La Orden de los Caballeros de Su Santidad el Papa "San Ignacio de Loyola", es jesuita laica, bajo la Bendición del General de la Compañía de Jesús, Padre Adolfo Nicolás, Coadjutores Jesuitas Temporales en la obra de Dios y de la "Societas Jesu" en la misión de Cristo, en obras inspiradas en el desarrollo, la justicia social, los derechos humanos de los pueblos el cuidado del medio ambiente y en la espiritualidad ignaciana, sean o no sus dignatarios de la Compañía de Jesús) click..
Quiénes somos
Los Caballeros de la Orden , soldados de Dios, somos jesuitas laicos, hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios. Herederos de Misioneros y educadores, viajeros y descubridores, cartógrafos y geógrafos, hombres de teología y espada, de ciencia y espiritualidad, conspiradores políticos o pacificadores, los jesuitas han sido, desde la fundación de la Compañía de Jesús una de las órdenes religiosas más importantes y controvertidas de la cristiandad; efectivamente, un grupo muy influyente a nivel mundial.
(dijo Lord Maculay)
Bandera de las Américas, adoptada como símbolo de las Américas
por la séptima conferencia internacional Americana de
Montevideo el 13 de diciembre de 1933
MÉXICO D.F., 13 Jul. 14 / 11:42 pm (ACI/EWTN Noticias).- El Servicio Informativo de
El SIAME señala que
“lo primero que debemos tener en cuenta es que, como todos los estafadores, la
mayoría de los falsos sacerdotes suelen ser simpáticos, convincentes y hábiles;
aparentan ser buenas personas con la finalidad de cumplir su cometido: obtener
dinero de forma fácil, valiéndose de la buena fe de la gente”.
Por lo general,
prosiguen, “ofrecen sus servicios mediante referencias o tarjetas de
presentación que ellos mismos distribuyen en gran cantidad, manifestando una
gran disponibilidad y ofreciendo todas las facilidades posibles”.
Los falsos sacerdotes
suelen acercarse a personas “a las que en su parroquia les fue negado un
servicio religioso, por existir alguna irregularidad o por no querer cumplir
con los requisitos que se les piden para la celebración de un sacramento, o a
quienes quieren hacerlo fuera de los lineamientos establecidos por la Iglesia,
como realizar un casamiento en la playa o en un salón de fiestas”, algo que de
acuerdo a las leyes eclesiásticas está prohibido.
SIAME recuerda que
“los sacerdotes católicos tienen prohibido casar, bautizar y en general,
oficiar misas fuera de la parroquia o en un templo público reconocido, salvo
cuando se trata de una Misa de
cuerpo presente en la capilla de un velatorio público o de la Misa de una comunidad más
grande en ocasiones significativas como la festividad de la Virgen de Guadalupe: en fábricas, vecindades o vecinos
de toda una calle”.
Tras alertar que los
falsos sacerdotes suelen pedir donativos para obras solidarias, el artículo
afirma que “los falsos sacerdotes encuentran una mina de oro en aquellas
personas que desean casarse por segunda, tercera o cuarta vez, sin haber
recibido la declaración de nulidad de sacramento de su primer Matrimonio,
o que buscan tener la celebración de algún sacramento en la playa, yate,
jardín, salón de fiestas, etc.”.
El artículo explica
asimismo que muchos falsos sacerdotes son “personas que estudiaron para servir
a la Iglesia
a través del ministerio sacerdotal, pero que por razones diversas fueron
expulsadas del Seminario. Otros fueron sacristanes en algún momento de su vida y
otros más simplemente vieron la oportunidad de obtener dinero fácil a costa de
la buena fe de las personas. Todos ellos conocen las partes de las
celebraciones litúrgicas e incluso llegan a engañar a los verdaderos
sacerdotes”.
Para no ser engañados
por estos falsos sacerdotes, SIAME sugiere cinco medidas concretas:
1. Acudir a nuestra
parroquia para que nos orienten sobre los requisitos necesarios para la
celebración de los sacramentos.
2. En caso de la
pérdida de un familiar, acudir a la parroquia más cercana al velatorio o a
nuestra propia parroquia para solicitar los servicios correspondientes. En
algunos casos los responsables de los velatorios están en complicidad con los
falsos sacerdotes, pues suelen darles una comisión.
3. Nunca aceptar a los
sacerdotes que se dan a conocer con tarjetas de presentación o que ofrecen
servicios a domicilio o por medio de “paquetes completos”.
4. Exigir al sacerdote
la credencial expedida por la diócesis correspondiente. En el caso de la Arquidiócesis de
México, se puede consultar el directorio de sacerdotes en la página: www.arquidiocesismexico.org.mx
5. Recordar que si no
es posible encontrar un sacerdote católico más vale no tener la celebración en
ese momento, porque las misas o sacramentos que los falsos sacerdotes celebran
son una burla a la fe de los fieles, ya que no tienen ninguna validez.
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