Después de casi dos años de pandemia, la Virgen María se reencontró con su hijo, Jesús, en la calle de la Amargura, en la ciudad de Huamanga, Ayacucho, a este momento se le conoce como el ¨Miércoles de Encuentro¨, en el que las imágenes de ambos se inclinan para consolarse, Jesús está con el rostro ensangrentado y su madre, asume el sacrificio de su hijo por la humanidad. Este momento es sobrecogedor, los coros cantan en quechua y la población llena de aroma de incienso la plaza. Además los acompañan las imágenes de San Juan y de la Verónicaen todo su recorrido hasta la Catedral, sobre alfombra de flores. Esta es parte de la Semana Santa que se celebra en Ayacucho.
Aunque se
presume que esta fecha religiosa vino como actividad del proceso de
evangelización, no existe tal certeza hasta el SXIX que se hacía coincidir con
actividades mercantiles como la feria del guano.
La semana
estaba organizada de la siguiente manera:
Domingo de
Ramos
Lunes y
martes, pequeñas procesiones, que luego
se suspendieron
Miércoles, de
Encuentro, Jesús con su madre
Jueves,visita
a las iglesias
Viernes,
procesión de la Virgen de la Soledad
Sábado de
Gloria
Domingo,
Pascua de Resurrección.
Esta
distribución trajo aparejada una competencia interinstitucional porque cada día
era encomendado a determinada institución del Estado que presentaba lo mejor y
también trajo un reacomodo social y económico de la ciudad, incluido el género,
como la procesión de Viernes Santo, sólo caballeros.
Actualmente,
hay algunos cambios en el rito y la liturgia que se han ido adaptando a los
tiempos. Sin embargo, algunas tradiciones aún se conservan, como el día de la
procesión del Santo Sepulcro, la población se viste de luto y se oscurece la
ciudad, en señal de respeto,se encienden los cirios y la urna ingresa a la plaza principal, seguida
de la Dolorosa, mientras se entonan cantos fúnebres.
Al parecer,
en la actualidad, después de casi tres años, se ha renovado la fe religiosa,
llegaron más de 23 mil personas a la ciudad de Huamanga para estar presentes en
esta actividad religiosa, destacándose la presencia de numeroso jóvenes, que al día siguiente se unirían a las comparsas para
festejar la Resurrección de Cristo.
La Semana Santa también ha permitido la reactivación económica de la región al poner al punto la infraestructura hotelera y servicios anexos, impulso a la artesanía, al transporte, restaurantes, etc.
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