Bandera de la Hispanidad en las Américas,
adoptada como símbolo de las Américas
por la séptima conferencia internacional Americana
de Montevideo el 13 de diciembre de 1933
de Montevideo el 13 de diciembre de 1933
El Gran Diccionario de la Lengua Española señala, entre sus acepciones, que Responsabilidad significa “la actitud del que cumple sus obligaciones de la forma debida”.
Responsable es quien pone cuidado y atención en lo que hace o decide.
La actitud de poner cuidado y atención, se contrapone claramente a otras dos actitudes:
1º) La del abandonado (y desperdiciado), como individuo y como miembro de la sociedad, bien representado por la figura de aquel que ha decidido que "todo le da igual".
2º) La del tramposo, igualmente nociva, de quien dice, "yo no pongo ni cuidado ni atención en lo que hago, que se embromen todos". Bien conocido como aquel cuyo habitat es el engaño, y que hace de la deshonestidad, su provecho.
Cualquiera sea la actitud de un individuo, ella es -en gran medida- consecuencia de los insumos que el ser humano recibe por parte del entorno, cuya primera expresión es el hogar; luego la escuela, el trabajo, las instituciones y la sociedad en general.
Padres irresponsables, maestros irresponsables, jefes irresponsables, dirigentes irresponsables, generan actitudes irresponsables en los hijos, en los alumnos, en los individuos y en la sociedad.
Por el contrario, cuando los padres, maestros, jefes y dirigentes tienen un comportamiento de compromiso -cumpliendo con sus obligaciones en forma debida- se genera la motivación individual y social que predispone a la mayoría de la gente a ser responsables.
Tengamos en cuenta que antes de ser padre, se es hijo; antes de ser maestro, se es alumno; antes que jefe, se es empleado; y antes de ser dirigente, se es un simple ciudadano.
Quienes estamos compartiendo este momento, seamos padres o hijos, maestros o alumnos, jefes o empleados, dirigentes o simples ciudadanos, detengamos nuestra marcha para pensar acerca de qué somos hoy y qué desearíamos realmente ser, tal vez a partir de este mismo momento, tanto como individuos que como sociedad: ¿Abandonados…? ¿Tramposos…? O bien, ¡responsables!
Copyright © 2016 by Ricardo Vanella. Todos los derechos reservados.
(Este artículo se basa en un capítulo del libro "Alimento para pensar, pequeñas reflexiones para prevenir la anorexia cognitiva").
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