jueves, 31 de octubre de 2013

S.E Lady Dra Jackeline Lorena Luisi OCSSPSIL, Presidente de Damas de La Real Maestranza del Marquesado de Oropesa “Doña Ana Maria Lorenza de Loyola Colla”, de la Orden Caballeros de Su Santidad el Papa "San Ignacio de Loyola ,asistió especialmente invitada, a la XV Exposicion del Libro Catolico en la Ciudad de la Plata, en adhesión al año de la fe y al celebrarse 131 aniversario de la fundacion de la ciudad Capital de la Provincia de Buenos Aires.



Orden de San Ignacio de Loyola
Real Mastranza del 
Marquesado de Oropesa
"Doña Ana María Lorenza de Loyola Colla"


Quiénes somos 

Los Caballeros de la Orden, soldados de Dios, somos jesuitas laicos, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios.


Orden Caballeros del Papa en América
Los Jesuitas conquistaron Sud América para la Iglesia de Roma 
(dijo Lord Maculay)

ARGENTINA INSOLENTE. Escribe el Doctor Don MARIO ROSEN.




Orden Caballeros del Papa en América
Los Jesuitas conquistaron Sud América para la Iglesia de Roma 
(dijo Lord Maculay)



LA ARGENTINA INSOLENTE 

En mi casa me enseñaron bien. Cuando yo era un niño, en mi casa me enseñaron a honrar dos reglas sagradas:

Regla N° 1: En esta casa las reglas no se discuten. 
Regla N° 2: En esta casa se debe respetar a papá y mamá.


Y esta regla se cumplía en ese estricto orden. Una exigencia de mamá, que nadie discutía... Ni siquiera papá. Astuta la vieja, porque así nos mantenía A raya con la simple amenaza: “Ya van a ver cuando llegue papá”.. Porque las mamás estaban en su casa. Porque todos los papás salían a trabajar... Porque había trabajo para todos los papás, y todos los papás volvían a su casa.

No había que pagar rescate o ir a retirarlos a la morgue. El respeto por la Autoridad de papá (desde luego, otorgada y sostenida graciosamente por mi mamá) era razón suficiente para cumplir las reglas.

Usted probablemente dirá que ya desde chiquito yo era un sometido, un cobarde conformista o, si prefiere, un pequeño fascista, pero acépteme esto: era muy aliviado saber que uno tenía reglas que respetar. Las reglas me contenían, me ordenaban y me protegían. Me contenían al darme un horizonte para que mi mirada no se perdiera en la nada, me protegían porque podía apoyarme en ellas dado que eran sólidas... Y me ordenaban porque es bueno saber a qué atenerse. De lo contrario, uno tiene la sensación de abismo, abandono y ausencia

Las reglas a cumplir eran fáciles, claras, memorables y tan reales y consistentes como eran “lavarse las manos antes de sentarse a la mesa” o “escuchar cuando los mayores hablan”.

Había otro detalle, las mismas personas que me imponían las reglas eran las mismas que las cumplían a rajatabla y se encargaban de que todos los de la casa las cumplieran. No había diferencias. Éramos todos iguales ante la Sagrada Ley Casera.

Sin embargo, y no lo dude, muchas veces desafié “las reglas” mediante el sano y excitante proceso de la “travesura” que me permitía acercarme al borde del universo familiar y conocer exactamente los límites. Siempre era descubierto, denunciado y castigado apropiadamente.

La travesura y el castigo pertenecían a un mismo sabio proceso que me permitía mantener intacta mi salud mental. No había culpables sin castigo y no había castigo sin culpables. No me diga, uno así vive en un mundo predecible.

El castigo era una salida terapéutica y elegante para todos, pues alejaba el rencor y trasquilaba a los privilegios. Por lo tanto las travesuras no eran acumulativas... Tampoco existía el dos por uno. A tal travesura tal castigo.

Nunca me amenazaron con algo que no estuvieran dispuestos y preparados a cumplir.

Así fue en mi casa. Y así se suponía que era más allá de la esquina de mi casa. Pero no. Me enseñaron bien, pero estaba todo mal. Lenta y dolorosamente comprobé que más allá de la esquina de mi casa había “travesuras” sin “castigo”, y una enorme cantidad de “reglas” que no se cumplían, porque el que las cumple es simplemente un estúpido (o un boludo, si me lo permite).

El mundo al cual me arrojaron sin anestesia estaba patas para arriba.


Conocí algo que, desde mi ingenuidad adulta (sí, aún sigo siendo un ingenuo), nunca pude digerir, pero siempre me lo tengo que comer: "la impunidad". ¿Quiere saber una cosa? En mi casa no había impunidad. En mi casa había justicia, justicia simple, clara, e inmediata. Pero también había piedad.

Le explicaré: Justicia, porque “el que las hace las paga”. Piedad, porque uno cumplía la condena estipulada y era dispensado, y su dignidad quedaba intacta y en pie. Al rincón, por tanto tiempo, y listo... Y ni un minuto más, y ni un minuto menos. Por otra parte, uno tenía la convicción de que sería atrapado tarde o temprano, así que había que pensar muy bien antes de sacar los pies del plato.

Las reglas eran claras. Los castigos eran claros. Así fue en mi casa


Y así creí que sería en la vida. Pero me equivoqué. Hoy debo reconocer que en mi casa de la infancia había algo que hacía la diferencia, y hacía que todo funcionara. En mi casa había una “Tercera Regla” no escrita y, como todas las reglas no escritas, tenía la fuerza de un precepto sagrado. Esta fue la regla de oro que presidía el comportamiento de mi casa:

Regla N° 3: No sea insolente. Si rompió la regla, acéptelo, hágase responsable, y haga lo que necesita ser hecho para poner las cosas en su lugar

Ésta es la regla que fue demolida en la sociedad en la que vivo. Eso es lo que nos arruinó. LA INSOLENCIA. Usted puede romper una regla -es su riesgo- pero si alguien le llama la atención o es atrapado, no sea arrogante e insolente, tenga el coraje de aceptarlo y hacerse responsable. Pisar el césped, cruzar por la mitad de la cuadra, pasar semáforos en rojo, tirar papeles al piso, tratar de pisar a los peatones, todas son travesuras que se pueden enmendar... a no ser que uno viva en una sociedad plagada de insolentes. La insolencia de romper la regla, sentirse un vivo, e insultar, ultrajar y denigrar al que responsablemente intenta advertirle o hacerla respetar. Así no hay remedio

El mal de los Argentinos es la insolencia. La insolencia está compuesta de petulancia, descaro y desvergüenza. La insolencia hace un culto de cuatro principios

- Pretender saberlo todo 
- Tener razón hasta morir 
- No escuchar 
- Tú me importas, sólo si me sirves.


La insolencia en mi país admite que la gente se muera de hambre y que los niños no tengan salud ni educación. La insolencia en mi país logra que los que no pueden trabajar cobren un subsidio proveniente de los impuestos que pagan los que sí pueden trabajar (muy justo), pero los que no pueden trabajar, al mismo tiempo cierran los caminos y no dejan trabajar a los que sí pueden trabajar para aportar con sus impuestos a aquéllos que, insolentemente, les impiden trabajar. Léalo otra vez, porque parece mentira.

Así nos vamos a quedar sin trabajo todos. 

Porque a la insolencia no le importa, es pequeña, ignorante y arrogante.

Bueno, y así están las cosas. Ah, me olvidaba, ¿Las reglas sagradas de mi casa serían las mismas que en la suya? Qué interesante. ¿Usted sabe que demasiada gente me ha dicho que ésas eran también las reglas en sus casas?

Tanta gente me lo confirmó que llegué a la conclusión que somos una inmensa mayoría. Y entonces me pregunto, si somos tantos, ¿por qué nos acostumbramos tan fácilmente a los atropellos de los insolentes? Yo se lo voy a contestar.

Tanta gente me lo confirmó que llegué a la conclusión que somos una inmensa mayoría. Y entonces me pregunto, si somos tantos, ¿por qué nos acostumbramos tan fácilmente a los atropellos de los insolentes? Yo se lo voy a contestar.

Le propongo que hagamos algo para identificarnos entre nosotros. No tire papeles en la calle. Si ve un papel tirado, levántelo y tírelo en un tacho de basura. Si no hay un tacho de basura, llévelo con usted hasta que lo encuentre. Si ve a alguien tirando un papel en la calle, simplemente levántelo usted y cumpla con la regla 1. No va a pasar mucho tiempo en que seamos varios para levantar un mismo papel.

Si es peatón, cruce por donde corresponde y respete los semáforos, aunque no pase ningún vehículo, quédese parado y respete la regla.

Si es un automovilista, respete los semáforos y respete los derechos del peatón. Si saca a pasear a su perro, levante los desperdicios.

Todo esto parece muy tonto, pero no lo crea, es el único modo de comenzar a desprendernos de nuestra proverbial INSOLENCIA. Yo creo que la insolencia colectiva tiene un solo antídoto, la responsabilidad individual. Creo que la grandeza de una nación comienza por aprender a mantenerla limpia y ordenada

Si todos somos capaces de hacer esto, seremos capaces de hacer cualquier cosa.

Porque hay que aprender a hacerlo todos los días. Ése es el desafío. Los insolentes tienen éxito porque son insolentes todos los días, todo el tiempo. Nuestro país está condenado: O aprende a cargar con la disciplina o cargará siempre con el arrepentimiento.

¿A USTED QUÉ LE PARECE? ¿PODREMOS RECONOCERNOS EN LA CALLE ? 
Espero no haber sido insolente. 
En ese caso, disculpe. 

 Dr. Mario Rosen*
MP 26309 DNI 4291107

* El Dr. Mario A. Rosen es médico, educador, escritor, y empresario exitoso. Tiene 63 años. Socio fundador de Escuela de Vida, Columbia Training System, y Dr.. Rosen & Asociados. Desde hace 15 años coordina grupos de entrenamiento en Educación Responsable para el Adulto. Ha coordinado estos cursos en Neuquén, Córdoba, Tucumán, Rosario, Santa Fe, Bahía Blanca y en Centro América. Médico residente y Becario en Investigación clínica del Consejo Nacional de Residencias Médicas (UBA). Premio Mezzadra de la Facultad de Ciencias Médicas al mejor trabajo de investigación (UBA). Concurrió a cursos de perfeccionamiento y actualización en conducta humana en EEUU y Europa. Invitado a coordinar cursos de motivación en Amway y Essen Argentina, Dealers de Movicom Bellsouth, EPSA, Alico Seguros, Nature, Laboratorios Parke Davis, Melaleuka Argentina, BASF.


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El Secretario de Cultura de la Nación, Don Jorge Coscia, invita al Dr Carlos Gustavo Lavado Roqué, a la la ceremonia de Conmemoración del “Día de la Aviación Civil”.Se realizará el martes 5 de noviembre del corriente, a las 09:00 horas en el Campo Hípico Militar.



Los Jesuitas fueron los precursores de la Aeronavegación, pués el Padre Francesco Lana de Terzi S.J.,  fué el Padre de la Aeronáutica, y  el  Padre Bartolomeu Lourenço de Gusmao S.J., fué quién solicitó a SM el  Rey Juan V, la petición de privilegio de patente sobre la invención de su "instrumento de andar por el aire" capáz de hacer 200 leguas por día sus ventajas sobre la guerra, el comercio, y las comunicaciones, derecho que se le fué concedido el 19 de Abril de 1709.


Quiénes somos 

Los Caballeros de la Orden, soldados de Dios, somos jesuitas laicos, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios.


Orden Caballeros del Papa en América
Los Jesuitas conquistaron Sud América para la Iglesia de Roma 
(dijo Lord Maculay)


El Secretario de Cultura de la Nación, Don Jorge Coscia, por intermedio del Presidente del Instituto Nacional Newberiano, Profesor Don Salvador Roberto Martínez, invita al Señor General de la Orden de San Ignacio de Loyola, Doctor Don Carlos Gustavo Lavado Roqué,a la ceremonia de Conmemoración del “Día de la Aviación Civil” . Se realizará el martes 5 de noviembre del corriente, a las 09:00 horas en el Campo Hípico Militar

El Foro LiMiGeBe, en la reunión del 24 Octubre 2013 en el Círculo de Oficiales de Gendarmería Nacional, agasajó a la Orden de Caballeros de Su Santidad el Papa "San Ignacio de Loyola" en su Primer Lustro de Vida. Palabras del Prepósito General Dr Don Carlos Gustavo Lavado Roqué (prom XVI).



Desde que en 1523 San Ignacio de Loyola, fundara la Compañía de Jesús, esta se destacó desde sus inicios como una organización preocupada por la expansión del conocimiento y las nuevas formas de entenderlo.

Foro LiMiGeBe


Al calor de la invariable amistad, el pasado jueves 24 de Octubre se produjo el encuentro mensual de quienes hermanados por el Orden Cerrado en que el Ejército Argentino les supo educar, con ideas de vida siempre listas para prestarles apoyo ante dudas y vacilaciones, pudimos escuchar a nuestro compañero Cmte.Principal Lavado Roqué, quien se explayó sobre el empleo de las virtudes castrenses en el fortalecimiento de la iniciativa de dar vida a la prédica de San Ignacio de Loyola, de quien resulta ser descendiente. Magnífica exposición la suya, que permitió comprender los motivos de aquel militar santificado por la Iglesia Católica de Roma, que nos dejó al borde de ofrecerle colaboración, la que seguramente de una u otra forma prestaremos

Y ciertamente, desde nuestra actual posición en la que ya pretendemos llevar adelante la siempre renovada experiencia de ser padres y abuelos, dimos un nuevo contenido a aquella voz de mando a la que se nos enseñara a responder, esta vez para tomar por asalto a las dificultades de la vida, la que quedó convertida en: apoyo que salto ex-cadete, salte que lo apoyo mi ex-cadete; constituyéndose así el Foro LiMiGeBe en el espacio de profunda comprensión humana que habíamos deseado encontrar al acercarnos a sus reuniones.

Ing Edgardo Decorte
Presidente del Foro Prom 2 LMGB

Cad I año Carlos Gustavo Lavado Roqué (1963)
Tema : Un Militar que instala sus principios de disciplina y 
organización al servicio de una organización religiosa. 

 Un fuego que enciende otros fuegos, enviados a las fronteras siguiendo a Jesús 

Pablo VI: “Donde quiera que en la Iglesia, incluso en los campos más difíciles y de primera línea, en los cruces de las ideologías, en las trincheras sociales, ha habido o hay confrontación entre las exigencias urgentes del hombre y el permanente mensaje del Evangelio, allí han estado y están los jesuitas” (CG32, 3 de diciembre de 1974). 

 Benedicto XVI: “La Iglesia les necesita, cuenta con ustedes y en ustedes sigue confiando, particularmente para alcanzar aquellos lugares físicos y espirituales a los que otros no llegan o encuentran difícil hacerlo” (Audiencia Congregados, 21 de febrero de 2008, No 2). 

Adolfo Nicolás s.j.: “Quizá existen otras naciones, otras comunidades no geográficas, sino humanas que reclaman nuestra asistencia: los pobres, los marginalizados, los excluidos… porque en la sociedad sólo tienen cabida los grandes, no los pequeños. Todos los desventajados, los manipulados, todos estos, son quizá para nosotros estas naciones: las naciones que tienen necesidad del profeta, del mensaje de Dios” (Homilía en la Iglesia del Gesú, 20 de enero de 2008).

¿Quién era Don Iñigo? .Lope García de Lascano que caso en 1413 con Dña. Sancha Yañez de Loyola ( de los que directamente desciende San Ignacio de Loyola) y de Juan Ruiz y Fernando de Lascano, que poblaron el Alaba

La razón para escoger uno u otro apellido podía ser: la persona en cuestión los tomaba como homenaje especial a un antepasado concreto; o bien el portador entendía que los apellidos escogidos eran de mayor prestigio social que los otros existentes; o, en algunos casos, era una obligación impuesta en algún testamento para recibir una herencia de un abuelo o una abuela, o algún otro pariente (Rancel).

En el caso de San Ignacio, su padre y su abuelo, posiblemente la permanencia del apellido Loyola sobre el Lazcano se debió a que su bisabuela, doña Sancha Yáñez de Loyola, fue la heredera de la casa de Loyola, mientras que su bisabuelo, don Lope García de Lazcano y Murguía, aunque descendiente de la casa de Lazcano, no poseyó el mayorazgo de ésta, como antes se dijo. Sin embargo, si hubieran regido las reglas actuales de apellidos en España, Ignacio de Loyola sería Ignacio de Lazcano

La Contra reforma: “Ignacio de Loyola”, comenzó su propia reforma, y el alistamiento de seguidores, totalmente poseído por la idea de la imitación de Cristo, y sin ningún plan para una orden religiosa ni propósito de atender a las necesidades de la época. Inesperadamente impedido de llevar a cabo esta idea, ofreció sus servicios y los de sus seguidores al Papa, “Cristo en la Tierra”, quien en seguida le empleó en cuantas tareas eran más apremiantes en ese momento. Fue sólo después de esto y justo antes de que sus compañeros empezaran a marchar por encargo del Papa a diversos países, cuando se tomó la resolución de crear una orden, y cuando Ignacio fue encargado de redactar unas Constituciones. Esto lo hizo lenta y metódicamente, introduciendo primero reglas y costumbres y viendo cómo funcionaban.

No las codificó durante los primeros seis años. Luego se dieron tres años para formular leyes, cuya sabiduría hubiera sido probada por la experiencia. En los últimos seis años de la vida del Santo las Constituciones así compuestas fueron finalmente revisadas y puestas en práctica en todas partes. Esta secuencia de acontecimientos explica de una vez cómo la Compañía, aunque dedicada al seguimiento de Cristo, como si no hubiera otra cosa de qué preocuparse en el mundo, está también excelentemente adaptada a las necesidades del momento. Empezó a atenderlas antes de comenzar a legislar, y su legislación fue la codificación de aquellas medidas que habían sido probadas por la experiencia como aptas para preservar su previo principio religioso entre hombres efectivamente dedicados a los requerimientos de la Iglesia en tiempos no diferentes de los nuestros.

San Ignacio vivió en una época en que la tradición de la caballería medieval seguía existiendo y aún tenía una fuerte influencia. En sus Ejercicios Espirituales se verifica la presencia de esta tradición. Por ejemplo, tomando la parábola del rey que es un gran general y que invita a sus caballeros a luchar con él, San Ignacio hace esta pregunta: "¿Quién sería tan vil como para rechazar una invitación de ese tipo?"

Es una pregunta muy válida y un muy buen argumento para mover espiritualmente a la persona que hace los Ejercicios. Pero lo que me gustaría destacar es el telón de fondo de la escena, que es el ambiente feudal. San Ignacio describía el sistema feudal del vasallaje, en el que un caballero le debe obediencia a su señor, e indica la deslealtad de los nobles que no siguen a su rey. San Ignacio da por hecho que la persona se propone convertirse en un caballero medieval. También en sus Ejercicios Espirituales encontramos otra confirmación de este espíritu; en la meditación sobre los dos estandartes: el de Cristo, nuestro Comandante en jefe, y el de Lucifer, mortal enemigo de nuestra naturaleza humana.

En la época de San Ignacio, la caballería estaba en decadencia. En su mayoría los estilos y rituales caballerescos seguían siendo los mismos, sin embargo, una parte esencial había cambiado. Me refiero a la dedicación de los caballeros al servicio de Dios, de la Virgen, y de la Santa Iglesia. El ideal de una completa renuncia al mundo, a fin de dedicar la vida por completo a la lucha sobrenatural había fallecido. El caballero de ese tiempo ya no era un caballero de la Iglesia Católica. Su vida estaba dedicada a servir a su rey y su dama. La noción de una caballería sagrada estaba muriendo

La conversión de San Ignacio tuvo lugar durante ese tiempo. Durante su convalecencia, su primer deseo era leer romances de caballería, pero no había de estos libros en el castillo. Para pasar el tiempo, no le quedó más que leer la vida de los santos, ya que era lo único que había a la mano. Sin embargo, a medida que iba leyendo, se dio cuenta del gran ideal de los santos como guerreros de Dios, y una sublime noción del ideal de caballería se apoderó de su espíritu. Esta sublimación representó, por una parte, el retorno al antiguo ideal sobrenatural de la caballería medieval, y por otra, a un ideal más perfecto de la caballería medieval.

El nombre de "Societas Jesu" había nacido por una orden militar aprobada y recomendada por el Papa Pío II en 1450, cuyo objetivo era luchar contra los turcos y la ayuda en la difusión de la fe cristiana. Los primeros jesuitas fueron enviados por Ignacio primero en tierras paganas o de los países católicos, a los países protestantes sólo a petición especial del Papa y de Alemania, la cuna de la tierra de la Reforma, en la solicitud urgente del embajador imperial. Desde el comienzo de la labor misionera de los jesuitas entre los paganos de la India, Japón, China, Canadá, América Central y del Sur son tan importantes como su actividad en los países cristianos. Como el objeto de la sociedad era la multiplicación y fortalecimiento de la fe católica en todas partes, los jesuitas, naturalmente, se esforzó para contrarrestar la propagación del protestantismo. Se convirtieron en los principales instrumentos de la Contra-Reforma, la reconquista del sur y el oeste de Alemania y Austria para la Iglesia, y la preservación de la fe católica en Francia y otros países se debe principalmente a sus esfuerzos.

Cuando decidió fundar la Compañía de Jesús, lo hizo pensando hacer una orden de caballería, una orden militar. Compañía de Jesús es el nombre que escogió para su obra. Compañía significa ejército. Quería fundar una orden exclusivamente dirigida a la lucha por la Iglesia, dejando de lado cualquier otra preocupación temporal. Lo que él hizo, fue restaurar la caballería sacra.

La caballería que fundó no tenía el orden sacramental de caballería; tenía el del sacerdocio, es decir, una participación en el sacramento del Orden Sagrado. Los nuevos sacerdotes-guerreros que él preveía, serían un nuevo estilo de combatientes, serían guerreros que no derramarían sangre, pero entrarían en la batalla como respuesta al nuevo método de ataque inaugurado por los enemigos. Lucharían por medio de la palabra (Ejercicios Espirituales): la predicación, la enseñanza, escuchando confesiones y convirtiendo a las personas, con el fin de conquistar el mundo para Nuestro Señor Jesucristo

Formar una orden religiosa con el espíritu militar fue el ideal de San Ignacio. La Compañía de Jesús es un ejército, su jefe es un general, su jerarquía es militar, la obediencia es militar, la acción es combativa y llevada en un estilo militante.

Desde el principio, los jesuitas se concentraron en las misiones extranjeras, la educación y becas. San Francisco Javier, uno de los siete, fue el primer jesuita para abrir el Oriente a los misioneros; Matteo Ricci y otros siguieron en la corte de China. Jesuitas establecieron misiones en América Latina y fundó una comunidad modelo para los indios del Paraguay. Un relato que trata de la misión jesuita de América del Norte se pueden encontrar en las relaciones de los jesuitas (1632 - 73).

Esta fue la razón por la cual la compañía de Jesús fue tan combativa – y también tan combatida por los enemigos.

Datos del autor Comandante Principal (R) D Carlos Gustavo Lavado Roqué, promoción XVI LMGB, Diplomado en Defensa Nacional, Posgrado en Protección Raiológica y Seguridad Nuclear (OIEA-UBA), 1er Secretario del Centro Liceísta Metropolitano Argentino CLIMA, ex Presidente del Centro de Egresados de la Escuela de Defensa Nacional, Dr hc en Community Devlopment (University and Collage of Saint Meter and Saint Paul Lutheran, Free, Independant and Private Institute Rectorate Grote Marki, B.P.27,Menen,Belgiun. Ph.D. Philosopy In Christian Theology, West Coast University Panama. Calle 55 El Cangrejo, Panama City, Republic of Panama.

Asistieron este octavo y penúltimo encuentro del año: Carlos Lavado Roqué, Héctor Román, Dante Graña, Jorge Olivera, Guillermo Krüger(egresado de la Universidad Jesuita de Georgetown), Néstor Moris, Horacio Gastón, Eric Mitchell, Eduardo Sena, José L. Maglione y Edgardo Decorte.





El día antes de la fiesta de San Alfonso Rodríguez, los Hermanos Jesuitas celebraron la Misa con el Papa (30-Oct-2013).



El 30 de octubre de 2013 - el día antes de la fiesta de San Alfonso Rodríguez, patrón de los Hermanos Jesuitas - dieciocho hermanos jesuitas de varias casas en Roma junto con el Padre. General tuvo el honor de participar y servir en el altar durante la misa presidida por el Papa Francisco en la capilla doméstica en Domus Sanctae Marthae, en el Vaticano. Br.Affonso Wobeto, SJ, secretario personal del Padre. General, organizó este encuentro especial con el Papa en vista de la próxima fiesta de los hermanos jesuitas el 31 de octubre. Tal vez la primera de este tipo, los hermanos sintieron honrados e inspirado por el gesto de amor y cariño del Papa Francisco. Su homilía se refleja la importancia de tener la puerta de la Iglesia abierta a los pobres y necesitados, según el ejemplo de San Alfonso Rodríguez, un hermano jesuita que trabajó como portero en un colegio de los jesuitas durante cuarenta y seis años, el dar la bienvenida a todos en la puerta, como si fuera el mismo Cristo.El Santo Padre se tomó el tiempo para saludar a cada Hermano Jesuita personalmente después de la misa y les dio las gracias por su servicio a la Iglesia, mientras se recordó a ser la "puerta", los mediadores, de unir a las personas en la Iglesia.


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miércoles, 30 de octubre de 2013

HOMENAJE – EN EL DÍA DE LA POLICÍA METROPOLITANA.



Quiénes somos 

Los Caballeros de la Orden, soldados de Dios, somos jesuitas laicos, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios.

Orden Caballeros del Papa en América
Los Jesuitas conquistaron Sud América para la Iglesia de Roma 
(dijo Lord Maculay)


En el día de la policía metropolitana, los integrantes de La Orden Caballeros de Su Santidad el Papa “San Ignacio de Loyola”, interpretan que éste día, es una ocasión para felicitar a todo los integrantes de la policía metropolitana, saludar a todo el personal de las distintas especialidades y recordarles  que no todos los ciudadanos, juzgan vuestros actos, sino también  en estos duros tiempos de violencia, hay ciudadanos que participan en ayuda de sus actos como los aprueban, cuando siguen el cumplimiento de la ley, coparticipando en la prevención del delito, y felicita sus actos, esperando..., que el señor, guie y proteja sus vidas, siempre...

  Roque es un nombre de origen germánico que significa "fuerte como la roca" o "roca sólida". Este nombre refleja caract...