Máxima Zorreguieta conquistó a la
reina madre de Holanda, al pueblo y a la prensa con el arma más noble: ser
(¡siempre!) simplemente humana y sin libreto. Esta es la historia del
casamiento real que sorprendió al mundo.
Día soleado: raro en Amsterdan en febrero.
Ochenta mil almas frente al palacio esperando la salida de los novios hacia la
Beurs van Berlange la Bolsa, en un Rolls Royce negro, para la unión civil.
En el lapso entre ese trámite y la
ceremonia religiosa, Máxima habló con sus padres, Jorge Zorreguieta y María del
Carmen Ceruti, que estaban en Londres. Su madre viajó para estar en la
ceremonia.
Su padre no pudo asistir a la boda,
por decisión del Parlamento holandés, ante un reclamo de organismos de derechos
humanos, por haber ocupado el cargo secretario de Agricultura y Ganadería -de
1979 a 1981-, durante el gobierno del Proceso de Organización Nacional en la
Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario