"UN GENDARME SIN DIOS NO PUEDE EXISTIR PORQUE,
DIOS Y EL GENDARME PATRULLAN DONDE NADIE SE ATREVE!"
Cte Pr Dr D CARLOS GUSTAVO LAVADO ROQUÉ LASCANO
PRIMER OFICIAL DE "COMUNICACIONES" DIPLOMADO
DE GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA
EN "DEFENSA NACIONAL".
DE SER LO QUE HE QUERIDO SER " UN SOLDADO"
PRIMER JEFE DEL CENTRO
DE RASTREO ESCUCHA E INTERCEPTACIÓN
DE SEÑALES "SALTA" RED INTERNACIONAL
ANTINARCÓTICOS "LOS CAIMANES"
Legión de Patricios de Buenos Aires 2024
Legión de Patricios de Buenos Aires 2024
Presidente Julio Vicente Uriburu
Secretario Alejandro Estrugamou
PATRICIOS DE BUENOS AIRES
La vida de Manuel Patricio
Rojas Argerich, comienza en Buenos Aires en 1792. En 1807 combatió contra los
ingleses de Whitelocke. Ingresó en el Regimiento de Patricios en 1810 y junto
al coronel Ocampo marchó con la primera expedición del Ejército del Norte,
combatiendo en Cotagaita, Suipacha, Huaqui, Cochabamba, Nazareno, Cobos,
Estuvo con Belgrano presente
en Las Piedras, Tucumán, Salta y Vilcapugio y Ayohuma. Se batió también en
Puesto del Marqués y Sipe-Sipe.
Hacia 1819 pasó los Andes a
incorporarse al Ejército Unido y con él marchó al Perú. Su espada brilló en
Nazca, Acari y Pasco, donde fue nombrado gobernador. Como jefe de Estado Mayor
pasó a actuar en la segunda campaña de la Sierra, llegó a ser comandante en
jefe de las fuerzas sitiadoras del Callao. Fue nombrado por San Martín
secretario de la delegación peruana en Guayaquil.
Es entonces que tiene la
oportunidad de participar de un banquete, en el cual ocurre una famosa
anécdota.
El Coronel Rojas Argerich el 12 de
julio de 1822 se halla presente en un banquete dado a Bolívar en la lujosa casa
de Luzuriaga, en Guayaquil.
Durante la comida el héroe, atento a la frialdad que imperaba en el ambiente -los rioplatenses no eran muy bien recibidos en el ámbito bolivariano-, mientras se realizaban elocuentes brindis pronunciados por comensales famosos como Sucre, Blanco Encalada, La Mar, Olmedo, Salom y otros más, se puso a estudiar la fisonomía y el carácter del Libertador Simón Bolívar.
Las miradas de ambos se cruzaron por varias
veces.
Molesto Bolívar por la insistencia
de Rojas le preguntó al fin, con ceño fruncido:
-¿Quién es Usted?
-Manuel Rojas.
Rojas con una sonrisa y tono dulce, le respondió enseguida:
-¿Qué graduación tiene
usted?
Rojas inclinando el hombro
izquierdo y enseñando con el índice la pala de su charretera, ya que era alto,
y Bolívar pequeño, le responde:
-Coronel.
-¿De qué país es Usted?
Con el rostro encendido, la
sonrisa franca, la cabeza erguida y tendiendo su mano derecha sobre cuatro o
cinco medallas que brillaban en su pecho, contestó:
-Tengo el honor de ser de
Buenos Aires.
-Bien se conoce por el aire
altanero que representa -respondió Bolívar.
Rojas, centelleantes los
ojos, pero en tono de satisfacción, añadió:
¡Es un aire propio de los
hombres libres!
Rojas Argerich, terminada la Guerra
de Independencia, volverá al país, poniendo su espada al servicio de la Patria
en la Guerra contra el Imperio del Brasil.
Enfrentado al rosismo,
vivirá el mismo exilio uruguayo de muchos otros, volviendo al país luego de la
caída del Restaurador.
Morirá en 1857.
Cuadro pintado por el
peruano José Gil de Castro en 1823. Se lo ve a Rojas con uniforme de la
infantería peruana, pero con grados y condecoraciones rioplatenses.
Al pie del cuadro, que se
halla en el Museo Histórico Nacional, el pintor agregó la siguiente frase:
"Educado en los campos de la gloria Desde los primeros años de su juventud, todo lo postergó por la libertad de su patria."
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