Facultad de Turismo TSI-San ignacio en Barcelona, Universidad Ramon Llul
Quiénes somos
Los Caballeros de la Orden , soldados de Dios, somos jesuitas laicos, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios.
El Camino Ignaciano es un proyecto de la Compañía de Jesús que rememora la peregrinación que Ignacio de Loyola realizó en 1522 desde Loyola (País Vasco) a Manresa (Cataluña). El turismo es un instrumento que produce la transformación del medio y de las personas, a veces voluntariamente y otras sin conciencia de ello. Al iniciar este proyecto a inicios del 2011, la Compañía en Cataluña y en Loyola sabía que adquiría una responsabilidad a largo plazo con los futuros peregrinos, con las poblaciones locales y con el medio natural, que iban a recibir un nuevo elemento de estrés o desgaste así como de promoción y desarrollo. Nuestro objetivo es que en 2022, coincidiendo con el 500 aniversario de la conversión de Ignacio, esta peregrinación sea una oferta consolidada que atraiga a peregrinos de todo el mundo. El Turismo tiene la capacidad de reactivar los sentidos apagados en la historia, despertando en la memoria colectiva un patrimonio material e inmaterial que yace bajo capas de siglos pasados y haciendo surgir un nuevo orgullo en la población local. Nosotros estamos despertando ese orgullo ignaciano en las tierras de España.
El Camino Ignaciano, una ruta de peregrinaje de más de 650 km.
que pasa por 5 comunidades autónomas españolas. Foto de: J Lluís Iriberri
El Camino Ignaciano consiste en una ruta de más de 650 kilómetros que recorre cinco regiones en España y que se puede realizar en 30 días. Seguro que esta cifra no escapa a la mirada del lector ignaciano: 30 días coincide con la experiencia espiritual de los Ejercicios y éste es un elemento esencial y nuclear de nuestra peregrinación. En nuestra página web existe una propuesta para caminar junto a Ignacio esas cuatro semanas que nos propone en sus Ejercicios. Esta iniciativa se ha extendido y sabemos que hay otras propuestas de Ejercicios que algunos grupos de peregrinos están utilizando. Como un organismo vivo, estamos creciendo día a día. Para nosotros ésta es la columna vertebral de la propuesta: ponerse en camino implica un desplazamiento interior, un movimiento en el ser, un salir del punto inicial que nos pone en peregrinación interior y no sólo exterior. El peregrino Iñigo de Loyola partió en un momento de encrucijada en su vida, en el que debía tomar una decisión. La peregrinación cambió su vida, y sus proyectos posteriores ayudaron a cambiar el mundo. La Compañía de Jesús quiere, con el Camino Ignaciano, ofrecer esa dinámica y su potencial transformador al peregrino del siglo XXI.
Caminar para transformarse, para conocerse a uno mismo, para renovar la fe y replantearse valores personales y sociales. Pero también caminar para descubrir a los otros, a los compañeros y compañeras de camino, pero sobre todo a los hombres y mujeres que habitan en cinco regiones muy diferentes en España: cultura, celebraciones religiosas y festividades locales, monumentos e iglesias, gastronomía y enología, paisajes montañosos y desérticos… una cantidad enorme de tesoros aguardan a los peregrinos, tesoros que complementan maravillosamente a la experiencia espiritual.
Cuando empecé a diseñar el itinerario del Camino Ignaciano me fundé en los datos que los historiadores ignacianos como el P. Plazaola nos habían descrito. La autobiografía de Ignacio nos permite reconstruir el camino que Ignacio hizo en 1522: Loyola, Aránzazu, Navarrete, Monserrat y Manresa. A partir de esas referencias no es difícil trazar el camino que Ignacio debió recorrer siguiendo el Camino Real de aquella época. Por tanto aunque el peregrino actual no encuentre en el camino letreros que le digan “Ignacio de Loyola durmió aquí,” en cientos de lugares podrá tener la certeza de que Ignacio oró en esta iglesia, caminó junto a este río, subió esta colina o contempló maravillado la salida del sol en el horizonte desde este camino. También utilicé los estudios de campo de Michael Pastor, SJ y Jaime Badiola, SJ, los dos de la provincia jesuita del Pais Vasco (Euskadi), que trazaron los tramos más vírgenes del recorrido. La colaboración constante y el apoyo desde USA de Christopher Lowney, con quien publicaremos la primera guía del Camino Ignaciano en breve, también ha sido esencial para llegar al momento actual.
La página web dispone de toda la información necesaria para el peregrino: planificación de la experiencia en 27 etapas, mapas para cada una de ellas, datos de interés, información práctica sobre alojamientos, etc. Desde marzo 2012, fecha en la que se hizo la presentación pública de la peregrinación ignaciana, han llegado al Santuario de San Ignacio en Manresa más de 200 peregrinos de edades comprendidas entre los 16 y los 70 años, pero sabemos que muchos más han hecho tramos del Camino, sin haber llegado aún a completar toda su peregrinación. Como se puede imaginar, en este momento la carga sobre el territorio y las poblaciones en la ruta no es excesiva. Pero esperamos que en pocos años la cifra alcance algunos miles o mejor decenas de miles.
Señal compartida del Camino de Santiago y
el Camino Ignaciano. Foto de: J Lluís Iriberri
En nuestro estudio inicial de previsión de peregrinos potenciales hemos considerado la proximidad beneficiosa de otras peregrinaciones importantes en España, como puede ser el Camino de Santiago, el de Santo Toribio de Liébana o el de la Santa Cruz de Caravaca. En España tenemos ya un turismo religioso y de peregrinaciones bastante desarrollado, pero la nueva propuesta del Camino Ignaciano se añade como un buen instrumento de desmasificación de esos otros itinerarios. También consideramos como nicho importante de peregrinos para el Camino Ignaciano a la familia ignaciana universal. Son millones de personas en el mundo las que estudian o han estudiado en los cientos de universidades y centros de enseñanza jesuitas, miles de personas que forman parte de movimientos laicos o congregaciones religiosas de tradición ignaciana, etc. El Camino Ignaciano les ofrece a todos ellos la oportunidad de rememorar sus raíces a través de una experiencia de peregrinación única. Pero además el Camino Ignaciano está abierto a todo tipo de público con el convencimiento de que una oferta de trecking novedosa que aglutina atractivos espirituales, históricos, culturales, paisajísticos y deportivos como son los de esta ruta, puede atraer a personas de muy diversas sensibilidades y de todos los rincones del mundo.
Ya que esperamos que vengan decenas de miles de peregrinos, sabemos que hemos de preparar un futuro en el que tengamos muy en cuenta a la población local y que se sientan implicados en el Camino. La “venta” de este “producto” turístico de peregrinación la ha de hacer la misma gente que entra en contacto con los peregrinos. Por eso nuestra estrategia es ir pueblo a pueblo, entrando en contacto con las autoridades administrativas y religiosas, para explicar el proyecto y recibir sus sugerencias, consiguiendo su implicación y compromiso en el desarrollo del Camino Ignaciano en su territorio. Hasta este momento la acogida ha sido muy favorable, puesto que no se les escapa que este tipo de turismo no solo es muy respetuoso con el medio, sino que necesita cosas esenciales (dormir, comida) que también redundan en beneficio de la localidad. En algunos pueblos por los que ahora pasa el Camino Ignaciano ya no había tienda de comestibles o pensión. El hecho de que lleguen “clientes,” abre la puerta a que aparezca un supermercado, de uso útil también para la población estable local. Destacamos aquí la repercusión positiva que este nuevo comercio tiene sobre la producción local, que encuentra un nuevo mercado de consumo de proximidad.
Nosotros promovemos una peregrinación Slow Travel, en la que el tiempo lento es indispensable para vivir correctamente la experiencia: no hay que tener prisas, sino gustar internamente de cada momento. Esto favorece también el visitar los lugares de interés en las poblaciones, poniendo en valor los recursos patrimoniales del lugar. En la pequeña ciudad de Verdú, cuna de San Pedro Claver, SJ. Los peregrinos no sólo pueden dormir en el santuario, habilitado ahora como refugio de peregrinos, sino que pueden visitar las bodegas de vino, y conocer la agricultura tradicional del pueblo. Los ejemplos son muchos. Hay que venir a vivir la experiencia y descubrirlo todo por uno mismo. Esto es lo que decimos en Turismo Responsable: que los peregrinos tengan un verdadero “sense of place” que les ayude a vivir una experiencia junto a los que habitan y permanecen en los lugares de tránsito.
El ecoturismo se define como hacer un viaje responsable a áreas naturales que conserva el medio ambiente y mejora el bienestar de la población local. Con esa visión está trabajando la Oficina Técnica del Camino Ignaciano para sumar al proyecto a otros agentes turísticos e instituciones cuya colaboración va a ser determinante para seguir construyendo una peregrinación que sea Responsable y Sostenible. Aún somos pequeños, pero ya desde ahora estamos trabajando para que los previsibles impactos negativos vinculados a la masificación se puedan minimizar, sobre todo en los santuarios y en la ciudad de Manresa, final de la peregrinación.
Estamos siguiendo a Ignacio, amando y sirviendo en todo. Desde España los jesuitas seguimos trabajando para todo el Mundo.
Josep Lluís Iriberri, SJ, biólogo y teólogo, es Profesor de TSI y Director de la Oficina Técnica del Camino Ignaciano. En 2011 recibe el encargo de diseñar y promover la peregrinación del Camino Ignaciano, y desde entonces dedica sus esfuerzos a esta tarea, compaginándola con sus clases y dedicación como asesor en la Facultad de Turismo TSI-San Ignacio en Barcelona, Universidad Ramon Llull. Para contactar con él joseluis.iriberri@tsi.url.edu.
ordendeloyola@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario