ÚNICO PRESIDENTE "GENDARME"
DEL CENTRO DE EGRESADOS
DE LA EX ESCUELA NACIONAL DE GUERRA - EDENA
Libro "Juvenilla". Premio asistencia perfecta durante el año 1961 otorgado a Don Carlos Gustavo Lavado Roqué Lascano, durante el año 1961 Escuela Normal Nacional José María Torres de Paraná. Fundada por Domingo Faustino Sarmiento.
Para el imaginario popular y para
todo el andamiaje histórico construido desde el liberalismo, Domingo Faustino
Sarmiento es considerado el “padre del aula”, el maestro por antonomasia, el
fundador de escuelas, el que trajo a las maestras de maestras para edificar el
normalismo en el país. Tal vez porque era un hábil publicista, polemizador y
experto en el autobombo, supo construirse ese perfil que nadie se atreve a
poner en tela de juicio.
Cada 11 de septiembre se exalta la
figura del sanjuanino a pesar de las diatribas que se lanzan desde el
revisionismo histórico, que no hacen mella en su rostro hosco y pétreo. No hay
que quitarle méritos, a los 15 años fue maestro y con el tiempo llegó a
presidente.
Para ser justos, la educación
argentina sentó sus bases en el siglo XIX gracias al esfuerzo, la dedicación y
la obsesión de personalidades que no siempre son puestas a la par del autor de
Facundo. O por encima. No hay que olvidar que Nicolás Avellaneda como ministro
de Instrucción Pública de Sarmiento fue el ejecutor sus proyectos, y luego como
presidente continuó esa labor. Posteriormente participó activamente del
Congreso Pedagógico Sudamericano de 1882 y más tarde elaboró la ley de universidades.
Y Juana Manso, esa gran educadora, amiga de Sarmiento, también sembró el país
de escuelas. Y qué decir de las dos presidencias de Julio Argentino Roca, el
impulsor del Primer Congreso Pedagógico, de la sanción de la ley de educación
1.420, que tuvo vigencia por un siglo y el mismo que propuso durante su segunda
presidencia, por medio de su ministro de Instrucción Pública - Osvaldo Magnasco
-, readecuar profundamente las escuelas, rectificando muchos de los postulados
de la ley original. Este último intento no pudo concretarse pero fue una
interesante iniciativa de trocar la escuela universalista, enciclopédica y
verbalista por instituciones de formación profesional y técnica que
respondieran a las características y necesidades de cada región del país.
El normalismo de Urquiza
En Entre Ríos la figura de Justo José
de Urquiza cobra relevancia nacional si analizamos su acción a la luz de una
nueva interpretación del papel que tuvo con respecto a la educación. Se le
reconoce el carácter de fundador del Colegio del Uruguay, el primer colegio
laico de nivel secundario del país, pero en segundo plano queda la extensa
labor que no se limitó a la fundación de un colegio. Las misma obsesión de
Sarmiento pero tal vez anticipándose en tratar de instalar instituciones para
formar maestros, de impartir educación vinculada a la producción como la
incorporación de “chacras” anexas a las escuelas rurales y la instalación de
una escuela pública para mujeres, una novedad en la primera mitad del siglo
XIX. Pero lo que nos interesa subrayar es la idea que daba vueltas por su mente
de instalar escuelas normales en Entre Ríos en la década del ’40, dos décadas
antes de que se fundaran los establecimientos impulsados por Sarmiento.
Fragmento de la carta de Galán a
Urquiza
Como lo señala Antonino Salvadores en
su historia de la instrucción pública, en 1948 Urquiza proyectó la instalación
de dos escuelas normales, en Paraná y Concepción del Uruguay, que no pudo
llevar a cabo por la falta de profesores. Recordemos que Sarmiento tuvo que
contratar docentes de Estados Unidos para la instalación de las escuelas
normales.
Sobre este proyecto hace mención el
ministro general José Miguel Galán en una carta a Urquiza del 27 de octubre de
1848. En la misma le informa acerca del alquiler de la casa de Antonio Castro
para el funcionamiento del frustrado Colegio de estudios preparatorios de
Paraná. Y acota que “convencidos de que para obtener los importantes resultados
que Ud. se promete de un decidido empeño por la educación pública, es necesario
que ella sea uniformemente metodizada en todas las escuelas de la provincia:
para conseguirlo debemos poner el mayor esmero en el establecimiento de la
Escuela Normal de esta ciudad y la del Uruguay (…) Y agrega que “según los
informes que me han dado el cura Vidal y el presbítero Erausquin no se podrá
hallar un sujeto más a propósito para metodizar las dos escuelas normales que
el presbítero Don José Delgado actual preceptor de la Escuela de Gualeguaychú.”
Si bien el proyecto no llegó a
concretarse, recordemos que no es casual que las dos primeras escuelas normales
del país se instalaron en Entre Ríos, la de Paraná en 1871 y la de Concepción
del Uruguay en 1873.
Alumnas de la Escuela Normal de
Uruguay en 1909
Entre otros aciertos, Urquiza tuvo la
intuición de rodearse de eficaces colaboradores para la tarea educativa. En
1849 nombró nada menos que a Marcos Sastre como Inspector General de Escuelas
quién redactó el reglamento de escuelas y escribió el libro “Anagnosia” para la
enseñanza de la lectura. El coronel Manuel Urdinarrain también fue un activo
colaborador en materia educativa que en 1948 organizó la enseñanza primaria en
el departamento Uruguay. Con la creación del Colegio del Uruguay llegaron a
Entre Ríos docentes de notable jerarquía como Alberto Larroque, Jorge Clark,
Vicente H. Montero, Juan Manuel Blanes, Martín Ruiz Moreno, Lino Churruarín,
Carlos Tomás Sourigues, Pablo G. Lorentz, Alejo Peyret, entre muchos otros.
Fuentes:
- Salvadores, Antonino, Historia de
la instrucción pública en Entre Ríos, Gobierno de Entre Ríos, Paraná, 1966.
- Archivo General de Entre Ríos,
Hacienda, Instrucción Pública.
Imágen. Escuelas normales de Paraná y Concepción del Uruguay
Dr Mag D CARLOS GUSTAVO LAVADO RUÍZ ROQUÉ LASCANO
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