ORDEN CABALLEROS DE
"SAN IGNACIO DE LOYOLA"
Hoy recordamos el fallecimiento de Alfonso III el Magno, rey de Asturias, en el año 910.
Último rey de Asturias, fue apodado El Magno por su gran talento político, militar y cultural. En su reinado el Reino de Asturias alcanzó su máxima extensión, dando significado al sentimiento de Reconquista.
Hijo de Ordoño I y de Nuña, pasó su infancia en Oviedo, donde recibió una esmerada educación. Con 14 años fue nombrado gobernador de Galicia, y subió al trono en el 866, con sólo 18 años, tuviendo que sofocar rebeliones internas.
Posteriormente pudo centrarse en su gran objetivo, continuar la Reconquista y expansión del reino. Conquista Coimbra y Oporto, y repele el ataque Omeya sobre León y El Bierzo. A sus 20 años conquista Denza y Atienza. En el 869 se casa con Jimena, hija del rey navarro García Jiménez, consolidando una alianza contra el invasor musulmán.
En el 878 tiene que enfrentarse a tres grandes ejércitos cordobeses. Alfonso les esperó en Polvoraria, a orillas del río Orbigo, cargando sobre el ejército que se dirigía a León, cayendo 13000 moros bajo las armas asturianas. A continuación se dirigió a Sublancia para esperar al ejército que venía del este. Al encontrarse este segundo ejército con las huestes de Alfonso en vez de con sus aliados, emprendieron la huida, pero los asturianos, conocedores del terreno, les dieron alcance y aniquilaron. El tercer ejército, que estaba atacando Coimbra, abandonó la plaza después de una gran defensa de ésta por parte de Hermenegildo.
Muhammad se vio obligado a pedir una tregua de tres años, tras la cual Alfonso atacó el valle del Guadiana. La respuesta mora es mandar 80000 hombres en dos años sucesivos contra los castillos fronterizos asturianos, consiguiendo tan solo Castrojeriz. También fracasaron los moros en un nuevo intento sobre Coimbra, muriendo su cabecilla, Sadún al-Surumbaqui.
En el 901 fue Zamora la atacada por un ejército infiel de 60000 hombres, pero tras tres días de batalla los cristianos echaron a los moros del lugar. Ya en el 907 emprendió una campaña en el valle del Tajo, llegando hasta Toledo.
Gracias a este gran número de victorias empezó a utilizar el título de Emperador.
En el 909 es traicionado por su hijo el Infante García, tras otra expedición en el Tajo, y temiendo una guerra civil se retira a Zamora. Allí murió el 20 de diciembre del 910, tras 44 años de reinado, convirtiendo el Reino de Asturias en la potencia dominante de la península, y dando paso al Reino de León.
Alfonso III se presentó como sucesor de los reyes visigodos e impulsó la redacción de diversas crónicas oficiales, tales como la Crónica de Alfonso III, la Crónica albeldense y la Chronica visigothorum. Además, el monarca asturiano utilizó el título de imperator para afirmar su independencia respecto al Imperio Carolingio y el emirato cordobés, y subrayar su superioridad sobre los restantes reinos cristianos peninsulares.
A su muerte su reinó se dividió entre sus hijos: León, Álava y Castilla para García; Galicia para Ordoño; Asturias para Fruela; Gonzalo, que era clérigo, continuó siendo arcediano de Oviedo; y a Ramiro, por su corta edad, se le dio el título de rey pero sin territorio.
Durante su reinado se produjo la consagración de la primitiva catedral de Santiago, en el 899, y la inauguración de reformas en la de Oviedo en el 905, donde está enterrado actualmente.
Uno de sus mayores aciertos que apela al sentimiento de los asturianos, es que mandó elaborar la Cruz de la Victoria, fundamental en la actual bandera de Asturias, símbolo del Principado. La joya fue hecha por orfebres francos. Ordenó su elaboración a principios del siglo X, como donación a la catedral de San Salvador. Hoy se guarda en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo y una copia cuelga del puente de Cangas de Onís.
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