"UN GENDARME SIN DIOS NO PUEDE EXISTIR PORQUE,
DIOS Y EL GENDARME PATRULLAN DONDE NADIE SE ATREVE!"
PRIMER OFICIAL DE "COMUNICACIONES" DIPLOMADO
DE GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA
EN "DEFENSA NACIONAL".
DE SER LO QUE HE QUERIDO SER " UN SOLDADO"
La construcción del palacio se inició en la década
de 1630 y se terminó a finales de la década de 1640. En el año 1639 se firmaron
los primeros contratos para la construcción del nuevo palacio con los conocidos
canteros Martín Abaria de Beasain y Joan Zumeta de Amasa. En 1644 Kristobal
Zumarrizta de Lezo y Martin Landa de Tolosa revisaron, testaron y aprobaron los
trabajos realizados en piedra. A finales de la década de 1640 María de Lazcano
se instaló en el palacio, después de quedar viuda y sin hijos.
Hoy en día el edificio, junto con sus jardines, se
constituye como una casa de campo. El edificio está retranqueado respecto a la
calle Hiribarne, limitado por un cercado de forja y rodeado por jardines. Al
Oeste, el jardín limitado por el río Agauntza lo comparte con la parroquia de
San Miguel. Los dos edificios se comunican mediante un camino, creando, así,
una relación directa. Cruzando el río mediante un puente se accedía a las
extensas tierras de la finca. Hoy en día éstas son una zona verde de la
localidad.
La fachada principal del palacio (el que se sitúa en frente del convento de Santa Ana) está construida mediante sillería (piedra labrada). Los vanos se organizan en cinco ejes. Dos de ellos lo constituyen las torres situadas a cada lado del edificio y los otros tres se encuentran en la parte central del mismo. Las dos torres se estructuran en tres plantas y la parte central en dos. En esta parte central, aunque se aprecien los tres vanos, se resalta el vano central, ya que, además de tener más altura, es donde se encuentra el acceso principal y es la más ornamentada.
El acceso adquiere gran importancia, de manera que, la puerta principal de madera está limitada por las columnas dobles de estilo toscano que sujetan el entablamento. Encima de éste se sitúan otras dos columnas dobles más pequeñas y más al interior que las anteriores, sujetando un segundo entablamento.
En la parte superior de la misma, se encuentra una imagen tallada en cada vano adyacente y en el centro el escudo de los Lazcano.
Este vano central tiene una altura superior a sus
adyacentes, tal y como se ha indicado con anterioridad. En esta parte se rompe
la cornisa que viene de los laterales para acoger al escudo. Cada torre lateral
también cuenta con escudo.
En el resto de fachadas el sillar sólo se utiliza
para fines estructurales, es decir, en forjados, huecos o laterales. El resto
se está construido en mampostería.
La fachada sur (la que da a la parroquia de San Miguel), aún siendo un poco más baja que la torre, tiene tres plantas. A la derecha se encuentra la torre y el resto es tratado como una unidad, con una parte central.
En la segunda planta hay varios balcones y en la tercera, en la
zona central indicada, se encuentra un sistema de ventanas con arco de medio
punto en la parte superior de las mismas.
En la fachada oeste (la opuesta a la principal) continúa la composición de cinco vanos. En el eje central (el del acceso principal) se encuentra el puente que llevaba a las tierras y el acceso a las mismas.
En este caso, el vano derecho es realzado, con puerta en planta baja y
frontón.
Por último, la fachada norte (que da al convento de
las carmelitas) se organiza mediante dos partes, de la misma manera que en la
fachada sur (la torre en la izquierda y el resto). Aún así, esta fachada es más
cerrada que la anterior.
El trabajo en hierro es notable, tanto en el
cercado exterior como en las barandillas y balcones. Algunos balcones se apoyan
en los entablamentos, pero otros, son soportadas por finas estructuras en
hierro.
El interior se organiza alrededor de un patio, rodeado por galerías. En el centro del patio se sitúa el pozo de agua potable y un pequeño jardín a su alrededor.
Al entrar por el acceso principal se sitúa el zaguán con suelo con encachado de piedra y en frente se encuentra el patio a modo de claustro.
En la planta baja se encuentran los espacios de servicio, en
la planta noble están las salas, comedor, biblioteca y dormitorios y en la
última planta las habitaciones del servicio.
Está calificado como patrimonio cultural con un nivel especial de protección. En el año 2007 se reparó la cubierta y en el año 2010 se renovó el palacio.
Hoy en día pertenece al duque de Lascano y se
utiliza como casa de campo.
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