sábado, 30 de abril de 2011

Ceremonial que se observará en las solemnes investiduras de los Caballeros y Damas de la Orden de San Ignacio de Loyola por mano del Excelentísimo Señor el Soberano Gran Maestre.





Quiénes somos 


Los Caballeros de la Orden, soldados de Dios, somos jesuitas laicos, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios.


Orden Caballeros del Papa en América
Los Jesuitas conquistaron Sud América para la Iglesia de Roma 
(dijo Lord Maculay)


Se dedicaba a los gastos de la guerra contra los infieles

Si la América Española olvidara la tradición que enriquece su alma, rompiera sus vínculos con la latinidad, se evadiera del cuadro humanista que le demarca el catolicismo y negara a España, quedaría instantáneamente baldía de coherencia y sus ideas carecerían de validez
 
 
Soberano Gran Maestre
MAESTRE: Autoridad suprema y vitalicia.

Confiere los hábitos, reparte las Encomiendas, provee de los Prioratos y administra justicia a todas las personas y Dignatarios de la Orden.

Compete al Gran Maestre efectuar la Investidura y en su ausencia al Gran Prior de la respectiva Lugartenencia, por delegación implícita.

La investidura refuerza en el Caballero y en la Dama el compromiso de una abierta profesión de fe y de una práctica activa del deber cristiano particularmente para la obtención de los fines de la Orden. El Caballero y la Dama reciben la Investidura de acuerdo al “Ceremonial para la Investidura de los Caballeros de la Orden”

Promociones:

Las promociones se considerarán con relación a la situación de la Lugartenencia o de la Delegación Magistral de cada país y fundamentalmente con el grado de actividad caritativa que sus integrantes están dispuestos a desarrollar a favor del desarrollo social.

El miembro de la Orden, en el interés superior de la misma, debe estar dotado de experiencia y seriedad de intento, habiendo dado pruebas de una vida ejemplar y de madurez en otros sectores de la actividad.


Para ser promocionado en la Orden el Caballero debe ser mayor de 25 años. La solicitud para la promoción debe ser acompañada de la siguiente documentación:

Currículum Vitae (con datos manuscritos de residencia y actividad)
Conformidad del Gran Prior de la Lugartenencia quien debe informar al Ordinario y obtener conformidad escrita.
Certificado de Matrimonio religioso, si el mismo ha sido celebrado después del ingreso.
La práctica para la admisión o promoción antes de ser sometida al parecer de la Comisión competente, será examinada e instruida por el Canciller de la Orden

Ceremonial que se observará en las solemnes investiduras de los Caballeros y Damas de la Orden de San Ignacio de Loyola por mano del Excelentísimo Soberano Prepósito General

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Fijados por El Soberano Gran Maestre el día y hora para el acto, y previo el aviso del Grefierato, se reunirán los Caballeros y Ministros de la Orden, con la anticipación necesaria, en la sala del Real Palacio en que el Capítulo haya de celebrarse. Una vez reunidos, el Protonotario Apostólico señalará el puesto que a cada Caballero corresponda, con arreglo a su antigüedad, en la forma siguiente:
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- El más antiguo ocupará el primer puesto a la derecha del Soberano Gran Maestre.
- el que le siga, el primero a la izquierda del Soberano Gran Maestre.
- el que siga a éste el segundo a la derecha, y así sucesivamente.

En el banco destinado a los Ministros de la Orden ocupará el centro el Canciller, a su derecha el Protonotario Apostólico y el Tesorero a la izquierda.
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Fijada la colocación, el Protonotario Apostólico, a nombre del Capítulo, hará saber al Soberano Gran Maestre, por conducto del Gentill-hombre de servicio, que aquél se halla reunido, y previa su Real venia, el Capítulo pasará a la Cámara de Su Majestad, marchando delante y en dos filas, según estaban colocados, los Caballeros más antiguos, volviendo a la sala de la ceremonia con Su Majestad, yendo delante los Ministros de la Orden, es decir, en orden inverso al que llevaban al pasar a la Real Cámara, ocupando cada cual el lugar que anteriormente le fué señalado.

El Soberano Gran Maestre toma asiento y dice a los Caballeros:

"Sentaos y cubrios;"
y a los Ministros:

"Sentaos."

El Protonotario Apostólico se levanta, y haciendo tres cortesías, a etiqueta española (Se hacen como las cortesías del minué), la primera en su sitio, a unos dos pasos la segunda, y la tercera en el centro del Capítulo, dirigirá al Soberano Gran Maestre las siguientes palabras:

Señor: Exceentísimo Señor se ha dignado nombrar Caballero de la Insigne Orden a..... y éste Padrino a ..... "
el cual se levanta, y haciendo una cortesía, a etiqueta española, se coloca a la derecha del Protonotario Apostólico.

El Soberano Gran Maestre dice entonces:
"Id y preguntadle si acepta esta distinción."

El Padrino y el Protonotario Apostólico hacen, retirándose (sin volver enteramente la espalda), tres cortesías, a etiqueta española, y salen, precedidos del Tesorero (que al ponerse en pie hace una cortesía desde su puesto), a la sala inmediata, en la que se hallará el Candidato, al cual el Padrino dirigirá las siguientes palabras:

"El Excelentísimo Gran Maestre se ha servido nombrar a V.E. Caballero de la Soberana Orden de San Ignacio de Loyola, y nos manda sepamos de V.E. si admite el nombramiento y si se tiene por muy honrado con él."
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El Candidato responde "que ha sido de mucha estimación para él esta honra, y que la acepta con toda veneración."
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El Padrino vuelve con la respuesta al Soberano Gran Maestre, precedido del Tesorero, quedando el Grefier acompañando al Candidato; y ocupando el Tesorero su lugar, sigue el Padrino solo desde la entrada del ámbito Capitular, donde hace una cortesía a etiqueta española, otra en el centro del Capítulo, y la tercera cerca del Trono del Soberano Gran Maestre, e hincando la rodilla le da la respuesta del Candidato, oída la cual El Soberano Gran Maestre manda que pase éste.
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Se levanta el Padrino y se retira sin volver enteramente la espalda al Soberano Gran Maestre, repitiendo las tres cortesías que hizo a la entrada, y precedido del Tesorero va por el Candidato para traerle al Capítulo, viniendo delante del Caballero Padrino y del Candidato los dos Ministros Protonotario Apostólico y Tesorero, y quedándose éstos en sus respectivos lugares, entra el Candidato en el Capítulo con su Padrino, haciendo las tres reverencias a etiqueta española (a la entrada y centro del Capítulo y al pie del Trono del Soberano Gran Maestre), a cuyo tiempo se retira el Padrino a su asiento, y el Candidato, hincando una rodilla ante Su Majestad, dará las gracias por la honra que le ha hecho de elegirle por Caballero de su insigne Orden de San Ignacio de Loyola; mientras tanto el Canciller pasa por fuera del Capítulo al lado derecho del bufete donde se halla el Santo Cristo y el libro de los Evangelios.
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El Candidato, una vez terminada la breve frase de gracias, besa la mano del Soberano Gran Maestre y pasa a arrodillarse delante del Crucifijo, para prestar el juramento, que le toma el Canciller y que los Caballeros oirán de pie y descubiertos. Terminado éste, los Caballeros se sientan y cubren, el Canciller vuelve a su puesto y el candidato se arrodilla delante del Soberano Gran Maestre de sus Reales manos la Cruz de la Orden, que el Tesorero presenta en una bandeja y que ayudan a ponerle, en la forma que debe quedar, el Padrino y el Caballero Decano; terminada la colocación, éste pasa a su sitio y el Padrino ayuda a levantar al Candidato, y le acompaña llevándole a su mano derecha, para que abrace a los Caballeros concurrentes en el Capítulo por su orden de antigüedad, a saber: empezando por el primero del banco derecho del Soberano, de éste pasa al primero del banco izquierdo, y así alternando abraza a todos los demás, incluso su Padrino, al llegar al sitio que éste ocupaba en el Capítulo, cuidando de no volver la espalda al Soberano Gran Mastre y de hacer siempre que pasen o crucen por delante del Soberano Gran Maestre la cortesía, según la etiqueta y a un mismo tiempo, el Padrino y el nuevo Caballero, a quien conduce y acompaña hasta dejarle en su asiento, que es el más moderno de los concurrentes; se sienta y cubre luego el nuevo Caballero y pasa el Padrino a ocupar su asiento; una vez en él, el Protonotario Apostólico se pone en pie, hace una cortesía desde su sitio, y dice a Su Majestad lo siguiente:

"Señor, está terminada esta Ceremonia."
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después de lo cual el Soberano Gran Maestre se levanta y se dirige a su Cámara seguido de todo el Capítulo.


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