viernes, 17 de enero de 2014

Francisco y el Centésimo Mono. Orden Caballeros de Su Santidad el Papa "San Ignacio de Loyola".




Quiénes somos 

Los Caballeros de la Orden, soldados de Dios, somos jesuitas laicos, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios.


Orden Caballeros del Papa en América
Los Jesuitas conquistaron Sud América para la Iglesia de Roma 
(dijo Lord Maculay)


El biólogo Lyall Watson escribió un libro llamado “Lifetide: The Biology of Consciousness”, en cual relata un sorprendente suceso que ocurrió cuando experimentaba con una colonia de monos en una isla cerca de Japón. Watson intentaba cambiarles la alimentación, es decir que quería que aprendieran a comer papas, pero los monos, al verlas sucias de tierra y barro, las rechazaron. Luego de cierto tiempo, observó que una mona joven se le ocurrió llevar las papas al río y lavarlas antes de comerlas, y de esa forma logró comerlas sin problemas. Esta mona luego enseñó a los demás monos jóvenes a lavar las papas, casi como jugando. Los monos mayores no aprendieron a hacerlo, excepto aquellos que tenían hijos jóvenes, quienes enseñaron el truco a sus madres y así sucesivamente. Poco a poco, más y más monos fueron aprendiendo el nuevo comportamiento, y un buen día, y súbitamente, toda la colonia estaba lavando las papas. Pero lo más sorprendente fue que a partir de ese día, los monos de otras islas, sin contacto con los anteriores, también habían aprendido a lavar las papas, incluso los monos de Takasakiyama, en pleno territorio de Japón.

Se pregunta Lyall, es como si el nuevo conocimiento se hubiese expandido por el aire, alcanzando a toda la especie y quedó tan sorprendido que consideró que cuando el mono número X hubiera aprendido se completaría lo que él denominó la Masa Crítica. Es decir, el número de monos necesario para que toda la especie adquiera de pronto un nuevo conocimiento o aplicase una nueva conducta de vida. Esto le hizo suponer que en la evolución de las especies hay mecanismos diferentes de aquellos que intervienen en la selección natural, lo cual tiende a mostrar que esos mecanismos también inciden sobre la manera como ideas y costumbres se propagan por toda la especie humana. A esto se llamo “Teoría del Centésimo Mono”.

Watson, convencido de su teoría, escribe en su libro que si un número suficientemente grande de personas (Masa Crítica) adquiere un nuevo conocimiento o forma de ver las cosas, esto se propagará por toda la humanidad. De esto se desprende que una sola persona podría completar la Masa Crítica, y desencadenar un nuevo conocimiento para toda la humanidad. Me pregunto, ¿será el Papa Francisco el centésimo “mono”? Será Francisco el Papa que nos enseñe que el Amor es lo más importante de la vida y que saber perdonarse y perdonar podrá cambiarnos de paradigma en nuestras vidas. ¿Se imagina Ud. cómo cambiaría súbitamente la humanidad si no tuviéramos nada que enjuiciar? Basta con que un número suficiente de seres humanos aprendan o comprendan y dejen de hacer juicios valorativos para que:

1. No importaría raza, nacionalidad, religión ni clase social, y todos seríamos fraternales con todos. 

2. No viviríamos todos aislados, temiendo al vecino, y pasaríamos a formar un gran “clan” fraternal. 

3. No existirían los ejércitos, entonces se podrían destinar los descomunales recursos que hoy se dedican a la guerra o la investigación bélica (para matar al hombre), al bien de hombre. 

4. Los avances científicos se pondrían a disposición de todos quienes los necesiten (y estén capacitados para manejarlos). 

5. Todos tratarían de ayudar a la humanidad con sus mejores talentos, y nadie querría “aprovecharse”, porque quien comprende lo que es el Amor, es naturalmente justo. 

6. Nadie pasaría hambre, porque si faltase comida en algún lugar, la solidaridad humana haría llegar los alimentos necesarios; y lo mismo con respecto a todas las necesidades humanas. 

7. No se contaminaría el planeta con fábricas de artículos innecesarios. 

8. No se consumirían millones de horas hombre dedicadas a superficialidades, tonterías o actividades dañinas, y todos trabajarían en lo que le hiciese falta de verdad a la humanidad. 

9. Se emplearía la tecnología para liberar al hombre de pesos innecesarios y mejorar su vida. 

10. Se dispondría de mucho más tiempo para dedicarlo a la cultura, el esparcimiento y el crecimiento interior. 

11. Nadie sería dueño de nada, pero todos podrían beneficiarse de todo. 

12. El hombre dejaría de vivir aterrorizado por el hombre, pues no habría mercados, ni especuladores, banqueros insensibles, ni gobiernos corrupto. Quizás esto que muchos llamamos crisis sumado a un número mayor de movimientos sociales que se están organizando sean los primeros pasos hacia una nueva toma de conciencia

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