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San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.
José Baquíjano y Carrillo (1751-1817) fue un maestro limeño del siglo XVIII, partidario de las reformas en beneficio de los criollos del Virreinato del Perú. Fue un destacado intelectual que, junto con otros criollos ilustrados, publicó la revista «El Mercurio Peruano».
Biografía de José Baquíjano y CARRILLO
Este precursor de la independencia peruana nació en Lima el 13 de marzo de 1751, siendo sus padres los nobles Juan Bautista de Baquíjano y María Ignacia Carrillo. Estudió derecho en la Universidad de San Marcos. Se especializó en la defensa legal de los indígenas.
En 1781, mientras era profesor en San Marcos, leyó el discurso titulado Elogio a Jauregui, en el que criticaba el despotismo del régimen virreinal. En la década de 1790 presidió la «Sociedad Amantes del País», un grupo ilustrado que publicó la revista «El Mercurio Peruano».
En sus últimos años fue Oidor de la Real Audiencia de Lima (1807) y Consejero de Estado en España (1812). Murió en Sevilla en 1817.
En 1812, el Consejo de Regencia de España lo nombró Ministro de Estado, por lo que al año siguiente partió a España por tercera vez, acompañado del joven Marqués de Torre Tagle. En 1814 tomó juramento como consejero e hizo de su casa en Madrid el centro de los americanos liberales que temían las tendencias absolutistas de Fernando VII, de cuyas represalias pudo escapar para proteger al duque peruano de San Carlos y al mexicano Manuel de Lardizábal; sin embargo, la caída de éstos lo expuso a las furias reaccionarias y quedó confinado en Sevilla.
Finalmente murió en 1817, en Sevilla.
Obras
• «Historia de la fundación, progresos y actual estado de la Universidad de San Marcos». En: Mercurio Peruano, t. II, N° 53-56, fs. 160-167, 172-180, 188-195, 199-204, Lima, Biblioteca Nacional del Perú, 1964.
• «Historia Moral, extraída de algunos papeles extranjeros, para escarmiento de los jóvenes demasiado accesibles al mal ejemplo». En: Mercurio Peruano, t. I, N° 50 bis, fs. 129 bis-131 bis, Lima, Biblioteca Nacional del Perú, 1964.
• «Aprobación al «Sermón Predicado el Día de la Santísima Trinidad» por José Manuel Bermúdez». En: Colección Documental de la Independencia del Perú, t. I, vol. 3, pp. 171-176, Lima, Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1976.
• «Defensa de Bernardo Tambohuacso, cacique de Pisac, en el juicio seguido a este curaca, complicado en la conspiración de Lorenzo Farfán de los Godos, en el Cuzco», Colección Documental de la Independencia del Perú, t. I, vol. 3, pp. 49-62, Lima, Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1976.
• «Elogio del excelentísimo señor don Agustín de Jáuregui y Aldecoa, caballero del orden de Santiago, teniente general de los reales ejércitos, virrey, gobernador y capitán general de los reinos del Perú, Chile, etc.». En: Colección Documental de la Independencia del Perú, t. I, vol. 3, pp. 65-95, Lima, Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, 1976.
El Coronel Luis Argerich nació en Buenos Aires el 23 de
agosto de 1791, siendo sus padres, el Cirujano Mayor Coronel Dr. Don Cosme Argerich y Margarita Martí.
Fue
bautizado el día 25 del mismo mes en la Catedral, con los nombres de Luis José
Severo, siendo padrinos de la ceremonia Juan Rojas y Juana Argerich.
Se incorporó como cadete en el Regimiento de Granaderos de Fernando VII,
el 2 de julio de 1810, siendo ascendido a subteniente de la 7ª Compañía del 2º
Batallón del precitado cuerpo el 15 de noviembre del mismo año. El 11 de
setiembre de 1811 marchó a incorporarse al ejército sitiador de Montevideo,
regresando con el mismo en noviembre de igual año, después de los tratados
ajustados con el general Elío.
El 1º de enero de 1812 pasó con su jerarquía al Regimiento de Artillería
de la Patria y en mayo del mismo año marchó nuevamente a la Banda Oriental y al
establecerse el segundo sitio de Montevideo, en octubre de aquel año, Argerich
pasó a formar parte del ejército sitiador. Asistió a la batalla del Cerrito el
31 de diciembre de 1812, donde por su bizarro comportamiento mereció el honor
de figurar en el parte del general Rondeau; Argerich tuvo a su cargo personal
una pieza de calibre de a 8 durante el curso de la acción. Recibió la medalla
acordada por ésta última.
Se halló en otras guerrillas sostenidas con los sitiados y el 11 de
junio de 1814 fue ascendido a teniente, participando en la ocupación de la
plaza el día 23 del mismo mes. Regresó a Buenos Aires el 4 de octubre del mismo
año, siendo promovido a ayudante mayor el 16 de noviembre; habiéndose hallado
en la campaña contra los portugueses que se encontraban en la costa del río
Uruguay.
El 15 de noviembre de 1814 marchó a incorporarse al Ejército Auxiliar
del Alto Perú, del que obtuvo su separación el 20 de mayo, regresando a Buenos
Aires el 4 de setiembre del año siguiente (1815), pasando en enero de 1816 a la
Fábrica de Armas, en la que fue empleado en la fabricación de fusiles. El 2 de
abril del mismo año fue promovido a capitán de Artillería, revistando en el
Regimiento de esta arma, prestando servicios en la Fábrica de Armas,
desempeñando en junio de 1817 las funciones de ayudante del director de la
misma. El 12 de febrero del año siguiente se hallaba incorporado a su
Regimiento. Desde setiembre de 1820 se le vuelve a encontrar en la Fábrica de
Fusiles, revistando en la Brigada de Artillería. En febrero de 1822 en el
Laboratorio de Mixtos.
El 1º de marzo de 1823 pasó a la Plana Mayor del Ejército de la
provincia de Buenos Aires, siendo promovido a sargento mayor de Artillería el
31 de diciembre del mismo año. El 23 de setiembre de 1824 desempeñaba las
funciones de comisario del Parque de Artillería.
El 5 de agosto de 1826 fue ascendido a teniente coronel y nombrado
comandante del Piquete del 1er Escuadrón del Regimiento de Artillería Ligera,
en Buenos Aires. El 16 del mismo mes fue reemplazado en la dirección del Parque
de Artillería por el teniente coronel José Ramón Elorga, marchando Argerich a
incorporarse el 26 de diciembre al ejército de operaciones contra los
imperiales.
Se batió con valentía en la batalla de Ituzaingó, el 20 de febrero de
1827, hecho de armas por el cual mereció los cordones y el escudo de oro
acordados por el Gobierno y el Soberano Congreso. Poco después reemplazó al
comandante Luis Beltrán en la jefatura del parque del Ejército Republicano. El
13 de noviembre de 1827 pasó agregado al Estado Mayor del mismo. Ascendió a
coronel graduado el 27 de setiembre de 1828, permaneciendo en campaña hasta su
regreso a Buenos Aires el 12 de enero del año siguiente.
En el curso del mismo año 1829 pasó nuevamente a desempeñar las
funciones de Director del Parque de Artillería desde el 1º de octubre. El 1º de
abril de 1830 le fueron conferidos despachos de coronel efectivo.
En el ejercicio de aquel puesto, el coronel Argerich falleció en Buenos
Aires, el 28 de octubre de 1839, a consecuencia de un accidente que sufrió en
la escalera del Cabildo. En 1834 fue diputado a la Legislatura, siendo
reelegido en los períodos sucesivos de 1835 a 1838. Fue autor de un Reglamento
del Parque de Artillería, que se publicó íntegro en la “Gaceta Mercantil” de
los meses de octubre y noviembre de 1834.
En abril de 1822 contrajo matrimonio con Raimunda Valentina Diana,
nacida en Buenos Aires el 14 de febrero de 1805; hija de Pascual Diana y Clara
Ferreyra.
San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.