el nombre que escogió para su obra. Compañía significa ejército. Quería fundar una orden exclusivamente dirigida a la lucha por la Iglesia, dejando de lado cualquier otra preocupación temporal. Lo que él hizo, fue restaurar la caballería sacra.

La caballería que fundó no tenía el orden sacramental de caballería; tenía el del sacerdocio, es decir, una participación en el sacramento del Orden Sagrado. Los nuevos sacerdotes-guerreros que él preveía, serían un nuevo estilo de combatientes, serían guerreros que no derramarían sangre, pero entrarían en la batalla como respuesta al nuevo método de ataque inaugurado por los enemigos. Lucharían por medio de la palabra: la predicación, la enseñanza, escuchando confesiones y convirtiendo a las personas, con el fin de conquistar el mundo para Nuestro Señor Jesucristo

Formar una orden religiosa con el espíritu militar fue el ideal de San Ignacio. La Compañía de Jesús es un ejército, su jefe es un general, su jerarquía es militar, la obediencia es militar, la acción es combativa y llevada en un estilo militante.
Esta fue la razón por la cual la compañía de Jesús fue tan combativa y también tan combatida por los enemigos.

Podemos entender cuán diferente es hoy la Compañía de Jesús cuando la vemos promoviendo todo tipo de reconciliación con los enemigos de la Iglesia. Pidamos a San Ignacio la restauración de su obra, que ayude a restaurar la Santa Iglesia, inmersa en la enorme crisis en que ella ha caído desde el Vaticano II, y que nos dé su espíritu de combatividad y amor a la causa católica.

La Orden de Loyola , actual es una Organización Caballeresca, que busca a través del trabajo diario y el esfuerzo personal, vencer todas las iniquidades del mundo.

El Comandante Principal GNA (R) Profesor Doctor Don Carlos Gustavo Lavado Ruiz y Roqué Lascano Ph.D es el Gran Maestre Generaldesciende de, Don  Lope García de Lazcano y Doña Sancha Yañez de Loyola, e integra las casas de Loyola, de Borja, la Casa Solar y Palacio de Lascano, del Marquesado del Valle de Oaxaca, del Marquesado de Cárdenas de Monte Hermoso, del  Marquesado  de Santiago de Oropesa, del Marquesado de Valmediano, del Marquesado de Estepa. y del  Condado  de Cantabria Don Diego Gonzalez de Lazcano.

Cada Priorato General debe de velar por la identidad de la nación donde está asentado, asumiendo los Principios Dinásticos y Caballerescos de la Orden, pero comprendiendo la historia particular de cada nación y de cada pueblo. Afirmando que somos Caballeros de Nuestra Señora. Recordando que solo hay un fin en la Orden: solidarizarnos con los que nos necesitan y llevar el ideal caballeresco hasta fines reales de compromiso con la Humanidad. Siendo conscientes de que, al darle el nombre Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Ignacio de Loyola se incluye entre las Ordenes Militares de Caballeros Cristianos que han consagrado defender y difundir la verdadera fe cristiana, rindiendo una vez más el homenaje de las generaciones actuales a la Augusta Madre del Salvador, y por ella a Cristo. Agrupando a todas aquellas personas de buena voluntad, que defienden un mismo ideal espiritual; honrando con el reconocimiento caballeresco a todos aquellas personas que con su esfuerzo contribuyen al progreso, al bienestar, a la cultura, al buen entendimiento y solidaridad internacionales; honrando a todas aquellas personas físicas que, con su esfuerzo, meritos e ideales personales, contribuyan y/o se distingan, por su hidalguía y nobleza, dando y fomentando apoyo a la propagación, valorización y reconocimiento del ideario de vida de la caballerosidad cristiana y amor y celo mariano.


Que San Ignacio nos guie!

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