domingo, 22 de febrero de 2015

Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2015.





SS FRANCISCO PAPA


Queridos hermanos y hermanas:


La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un «tiempo de gracia» (2 Co 6,2). Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros amemos a Dios porque él nos amó primero» (1 Jn 4,19). Él no es indiferente a nosotros. Está interesado en cada uno de nosotros, nos conoce por nuestro nombre, nos cuida y nos busca cuando lo dejamos. Cada uno de nosotros le interesa; su amor le impide ser indiferente a lo que nos sucede. Pero ocurre que cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás (algo que Dios Padre no hace jamás), no nos interesan sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen… Entonces nuestro corazón cae en la indiferencia: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta actitud egoísta, de indiferencia, ha alcanzado hoy una dimensión mundial, hasta tal punto quepodemos hablar de una globalización de la indiferencia. Se trata de un malestar que tenemos que afrontar como cristianos.

Cuando el pueblo de Dios se convierte a su amor, encuentra las respuestas a las preguntas que la historia le plantea continuamente. Uno de los desafíos más urgentes sobre los que quiero detenerme en este Mensaje es el de la globalización de la indiferencia.

La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos despiertan.

sábado, 21 de febrero de 2015

EL SILENCIO. Por Edna Pozzi. Colaboración de S.E. Cab D Adolfo "vasco" Zabalza OCSSPSIL.



“Siento esta noches heridas/de muerte las palabras.” Rafael Alberti 

Yo soy uno entre los millones de habitantes que pueblan este país. No ejerzo otra representación que la de cientos de compañeros y amigos que fueron obligados a un silencio forzoso y eterno del que todavía pretenden despertar. El silencio es una joya o un estigma, una condena llena de palabras heridas de muerte que a lo mejor serán pronunciadas un día de bienaventuranza. 

Por eso es tan altísimo el resplandor que emana de estas criaturas desoladas que tienen preso todo el color, todos los símbolos de la alegría, todo el resplandor de la vida.

En silencio, porque estamos colmados de dones, ejecutamos los ritos mas entrañables de nuestra cultura, decimos que si con el corazón, los brazos, las uñas y decimos que no, con la piel, con los ojos lacerados por el recuerdo y la estulticia y somos siempre la rebeldía, el pecado de la palabra, la crueldad manifiesta, el vacio. 

Por eso pienso la medida de agresión que hay en las palabras que tienden a empujarnos al silencio, porque no merecemos ser visibles en la plaza pública sino como recuerdo de un tiempo deshilachado que no tiene nombre seguro. Ya se sabe que quien grita mas sus aparentes verdades no hace más que destapar la basura del idioma para oprimir con todo los lazos disponibles. 

Hay un hombre que ha muerto y no se ha llevado con él el silencio total. Porque grita y molesta y hace trizas su silencio y es mucho más que nosotros eligiendo la valentía y las “equivocaciones” que iban a lacerar su muerte en forma cada vez más intensa. 

Tengo, entre tanto objeto inútil, una pequeña escultura que guardo celosamente. Ella es la de los “tres monitos sabios”, uno se tapa la boca, el segundo se tapa los oídos y el tercero los ojos.

Es decir no hablar, no mirar, no escuchar, ese seria tal vez el resultado que se espera de nosotros que obremos como ciegos, escuchemos a los que nos gritan y caigamos en el silencio. Un país no es ni un enfermo doliente ni la cueva de ALI BABÁ para enriquecernos, es otra cosa y a quien lo siente así, otra cosa, no lo van a convencer las artimañas verbales de los que pregonan el silencio total.

Muchos hombres han caído en ese silencio, que desdibuja nombres y fechas y deben ser rescatados de la opacidad porque su silencio es más doloroso y fatal. 

La muerte del Dr. Nisman y las infinitas palabras falsas o verdaderas que casi han ahogado su figura, es nuestra bandera y el silencio primordial del que alguna vez debe ser que nazca aquello que se llamara “Nuestra justicia”. Así lo quisiera comprender pensando que su desaparición es parte de los dolorosos “laureles que supimos conseguir”. 

¿De que muerte quieren hablar? El cincuenta por ciento de los niños que mueren en el Norte argentino es por hambre, sus fotografías invaden los medios pero el niño sin comprenderlo se ha tapado con el silencio mas terrible, el monstruo de las uñas sangrantes y también la indiferencia, apenas si jaqueada por las organizaciones de salud infantil.

Como no hay nada que decir frente a esas muertes que se tragaron todo el silencio así la patria tiene vergüenzas repetidas de asaltos, corrupción, inseguridad y cuanto mas tipos de torpezas han podido ser inventada por la muerte humana y entonces si resulta indignante que nos vengan a enseñar de que lado de la moral estamos, que se rían de nuestros fervores patrióticos y los enfrenten al “Viva la patria”.

Por eso es que al cabo de una lectura desapasionada de los medios, nos desconcerta saber cuan largo y difícil es llegar a la verdad, si a nuestro muerto lo asesinaron o el se dió muerte, distinción que parece superflua considerando que suicidio o asesinato son las resultas de un hombre acorralado en su intento de buscar la verdad. 

Agitar frente a esta muerte exclusivamente las razones jurídicas o políticas es equivocado. ¿Se juega aquí la reacción frente a una afrenta que viene de largas décadas? Una afrenta singular por el robo sucedido para frustrar una personalidad.

O se corrige ese cruel ademan, o quedamos expuestos al vacio de la identidad. No sabiendo si somos argentinos latinoamericanos o que, así van destrozando nuestras instituciones.

Algún día la dignidad de ser argentino se extenderá a gobernantes y gobernados, ese día el nombre de Alberto Nisman será otro escalón mas en la dolorosa lucha que nos han obligado a soportar. Entonces el silencio será temible, amenazante porque hemos pagado un altísimo precio para merecer “un minuto de silencio”.

Ese minuto por la muerte de Alberto Nisman es también un dato de profundo homenaje a todos los que sintieron que realmente sentían amor por esta Patria y habría que levantar las manos para decir: si, yo también soy Alberto Nisman.

Sé como es el desamparo y la gratuidad de la ofensa, pero sé sobre todo que ese minuto de silencio puede durar siglos y tal vez pueda llegar hasta ese niño que nació ayer y espera una madre poderosa y tenaz que lo cobije.


Publicado en el Diario La Opinión de Pergamino el 18 de Febrero de 2015. Edna Pozzi

*Poeta y prosista nacida en Pergamino (Buenos Aires, Argentina) en 1926.


CASAMIENTO DE NÉSTOR Y MARÍA LUJÁN. PARROQUIA DE SAN LORENZO NAVARRO.


Bendición Apostólica SS el Papa Benedicto XVI

 “Seremos argentinos cuando sintamos en nosotros la adherencia que tuvo el indio con su suelo; cuando sintamos la capacidad creadora de civilización que tuvieron los españoles; cuando sintamos la plasticidad del gaucho en su horizonte pampeano; cuando tengamos la capacidad para el trabajo disciplinado como el gringo y cuando no seamos ni indios, ni gauchos, ni españoles, ni gringos, sino, ARGENTINOS…”





miércoles, 18 de febrero de 2015

La sociedad no puede ser indiferente ante la muerte.

 

 BENDICIÓN DEL XXX SUPERIOR GENERAL DE LA 
CURIA GENERALIZIA DELLA  COMPAGNIA DI GEZÚ


MIEMBRO DE LA ACADEMIA LATINOAMERICANA 
DE HISTORIA MILITAR

Y

PRIMER OFICIAL DE COMUNICACIONES DE LA
GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA 
DIPLOMADO EN DEFENSA NACIONAL 

El Diplomado en Defensa Nacional está capacitado para conformar equipos de trabajo abocados al análisis y resolución de problemas técnicos (obtención de datos, asesoramiento sobre áreas específicas, determinación de dimensiones a ser evaluadas, entre otros), aplicando los conocimientos y la práctica adquiridos en temas afines con el área de la Defensa (Incluye la Seguridad Interior). 


La tolerancia al autoritarismo no puede ser infinitamente elástica por parte de las sociedades civiles. La medida en que puede estirarse o circunscribirse dependerá de las circunstancias históricas, y, sobre todo, de la proximidad de la amenaza que los autoritarios presentan a las instituciones democráticas cuando recurren a la violencia o a otros métodos ilegales.
En el caso argentino, la dificultad estriba en que si la oportunidad para que crezca una amenaza totalitaria se mantiene abierta demasiado tiempo y esa amenaza anida justamente en personas cercanas al propio Gobierno, cuyo ejercicio autoritario del poder pareciera ir en dirección a la profundización de la violencia física hacia el otro, es entonces que la ciudadanía debe necesariamente manifestarse democráticamente en contra del poder autoritario que, aunque electo por vías democráticas, se apartó de las reglas políticas de la democracia en su sentido amplio.

Así el cristinismo violó la Constitución del país cuando decidió aplicar mayorías automáticas parlamentarias para votar la Ley 26.843 que propició el acuerdo con Iram por el caso AMIA. asegurando impunidad a los encausados por la voladira de la mutual judía de Buenos Aires,


Hay que recordar que ese acuerdo luego fue declarado inconstitucional por la Sala I de la Cámara Federal en dictamen firmado por los jueces Eduardo Farah y Jorge Ballestero, aunque el magistrado Eduardo Freiler, tercer integrante de la Sala I, no firmó por encontrarse excusado.
Del lado iraní, el Parlamento jamás voto afirmativamente el perfeccionamiento del documento. En consecuencia, jurídica, ética y políticamente, el acuerdo no vale ni la tinta con la que fue firmado.

En este escenario político, donde la vulgaridad gobierna y actos rampantes de corrupción empañan a no pocos funcionarios, alcanzando incluso al propio Vicepresidente, que vergonzosamente continua presidiendo la Honorable Cámara de Senadores de la Nación, la sociedad no puede ser neutral al elegir entre la vida y la muerte. No solo las balas matan, también lo hace la corrupción, el silencio cómplice y las palabras que generan violencia política cuando se la justifica. 

Una sociedad debe elegir sin dudar entre aquellos que están preparados para trabajar dentro de los límites de un sistema democrático y aquellos que están trabajando para su eliminación. La falta de criterio a este respecto por parte de mucha dirigencia política en Argentina es evidente. Mientras tanto, el Gobierno mira al mundo de la política como a una glorificada sociedad de debates y diagnósticos casi siempre estériles y carentes de las soluciones concretas que reclama la ciudadanía.

Las circunstancias que envuelven la extraña muerte del Fiscal Alberto Nisman fortalecen una realidad que era evidente en materia de los desmanes gubernamentales. En este escenario todo esta en el plano de “la duda, aunque nadie descarta horribles certezas”.
El propósito del cristinismo en materia de respetar e imponer ideas fracasadas como sacrosantas a menudo muestra su ineptitud en organizar la defensa eficaz de sus propias posiciones políticas y filosóficas, y expone con inapelable claridad su desgobierno en áreas sensibles como economía, salud, educación, seguridad y un sinfín de etcéteras que no acaban en el desquicio de convertir “la Casa Rosada” en un mero recinto partidista, olvidando que es y ha sido la Casa de Gobierno a través de toda la historia de la República Argentina.
La noble aunque muy gastada afirmación de fe democrática (“Puedo no estar de acuerdo con su opinión, pero moriría por su derecho a decirla”) pierde significado convirtiéndose en “candidaticidio” si a quien se dirige es precisamente al que se propone amordazar al orador, algo que el gobierno argentino se empeña a diario en su intento de forzar a las personas a que comiencen a pensar de manera única cuando muestra que “hay muertes” -como la del Fiscal Nisman- por las que no se debe guardar respeto, duelo nacional y en ultima instancia, hasta no hay que lamentarlas. En ese estado de situación ya no es justamente una cuestión acerca de lo que toleraremos, sino de lo que defenderemos.

En una sociedad democrática el consenso debe ser notablemente inclusivo y tolerante. Pero la tolerancia no puede incluir a grupos y sectores que son abiertamente antidemocráticos y capaces de manipular las libertades, la vida y las oportunidades políticas que ofrece una sociedad libre y pacífica ante la propia agudización de la corrupción e intolerancia diaria oficialista.
Ahora que la muerte se hizo presente. El caso Nisman debe ser un aviso indubitable y un punto de inflexión en la sociedad ante la política que el Gobierno ha venido desarrollando desde la confrontación, el doble discurso, la soberbia, la corrupción y la impunidad que, inevitablemente ha fracturado y divido la sociedad civil.


Es tiempo de mirar hacia adelante. La Justicia tendrá mucho trabajo y deberá realizarlo con imparcialidad y sin intromisiones. El país necesita de una oferta seria de gobernabilidad de cara a las elecciones presidenciales del año en curso. La ciudadanía debe hacer valer sus derechos y dejar atrás las historias de fracasadas internas de los movimientos mayoritarios. Solo así se podrá garantizar que el caso Nisman jamás vuelva a repetirse en la política argentina.


A.M.D.G

D CARLOS GUSTAVO LAVADO RUÍZ ROQUÉ LASCANO 
 SOBERNA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR 1ER GENERAL


Soberana Compañia de Loyola
Cuerpo Socorro Argentino
cuartelmaestre@gmail.com
ordendeloyola@gmail.com 


  Roque es un nombre de origen germánico que significa "fuerte como la roca" o "roca sólida". Este nombre refleja caract...