·
Beltrán Yáñez de Loyola, IV
señor de la casa de Loyola y señor de Oñaz. En el año 1394 el
rey Enrique III de
Castilla le cedió el patronato de la iglesia de San Sebastián
de Soreasu de la villa de Azpeitia, que había
pertenecido a los caballeros templarios hasta
que en 1308 pasó a manos del rey Fernando IV de
Castilla; éste dio el patronato de la iglesia al concejo de
Azpeitia, y en el año 1394 el rey Enrique III de
Castilla lo cedió a la casa de Loyola con todos sus derechos.
Construyó la Casa-Torre de Loyola, que por orden del rey Enrique IV de
Castilla confirmada en Vitoria el 30 de marzo de 1457 fue
derribada pero solo en su mitad al igual que todos los castillos señoriales de
la provincia, conservándose la parte inferior de la edificación, dando fin a
las guerras de bandos tras
más de dos siglos de luchas. Por sus servicios logró el patronato de la iglesia
San Sebastián de Soreasu de la villa de Azpeitia, para sí y sus sucesores en 1397.
Contrajo matrimonio con Ochanda Martínez de Lete. Otorgó testamento en 1405 dejando
a su esposa Ochanda, la mitad de la Casa-Torre de Loyola, nuevamente edificada
en una con la casa de Lagareña e instituyó como heredero a su hijo Juan Pérez
de Loyola de los demás bienes: la Casa-Torre de Loyola con todas sus tierras,
la casa de Oñaz, la iglesia San Sebastián de Soreasu y el derecho de patronato,
las ferrerías de Barrenola y Aranáz y la mitad de la deuda que le debía el
señor de la casa de Emparan y demás parientes.
·
Juan Pérez de Loyola, V
señor de la casa de Loyola y señor de Oñaz. Siendo aún muy joven de edad partió
a la guerra y falleciendo en combate sin dejar descendencia, sucediéndole su
hermana Sancha Yáñez de Loyola.
· Sancha Yáñez de Loyola, VI señora de la casa de Loyola. Contrajo matrimonio en 1413 con Lope García de LAZCANO. Fueron padres de: Juan Pérez de Loyola, que sigue esta línea; Ochanda casada con Juan de Oyanguren; María Urtayzaga casada con Martín García de Anchieta; Inés casada con Juan Ochoa de Emparan; Marina casada con Juan Pérez de Vicuña; María casada con Iñigo Ibáñez de Aurgasti; Teresa y Beltrán.
·
Juan Pérez de Loyola, VII
señor de la casa de Loyola. Contrajo matrimonio en 1438 con
Sancha Pérez de Irarraga (o Iraeta). Fueron sus hijos: Beltrán Yáñez de Loyola,
sucesor de esta línea; María López casada con Juan Pérez de Ozaeta, y Catalina
casada con Juan Martínez de Emparan, III señor de la casa de Emparan. En 1456 Juan
Pérez de Loyola suscribió el famoso desafío de los Parientes Mayores a las
villas de Guipúzcoa, sufriendo el
consiguiente destierro a que les condenó el rey Enrique IV de
Castilla por cuatro años para la villa de Ximena.
Escudo de Armas de la casa de Loyola y Oñaz.
·
Beltrán Yáñez de Oñaz y Loyola, VIII
señor de la casa de Loyola, contrajo matrimonio con Marina Sáez de Licona y
Balda, hija de Martín García de Licona, consejero del rey Enrique IV de Castilla y
María Sáez de Lastur y Balda, IX señora de la casa de Balda de la villa de Azcoitia. De este matrimonio nacieron:
o Juan
Pérez que peleó en las guerras de Nápoles y perdió en ellas la vida;
o Martín
García, que sigue esta línea;
o Beltrán
que también falleció en las guerras de Nápoles;
o Ochoa
que murió en Azpeitia;
o Hernando
que pasó a la conquista de las Indias Occidentales y
murió en tierra firme;
o Pedro
López clérigo y rector de la iglesia parroquial de San Sebastián de Soreasu
en Azpeitia;
o Iñigo,
capitán castellano que participó en la defensa de Pamplona de 1521 y, tras
ello, conocido como San Ignacio de Loyola fundador de la Compañía de Jesús cuyos
miembros son conocidos como jesuitas;
o Magdalena
casada con Juan López de Gallaiztegui y Ozaeta;
o Marina
casada con Esteban de Aquerza, tronco de los Irarragas e Idiáquez de Azcoitia;
o Catalina
casada con Juan Martínez de Lasao;
o Petronila
casada con Pedro Ochoa de Arriola, vecino de Elgoibar padres de Marina Sainz de
Arriola que asistió a su santo tío en el hospital de la Magdalena en Azpeitia y María.
Con esta descendencia falleció Beltrán Yáñez de Oñaz y Loyola el
23 de octubre de 1507.
San Ignacio de Loyola (1620-1622) por Pedro Pablo Rubens, Museo Norton Simon de Pasadena.
El pintor representó al santo con un libro
en el que se lee el lema jesuita
Ad maiorem Dei
gloriam.
· Martín García de Oñaz y Loyola, IX señor de la casa de Loyola, contrajo matrimonio con Magdalena de Araoz, dama de la reina Isabel I de Castilla. Fue fundador del mayorazgo de Oñaz y Loyola en 1536. Militó en diferentes guerras contra los franceses. Fueron sus hijos: Beltrán Ibáñez que sigue esta línea; Juan López; Millán García que ingresó en 1551 en la Compañía de Jesús; Magdalena casada con Juan López de Amézqueta, señor de esta casa y las de Alzaga y Yarza; María Vélez casada con Juan Martínez de Olano en Azcoitia, padres de Catalina que casó con Domingo Pérez de Idiáquez, secretario del Consejo de Órdenes; Magdalena casada con el contador Juan Martínez de Olozaga; Pedro García; Catalina; Usoa; Marina Sáenz de quienes solo se conocen los nombres por el testamento de su padre Martín García de Oñaz y Loyola, y Martín García casado con María Nicolás de Oyanguren, cuyo hijo fue Martín García Óñez de Loyola, caballero de la orden de Calatrava, gobernador y capitán general de Chile, que participó en gran parte en la conquista del Perú.
Martín García Óñez de Loyola, Gobernador de Chile.
Martín García Óñez de
Loyola contrajo matrimonio con la princesa inca Beatriz Clara Coya,
hija del rey inca Sayri Túpac y
la princesa inca Cusi Huarcay.
De este matrimonio nació Ana María de Loyola Coya, a quien el rey Felipe III de España concediera el título de marquesa de Santiago de Oropesa. Ana María de Loyola Coya contrajo matrimonio con Juan Enríquez de Borja, hijo de Elvira Enríquez de Almansa, marquesa de Alcañices, y de Álvaro de Borja y Castro, hijo de San Francisco de Borja.
Retrato de Ana María de Loyola Coya y su esposo Juan Enríquez de Borja. Detalle de un cuadro existente en la Iglesia de la Compañía (Cuzco).
·
Beltrán Ibáñez de Oñaz y Loyola, X
señor de la casa de Loyola. Contrajo matrimonio en 1538 con
Juana de Recalde. No tuvo sucesión masculina, extinguiéndose así en él la
varonía de Loyola. Fueron sus hijas: Lorenza de Oñaz y Loyola, sucesora;
Magdalena de Oñaz y Loyola casada con el comendador Pedro de Zuazola, caballero
de la orden de Santiago,
patrón de Santa María la Real de Azcoitia y señor de la casa de Floreaga.
Tuvieron por hijo y sucesor a Matías casado con Ana de Izaguirre y a Pedro de
Zuazola y Oñaz Loyola que sucedió en la casa de Loyola al extinguirse la
descendencia de Lorenza de Oñaz y Loyola.
·
Lorenza de Oñaz y Loyola, XI señora
de la casa de Loyola. Contrajo matrimonio en 1552 con Juan de Borja y
Castro, hijo de San Francisco de Borja.
Fueron sus hijas: Leonor, sucesora, casada con el conde de Oliva Pedro de
Centellas y Borja, no dejaron descendencia y Magdalena, casada con Juan Pérez
de Vivero, conde de Fuensaldaña,
heredó a su hermana Leonor y al igual que ella no dejó descendencia falleciendo
en 1626.
·
Pedro de Zuazola Oñaz y Loyola, XII
señor de la casa de Loyola. Fue hijo de Matías de Zuazola y Ana de Izaguirre,
sucedió al mayorazgo de la casa de Loyola a la muerte de Magdalena, condesa de
Fuensaldaña quien no dejó descendencia. Contrajo matrimonio con
María de Eguiguren y tuvo por hijo y sucesor a Matías Ignacio de Zuazola
Floreaga Oñaz y Loyola, caballero de la orden de Calatrava.
Este contrajo matrimonio en 1650 con Ana de Lasalde
y murió en 1676, dejando por hijo único a José Ignacio de
Zuazola Oñaz y Loyola, caballero de la orden de Santiago, que murió en 1677 sin
dejar hijos quedando extinguida la descendencia de Beltrán Ibáñez de Oñaz y
Loyola, X señor de la casa de Loyola, el sobrino de San Ignacio de Loyola.
Ana María de Loyola y Coya, I
marquesa de Santiago de Oropesa, mencionada anteriormente en esta
genealogía, casó con Juan Enríquez de Borja y tuvo por hijo y sucesor a Juan
Enríquez de Borja y Almansa, II
marqués de Santiago de Oropesa. Este contrajo matrimonio con Juana
de Velasco y Guzmán, fueron padres de Teresa Enríquez de Velasco y Loyola,
heredera de ambos títulos y esposa legítima de Luis Enríquez de Cabrera y
Álvarez de Toledo, VIII duque de Medina de
Rioseco la que al extinguirse la descendencia de Beltrán Ibáñez
de Oñaz y Loyola en 1677, entró a poseer la casa de Loyola.
En 1681 cedió este ilustre solar a la reina Mariana de Austria,
para la fundación del suntuoso colegio de la Compañía de Jesús.
En memoria de esta cesión, se lee en uno de los muros del edificio la siguiente
lápida:
Retrato de Mariana de Austria, por Diego Velázquez (1652). Óleo sobre lienzo, 231 × 131 cm, Kunsthistorisches Museum de Viena.
"Los Excelentísimos Señores D. Luis Enriquez de Cabrera y
D.ª Teresa Enriquez de Velasco, su mujer, marqueses de Alcanizas y Oropesa,
dueños poseedores de la venerable casa solar y mayorazgo de Loyola, en que
nació el glorioso Patriarca San Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús,
cedieron libre y espontáneamente la dicha casa a la Serenísima Señora doña
María Anna de Austria, Reina madre de Hespaña, para fundar en ella este Colegio
Real de la Compañía. Año de 1681."
Escudo de Armas[editar]
Las armas de la casa de Loyola de la villa de Azpeitia, ostenta una caldera suspendida con dos
lobos rampantes a ambos lados, en campo de plata. Los lobos, en heráldica,
simbolizan arrojo en la guerra. Se suelen aplicar al apellido López. Conviene
recordar que San Ignacio firmó en su juventud “Iñigo López de Loyola”. El
caldero podría dar a entender las riquezas y la buena situación económica de la
familia Loyola. El solar de Loyola, aunque menos antiguo que el de Oñaz, gozaba
de “mayores rentas y posesiones”, según el jesuita Antonio Arana, que en el
siglo XVII, exploró los archivos de la familia. El rey Juan I de Castilla concedió
a Beltrán de Loyola, en 1377, “dos mil maravedíes de juro de heredad”, pues los
señores de Loyola “se emplearon todos en el servicio de los reyes de Castilla”
El nombre Loyola viene de los lobos y la olla que aparecen en el
escudo de la casa solar del mismo nombre “lupus in olla” (lobos en olla). Sobre
la puerta ojival de la Casa-Torre de Loyola, se encuentra la piedra con el
escudo la familia Loyola, en la que aparece esculpida una olla suspendida del llar y,
a ambos lados de la misma dos lobos “rampantes”, en campo de plata.
Posteriormente, el escudo de la familia Loyola fue partido en
dos cuarteles que representan los dos linajes principales, los Oñaz y Loyola
que concurren en San Ignacio de Loyola. Hoy en día este escudo es la
insignia universal de los exalumnos de los colegios Jesuitas. En este escudo,
el primer cuartel es de los Oñaz, por ser el solar más antiguo. Tiene siete
bandas diagonales de gules, de izquierda a derecha, sobre campo de oro. Las
siete barras simbolizan a “siete hermanos que participaron en 1321 en
la batalla Beotibar, en la que unos pocos guipuzcoanos al mando de Gil López de
Oñaz Loyola derrotaron a las tropas de los navarros y franceses, capitaneados
por Ponce de Morentaina. En recompensa el rey Alfonso XI de Castilla les
concedió las siete bandas rojas sobre oro.
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