La Primera Corriente Hispanista (XIX - XX)
En el caso del Perú el rechazo hacia el hispanismo en el campo académico y político se dio oficialmente desde la década de 1820 hasta la década de 1880 con motivo de la guerra por la independencia, una postura impulsada por los liberales y republicanos de las urbes (Lima, Cuzco, Trujillo y Arequipa). A pesar de las hostilidades entre el Perú y España, la hispanidad seguirá vigente en sus diferentes expresiones culturales.
“Los sectores dominantes fueron los grupos criollos, los cuales mostraron cierto anti-hispanismo en el contexto de las luchas por la independencia, pero luego revaloraron la herencia hispánica para destacar el carácter mestizo de la nación. Aunque de grandes mayorías indígenas, países como el Perú, estuvieron encabezados por élites que interpretaron lo indio como un elemento de atraso social y cultural”. (Romero, 2021)
Tras el Tratado de paz y amistad de 1879 y en el contexto de la Reconstrucción Nacional el hispanismo vuelve a resurgir, como una opción alterna para reconstruir la Nación Peruana, ya que las elites conservadoras de Lima y Arequipa creían -tras la derrota sufrida ante Chile- que los males del Perú se debían a la separación de España.
Y es aquí donde el hispanismo en su aspecto político y académico adopta una postura supremacista y de exclusión hacia todo lo indígena, señalándola de ser un elemento inferior y que promueve el atraso economico y cultural del Perú. Por ende se vuelven a retomar las políticas de colonización –en la Selva-, evangelización y de mestizaje, impulsadas desde el gobierno.
El objetivo de los hispanistas de finales del siglo XIX y principios del XX era erradicar todo elemento indígena, consolidar al Perú como un Estado Nacional, como un país mestizo con una cultura homogénea.
“las fuerzas necesarias para llevar su acción civilizadora, no solo a los pueblos del interior, sino a multitud de tribus salvajes que pueblan nuestras montañas, mediante el establecimiento de misiones que contribuyan al engrandecimiento de la Iglesia y de la Patria”. (P. García, 1995)
Esta postura supremacista de los hispanistas de Lima y Arequipa eventualmente dará origen a facciones contrarias –los indigenistas de provincia y de Lima-, y otros que buscarán conciliar las diferentes posturas, como los positivistas y los peruanistas.
“A propósito, el indigenismo fue planteado por mestizos. Es verdad que resaltó los valores de la cultura del Perú antiguo y que se opuso al hispanismo -a veces no sin demagogia-, como también que "cayó en una exageración: el etnocentrismo indigenista”. ( Matos Mar, 1992)
Eventualmente el nacionalismo peruano (posivistas y peruanistas) conseguirá triunfar sobre los indigenistas e hispanistas, debido a su discurso conciliador que logrará gran acogida entre las mayorías -indios y mestizos- desde la década de 1920 en adelante.
“Formar la unidad nacional y fortalecer el patriotismo sobre todo en un pueblo como el nuestro que debe hermanar su fe irreductible en el porvenir con el orgullo de su admirable pasado que simboliza un Inca, un Virrey y un Libertador”. “Hace ya mucho tiempo que he querido transformar desde los cimientos la condición del indio en el Perú. El indio es tan peruano como nosotros y debe tratársele como tal". (Augusto B. Leguía, 1926)
"Hoy, a Dios gracias, el indigenismo y el hispanismo han sido superados por el peruanismo. Ya no somos vasallos de Atahualpa ni súbditos de Carlos V. Somos peruanos, cholos, mestizos. La cultura occidental es nuestro género próximo y la cultura andina nuestra diferencia específica. La cultura occidental nos hace iguales a todos los países de occidente, pero la cultura andina nos hace únicos entre todos los países del mundo. Por eso somos, simultáneamente, universales y singulares. Y por eso finalmente el Perú tiene cinco características: independiente, uninacional, pluricultural, multilingue y mestizo". (Del Busto, 1998)
El Proyecto Fallido de la Mancomunidad Hispana
Aproximadamente en 1957, el gobierno de Prado Ugarteche emprende una política de acercamiento (Doctrina Prado) de los países hispanoamericanos con España, aquella que tenía por objetivo desprenderse de la dependencia de los EE.UU. y crear una mancomunidad hispana que estuviese ligada por vínculos históricos. En este mismo periodo se posibilita a ciudadanos peruanos y españoles obtener la doble nacionalidad sin tener que renunciar a la primera. Este proyecto genera cierto descontento entre los nacionalistas y en un sector de las FF.AA.
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