La Orden Militar de Caballería Ligera del Papa, es jesuita laica, bajo la Bendición del General de la Compañía de Jesús, Padre Adolfo Nicolás, colaboradores en la obra de Dios y de los Jesuitas en la misión de Cristo, en obras inspiradas en el desarrollo, la justicia social, los derechos humanos de los pueblos , el cuidado del medio ambiente y en la espiritualidad ignaciana, sean o no sus dignatarios de la Compañía de Jesús) click..
Quiénes somos
Los Caballeros de la Orden , soldados de Dios, somos jesuitas laicos, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios.
(dijo Lord Maculay)
Es genial pensar, comer y salvar el planeta juntos.
Foto des: Jaime Tatay, SJ
José María Segura, SJ y Jaime Tatay, SJ
El pasado 19 de diciembre, a lo largo de toda la mañana, 75 alumnos y alumnas de bachillerato del Colegio Jesuita El Salvador de Zaragoza se pusieron un delantal y blandiendo cuchillos, peladores y bandejas, se lanzaron a cocinar para los más de 150 alumnos y profesores que se acercaron a comer en el día de despedida del año.
Pero no todo empezó aquel jueves lluvioso de diciembre. La preparación de aquella comida comenzó el fin de semana anterior. El sábado 14, un grupo de alumnas recogieron alimentos en el mercado agro-ecológico de la ciudad; alimentos que no se podían ya vender y se iban a tirar, pero que estaban todavía en buen estado para el consumo humano.
A lo largo de la semana, de lunes a miércoles, distintos grupos organizaron rutas del despilfarropor distintos establecimientos de la ciudad: panaderías, verdulerías, supermercados, carnicerías y fruterías que donaron alimentos que, de nuevo, aunque aptos para el consumo no podían ya ser comercializados: pan, repostería, tomates, calabazas, patatas, puerros, y fruta de distintas clases. Con todos esos alimentos que se iban a desperdiciar comieron abundantemente más de 150 personas.
Muchos de los alimentos que se cultivan no llegan ni siquiera a las tiendas porque no cumplen los requisitos necesarios (son demasiado pequeños, estéticamente no son atractivos). Esos alimentos se dejan en el campo, aunque la mayoría son tirados en las tiendas, en los almacenes o, lo que es todavía peor, en las propias casas una vez cocinados.
Jóvenes cocineros preparan una deliciosa comida para todos.
Foto des: José María Segura, SJ
Europa pierde o desperdicia entre un 30% y un 50% de los alimentos comestibles a lo largo de la cadena agroalimentaria. El gran escándalo del despilfarro de alimentos se debe, en buena medida, a que las tiendas -y nosotros como consumidores- exigimos unas condiciones que hacen que muchos alimentos, en perfecto estado, acaben desperdiciándose. Sólo en Aragón cada año se tiran 200.000 toneladas de comida. Este ha sido el escándalo que la campaña
Piensa.Aliméntate.Ahorra del Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas ha puesto de relieve durante el 2013.
Esto es lo que quiere denunciar la iniciativa Feeding the 5000
(Alimentando a los 5000)
que inició el profesor universitario Tristram Stuart en Inglaterra para concienciar y tratar de revertir la cultura del despilfarro instalada en nuestras sociedades industrializadas. Esta iniciativa, que se ha extendido por otras ciudades europeas, ha llegado también, gracias al apoyo de los voluntarios de Feeding ZGZ , al equipo de formación social del colegio El Salvador y a la colaboración generosa de muchos alumnos y profesores.
Valgan los testimonios de Mónica y Pilar, dos de las alumnas que colaboraron en la recogida de alimentos y en la preparación de la comida, para resumir la experiencia:
“Para mí, y creo que para todos los que estuvimos allí, pasamos un buen rato. La mayoría de los vendedores nos dieron algunos alimentos que no iban a vender y había algunos que nos dieron incluso comida que podrían haber vendido, solo porque querían colaborar. Fue una experiencia muy buena y entretenida, sentimos que ayudábamos a los demás y aprendimos que algunas cosas que nosotros valoramos esenciales y básicas en realidad no lo son.”
“Así que poco a poco fuimos entrando en la dinámica de que este mundo demanda un cambio, y que éste estaba en nuestras manos. Por lo tanto, ¿Quién mejor que nosotros para emprenderlo?”
Un artículo relacionado se publicó en Ecojesuit último agosto de 2013.
ordendeloyola@gmail.com
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