La Santa Casa fue declarada Patrimonio Histórico
"Desde muy joven comenzó a trabajar con los jesuitas (Compañía de Jesús) colaborando en la organización de ejercicios espirituales. Luego partió a Buenos Aires donde durante veinte años de su vida se dedicó a predicar el mensaje de Cristo. En 1795 fundó la Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires, la que aún sigue cumpliendo su misión".
La Orden Militar de Caballería Ligera del Papa, es jesuita laica, bajo la Bendición del General de la Compañía de Jesús, Padre Adolfo Nicolás, en colaboración abraza la misión Jesuita en la obra de Dios, y en la misión de Cristo, inspirada en el desarrollo, la justicia social, los derechos humanos de los pueblos , el cuidado del medio ambiente y en la espiritualidad ignaciana, sean o no sus dignatarios de la Compañía de Jesús) click..
Quiénes somos
Los Caballeros de la Orden , soldados de Dios, somos jesuitas laicos, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios.
(dijo Lord Maculay)
VIDA Y OBRA DE MAMA ANTULA
La Venerable María Antonia de Paz y Figueroa, conocida por el pueblo como "Mama Antula" nació en 1730 en Santiago del Estero, Argentina. Desciende de una ilustre familia de conquistadores y gobernantes. Su niñez la pasa en el campo, en la hacienda paterna en contacto con los pueblos originarios. A los 15 años decide consagrarse a Dios y toma el nombre de María Antonia de san José. Algunos santiagueños lamentan la decisión ya que ella era muy bonita, de facciones finas y grandes ojos azules. En aquella época no existían religiosas activas fuera del convento de clausura, con lo cual ella decide vestir una túnica negra y vivir junto a otras mujeres la vida activa, se las llamaban "beatas" (lo que sería ahora laicas consagradas).
Guiadas por un sacerdote jesuita, el Padre Gaspar Juárez, se dedicaban a ayudar a los sacerdotes, instruir a los niños, cosían, bordaban, cuidaban enfermos y repartían limosnas. En 1767 Carlos III decide expulsar a los jesuitas de América. María Antonia cuenta con 37 años, y quiere reinstaurar los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Esto no fue bien visto por la sociedad, el medio era hostil, pero ella sigue con su idea de organizar esta práctica piadosa. Los participantes vivían en un lugar cerrado durante varios días escuchando charlas a fin de que reflexionen sobre su vida y apliquen lo que les es un bien para su alma.
Comienza María Antonia invitando uno a uno a estos retiros desde 1768 a 1770. Lo hace caminando descalza por las tierras de Santiago del Estero, Silipica, Loreto, Salavina, Soconcho, Atamasqui, etc. Luego decide salir a otras provincias y se va caminando a Catamarca, La Rioja, Jujuy, Salta y Tucumán. El Obispo de Tucumán le da la licencia y así comienzan a aceptarse nuevamente esta práctica religiosa. Los frutos de los Ejercicios se conocen por el bien que le hace al pueblo y sus cambios en la vida diaria. Los Ejercicios duraban 10 días y se hacían todo el año.Convivían las Damas con sus siervas y en tandas separadas los hombres con sus ayudantes de campo.
Luego del éxito y buenos frutos de estos retiros, decide ir a Buenos aires. En ese momento era considerado una locura ya que debían caminar 1.400 Km. a pie. Los peligros son múltiples ya que las zonas eran habitadas por animales salvajes, - jaguares, chanchos del monte- y bandas de ladrones que atacaban a los viajeros. Una de sus frases que guían sus pasos era "la paciencia es buena pero más la perseverancia", y lo aplica en su máxima expresión.
Al llegar a Buenos Aires en Septiembre 1779 visitó al Virrey y al Obispo durante un año para que le otorguen la licencia. El Virrey Vértiz tenía una antipatía visceral por todo lo que era jesuítico, le niega la autorización. En 1780 comienzan los retiros en Buenos Aires con éxito increíble. Es allí cuando el Obispo cambia su parecer y apoya esta obre, por los frutos que dan en sus fieles. Llegaron a haber tandas de 200 personas y la Providencia fue muy generosa en asistir a todas las necesidades de los practicantes.
La comida que sobraba se repartía a los presos y mendigos que concurrían a la Casa. Ella escribe: "Veo que la Divina Providencia me socorre indefectiblemente para su continuación y que cada día más experimenta el público el fruto de ellos. En cuatro años de Ejercicios se han acercado más de 15.000 personas.
Luego, sus ansias de "quisiera andar hasta donde Dios no fuese conocido" la lleva a Colonia del Sacramento y Montevideo en la República del Uruguay, donde permanece tres años. Retorna a Buenos Aires y comienza la edificación de lo que hoy es uno de los edificios más antiguos de Buenos Aires, la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, en Av. Independencia 1190, Capital Federal Argentina. Ella va tocando puerta por puerta, hasta el Virrey acepta su obra. Ella dice "la obra era de Dios y para Dios" y es así como se edifica esta Casa.
Luego, sus ansias de "quisiera andar hasta donde Dios no fuese conocido" la lleva a Colonia del Sacramento y Montevideo en la República del Uruguay, donde permanece tres años. Retorna a Buenos Aires y comienza la edificación de lo que hoy es uno de los edificios más antiguos de Buenos Aires, la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, en Av. Independencia 1190, Capital Federal Argentina. Ella va tocando puerta por puerta, hasta el Virrey acepta su obra. Ella dice "la obra era de Dios y para Dios" y es así como se edifica esta Casa.
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