Es el mismo Cristo Nuestro Señor, ya en la plenitud del
Nuevo Testamento, el que anuncia una vez y para
siempre,
que no ha venido al mundo a traer la paz, sino la espada
(Mt. 10,34).
" Puedes sentirte desilusionado si fallas,
pero estás condenado...si no lo intentas. "
pero estás condenado...si no lo intentas. "
"Faltó en el mundo la caridad, lealtad, justicia y
verdad; empezó la enemistad, deslealtad, injuria y falsedad; y de esto se
originó error y perturbación en el pueblo de Dios, que fue criado para que los
hombres amasen, conociesen, honrasen, sirviesen y temiesen a Dios.
Por eso el 23 de Octubre de 2008, le dí la forma a La Orden de San Ignacio, como tal vez la soñó Don Iñigo Caballero de Calatrava,soy Jefe del Estado Mayor para la República Argentina de la Cruz Roja Garibaldina, con San Ignació de Loyola,
descendemos de Don Lope García de Lazcano y Doña Sancha Yañez de Loyola, la Orden Militar de Caballería cuenta con la
bendición del Superior
General de la compañía de Jesús Padre Adolfo Nicolás SJ, e inscrita en el Registro de Asociaciones del Ministerio del
Interior Reino de España
CURIA GENERALIZIA DELLA COMPAGNIA DI GESÚ
“Dios quiera pues bendecir generosamente a la Orden para que, la
institución como tal y también cada uno de sus miembros, se distinga por un extraordinario espíritu de caridad y
por un anhelo de conversión espiritual permanente.
Cuente con mi oración, por la intersección de San Ignacio,
para que la Órden sea bendecida por Dios, dándole el anhelo y el empeño
constantes de actuar en todo con
criterios evangélicos y de discernir permanentemente cuál es la voluntad de Dios para ponerla en Práctica.”
A.Nicolás, SJ
Superio General
"Los nuestros son como caballos ligeros, que han de estar siempre a punto para acudir a los rebatos de los enemigos para acometer y retirarse y andar siempre escaramuceando de una parte a otra. Y para esto es necesario que seamos libres y desocupados de cargos y oficios que obliguen a estar siempre quedos."
Oficio es pues del Caballero la defensa de los dos estamentos débiles, el del Orador y el del Labrador, oficio irreemplazable en una sociedad bien constituida. Cada sector debe cumplir su papel específico.
Ignacio de Loyola
Oficio es pues del Caballero la defensa de los dos estamentos débiles, el del Orador y el del Labrador, oficio irreemplazable en una sociedad bien constituida. Cada sector debe cumplir su papel específico.
Es la
Caballería una de esas tantas instituciones que han ido
apareciendo a lo largo de la historia, erigidas por un Papa o decretadas por un
Rey. Si bien con el tiempo la
Caballería se convirtió en un estamento signado por un
espíritu profundamente cristiano, nada tiene en sus orígenes que recuerde los
comienzos de una orden religiosa.
Ignacio tardó casi seis años en encontrar nueve amigos que
pensaran como él. El día de la
Asunción de la
Virgen del año 1.534, juraron los votos de la nueva Orden en
la cripta de la pequeña iglesia de Montmartre. Sólo uno, Imabro, era sacerdote
y dijo la misa en aquella ocasión. Los otros eran doctores en teología y
estaban preparándose para el apostolado intelectual. Yo tal vez tarde más, "deberé incentivar a los inactivos".
Como resulta obvio, el ideal de la Orden de los Caballeros de San
Ignacio de Loyola, no se realizó por un decreto, ni de un momento a otro, sino
que fue en respuesta concreta a los
pedidos y sugerencias realizados por la Compañía Universal
(plasmadas en diversos documentos como la
CG 34, Colaboración de los laicos en la Misión , Proyectos de las
Provincias SJ, y otros) de conformar un nuevo “Sujeto apostólico” en el que
laicos y jesuitas colaboremos conjunta y estrechamente en la Misión evangelizadora de la Compañía y de la Iglesia, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos
lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren
estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión.
Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo,
solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús
rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al
servicio de la Mayor
Gloria de Dios
“Mi Voluntad es conquistar el mundo entero;
el que quiera venir conmigo tendrá que luchar.
Siguiéndome en la pena también me seguirá en la gloria”
(Meditación del Rey temporal).
Ésta fue la vida de San Ignacio de Loyola, el Soldado de Cristo.
"Soy un hombre de armas, un guerrero y paradójicamente al único de mi especie que admiro, empuñó solamente la palabra, su técnica fue la humildad, su táctica la paciencia y la estrategia que le dio su mayor victoria fue dejarse clavar en una cruz
por aquellos que amaba"
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