Bendición Apostólica SS el Papa Benedicto XVI
La Orden de los Caballeros de Su Santidad el Papa "San Ignacio de Loyola", es jesuita laica, con el conocimiento del General de la Compañía de Jesús, Padre Adolfo Nicolás, Coadjutores Jesuitas Temporales en la obra de Dios y de la "Societas Jesu" en la misión de Cristo, en obras inspiradas en el desarrollo, la justicia social, los derechos humanos de los pueblos el cuidado del medio ambiente y en la espiritualidad ignaciana, sean o no sus dignatarios de la Compañía de Jesús) click..
Quiénes somos
Los Caballeros de la Orden , soldados de Dios, somos jesuitas laicos, somos hombres y mujeres de frontera, dispuestos a estar en aquellos lugares donde hay situaciones de injusticia, donde otros no pueden o no quieren estar, donde se puede tener un efecto multiplicador en bien de la misión. Hombres preparados para responder a las necesidades de nuestro mundo, solidarizándonos con las víctimas de esta historia y así acompañar a Jesús rumbo a la cruz. Somos Compañeros de Jesús, amigos para la misión, y estamos al servicio de la Mayor Gloria de Dios. Herederos de Misioneros y educadores, viajeros y descubridores, cartógrafos y geógrafos, hombres de teología y espada, de ciencia y espiritualidad, conspiradores políticos o pacificadores, los jesuitas han sido, desde la fundación de la Compañía de Jesús una de las órdenes religiosas más importantes y controvertidas de la cristiandad; efectivamente, un grupo muy influyente a nivel mundial.
(dijo Lord Maculay)
Bandera de las Américas, adoptada como símbolo de las Américas
por la séptima conferencia internacional Americana de
Montevideo el 13 de diciembre de 1933
Producida la Revolución del 25 de Mayo de 1810, la Asamblea de 1813 y la Independencia Nacional de 1816 imbuidos todos de un espíritu revolucionario inspirado en factores diversos pero en los cuales la impronta de la Revolución Francesa y la Independencia de las 13 Colonias Americanas parecieron señar fuertemente estos acontecimientos y sus primeras leyes escritas, los títulos de nobleza que hubieran podido existir o sobrevivir en el Río de la Plata, fueron suprimidos negándose una parte importante de la historia colonial y la tradición secular peninsular. Esto acaeció de manera simultánea y por iguales influencias a lo largo y ancho de todo el territorio americano, salvo el Imperio del Brasil que desde 1822 estableció su independencia como tal y la formación de su Imperio, vigente hasta 1889.
En 1853,la Constitución Nacional Argentina, en su articulo 16 expresaba de manera concreta el espíritu revolucionario a cuyo amparo surgió la Independencia, declarando que "La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento. No hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley...etc".
LA NOBLEZA
Podrían escribirse varios tratados acerca de la Institución social que conocemos por Nobleza, tan antigua como la civilización, la cual ha evolucionado enormemente a lo largo de la Historia, hasta adquirir los caracteres actuales, que expondremos de manera sucinta, procurando ser claros, en los párrafos siguientes.
Los imperios de la Antigüedad -Asiria, Babilonia, Persia, Grecia y Roma- se estructuraban socialmente con la división de la población en hombres libres y esclavos; entre los primeros, se distinguían los nobles y los plebeyos, con mayores o menores matizaciones. En Roma, madre de nuestra cultura, los patricios se encontraban en la cúspide de la sociedad, situándose bajo ellos los equites -caballeros de la baja nobleza- y las distintas clases de ciudadanos y hombres libres. Los esclavos, sin personalidad jurídica, eran la última capa de la sociedad. Éstos podían ser nobles de origen, pero caídos en su condición de esclavitud, su condición noble tenía escasa virtualidad.
En estas civilizaciones, los miembros de la nobleza compartían con el monarca, en mayor o menor grado, el control social, político, económico, militar y religioso. Noble, etimológicamente, se emparenta con notable (gnoscible= reconocible), es decir, el que es conocido: los jefes de los clanes, los sacerdotes, los caudillos militares, los más ricos, los más instruídos,... La nobleza se configura así ante la sociedad como un cúmulo de virtudes concurrentes en una persona, pero la pertenencia al estamento nobiliario sólo se alcanza mediante la declaración del poder social constituído (rey, senado, concejo, parlamento,...) que reconoce esas virtudes en una persona o un linaje, en el caso habitual de ser transmisible a su descendencia ese reconocimiento. Como estas características tienden a transmitirse por el ejemplo, y la educación a casi todos los miembros de la familia, la condición de la nobleza y la situación de privilegios que comporta se hace hereditaria de una manera casi automática, a lo que contribuye poderosamente la endogamia que practica este grupo en todas las civilizaciones.
Vicepresidente de la Asociación de diplomados en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria
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