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Un informe de
Villa 31 Ciudad de Buenos Aires República Argentina
La gente que vive en las ciudades supera en número a la
población del medio rural, y la tendencia no parece estar retrocediendo, según
ONU-Habitat.
En la actualidad, 54
por ciento de la población mundial vive en centros urbanos, una proporción que
subirá a 66 por ciento en 2050, según las proyecciones de la agencia de la ONU (Organización de las Naciones Unidas)
para los asentamientos humanos, que advierte que la planificación es
fundamental para lograr un crecimiento urbano sostenible.
”En el pasado, la urbanización era un
plato de cocción lenta y no una comida rápida”: Joan Clos. ”En
la jerarquía de las ideas, primero viene el diseño urbano y luego todo lo demás”,
declaró el español Joan Clos, director ejecutivo de ONU-Habitat, mientras se
encontraba en Nueva York para una reunión preparatoria de Hábitat III, la
conferencia mundial sobre desarrollo urbano sostenible que tendrá lugar en
2016.”Urbanización, parcelación,
construcción, en este orden”, dijo Clos al explicar que en muchas
ciudades el orden se invierte y después es difícil resolver los problemas.
El Departamento de Asuntos Económicos y
Sociales de la ONU
señala que la población urbana pasó de 746 millones de personas
en 1950, a 3.900 millones en 2014, y se espera que supere los 6.000
millones en 2045.
En la actualidad existen 28
megalópolis con más de 10 millones de habitantes, y para 2030 el mundo tendrá
al menos 41 de estas ciudades gigantes.
Un informe de la ONU revela que los asentamientos
urbanos padecen inéditos problemas demográficos, ambientales, económicos,
sociales y espaciales, y que la urbanización espontánea termina con frecuencia
en los barrios informales.
Aunque la proporción de población urbana que
vive en estos barrios pobres disminuyó en los últimos años, y uno de los
Objetivos de Desarrollo del Milenio alcanzó su propósito de mejorar la vida de
al menos 100 millones de habitantes tugurizados, el número absoluto sigue en
crecimiento, debido en parte al rápido ritmo de la urbanización.
El mismo informe calculó que en 2012
había 863 millones de residentes urbanos que vivían en tugurios, en comparación
con 760 millones en el año 2000.
”En el pasado, la urbanización era un
plato de cocción lenta y no una comida rápida”, dijo Clos, que fue
alcalde de la ciudad española de Barcelona de 1997 a 2006.
”Hemos visto en muchos casos que la
urbanización espontánea no se ocupa del espacio público y su relación con las
parcelas edificables, que es la esencia del arte de la construcción de las
ciudades”,
destacó.
Clos cree que para
construir las ciudades es necesario tener una visión. Y con eso no se refiere a
la construcción de edificios, sino de comunidades sanas y sostenibles.
Relinda Sosa es la presidenta de la peruana
Confederación Nacional de Mujeres Organizadas por la Vida y el Desarrollo Integral
(Conamovidi), cuyos 120.000 activistas trabajan para que sus comunidades sean
más inclusivas, seguras y resistentes.
La red de mujeres se encarga de más de 10.000
comedores populares en Perú para garantizar la seguridad alimentaria,
identificar los problemas y prevenir los desastres naturales en las ciudades.
”Debido a la configuración de la
sociedad, las mujeres son las que pasan más tiempo con las familias y en la
comunidad, y por eso la conocen mejor que los hombres, que muchas veces solo
descansan en la zona y luego salen a trabajar lejos”, indicó Sosa a IPS.
”Pero a pesar de la posición que
ocupan, y debido a la cultura machista que existe en América Latina, las
mujeres a menudo son invisibles. Por eso trabajamos para asegurar que
participen en el proceso de planificación, debido a los datos y los
conocimientos que tienen”, añadió.
El vínculo entre los líderes públicos y
electos es crucial, y Conamovidi intenta facilitarlo mediante la participación
de las mujeres organizadas. ”Cuando el acceso a los servicios básicos es
deficiente, las mujeres son las que tienen que enfrentar estas situaciones
primero”, dijo Carmen Griffiths, dirigente de GROOTS Jamaica, una
organización vinculada a Conamovidi.
”Observamos los patrones de los
asentamientos en las ciudades, hablamos de la densificación urbana, de la gente
que vive en la periferia, en los asentamientos informales, en viviendas
irregulares, sin agua ni saneamiento en algunos casos, sin electricidad
adecuada. Hablamos sobre lo que causa la violencia contra las mujeres” en los centros
urbanos, explicó Griffiths.
Como dijo Clos a IPS, la
protección del espacio público es fundamental, idealmente en una proporción de
50 por ciento frente a las parcelas edificables, así como la propiedad pública
de los planes de construcción.
El gobierno local tiene que garantizar la existencia de
servicios en el espacio público, algo que no sucede en una situación de barrio
tugurizado, donde
no existen regulaciones ni inversión pública, agregó.
Griffiths se reúne todos los meses con las
mujeres de su organización para hablar de sus problemas y necesidades y
asegurar que se planteen a las autoridades locales. ”A
veces sucede que te encuentras con buenos políticos, pero en otras ocasiones
solo quieren el voto y no interactúan con la gente en absoluto”,
añadió.
Griffiths también integra el consejo asesor de
ONU-Habitat, para expresar las necesidades de su pueblo en el plano
internacional y luego llevar el conocimiento a las comunidades, explicó.
Estas batallas generan algunos buenos
resultados, especialmente en el entorno urbano. Sosa aseguró que las mujeres de
las ciudades están conquistando, poco a poco, una participación más amplia,
mientras que en el ámbito rural la mentalidad sigue siendo muy conservadora.
Acerca de la relación entre el medio urbano y
el rural, Maruxa Cardama, coordinadora de proyectos de Communitas, Coalición
por Ciudades y Regiones Sostenibles, dijo a IPS que hace falta un plan
inclusivo.
Las ciudades son dependientes de los recursos naturales
de las zonas rurales, como la agricultura, por lo que la planificación urbana
no debe detenerse donde terminan los edificios de apartamentos, explicó. Esto
asegurará que el medio rural no esté aislado y cuente con los servicios
necesarios, añadió.
Aunque no estarán completados hasta 2015,
actualmente una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que
discute la comunidad internacional es que ”las ciudades y los asentamientos humanos sean
inclusivos, seguros, resistentes y sostenibles”.
Notas:
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro
Queiruga
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