La trata de personas está convirtiéndose desgraciadamente en un tema de gran actualidad. Por ese motivo, el Servicio Jesuita a Migrantes, SJM España, del que formamos parte, lanza el informe LA TRATA DE SERES HUMANOS: EL NEGOCIO DEL COMERCIO CON PERSONAS.
El objetivo que pretende es sensibilizar sobre la realidad de la trata y mover a la acción.
El mercado de la explotación global ofrece un amplísimo ámbito para los individuos responsables de la trata de seres humanos o trafficking, un negocio que pretende dar respuesta a la demanda de las actuales formas de explotación de seres humanos.
Una de sus dimensiones más notorias –aunque rara vez la única- es la explotación sexual. Sin embargo, existen otras formas de explotación de seres humanos: la explotación laboral, de menores en la industria del sexo, para la mendicidad o en la guerra, los matrimonios serviles, el tráfico de órganos, etc.
Las estimaciones del número de personas tratadas varían cada año, además, toda vez que muchas de las personas involucradas en este fenómeno son inmigrantes en situación irregular, las cifras aportadas resultan necesariamente imprecisas.
No obstante, lo más llamativo a la hora de intentar construir un contexto sobre la realidad de la trata de seres humanos, es precisamente la falta de datos, particularmente estatales y locales así como su escasa calidad.
Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT) el dato global de personas víctimas de trabajo forzoso -que para esta organización se asimilaría a la trata- alcanza la cifra de 20,9 millones de personas.
Sin embargo, las estimaciones de la OIT no incluyen los casos de trata con fines de extracción de órganos ni los de matrimonio forzado u adopción forzada, a menos que estas prácticas den lugar a una situación de trabajo o servicio forzoso.
Una de sus dimensiones más notorias –aunque rara vez la única- es la explotación sexual. Sin embargo, existen otras formas de explotación de seres humanos: la explotación laboral, de menores en la industria del sexo, para la mendicidad o en la guerra, los matrimonios serviles, el tráfico de órganos, etc.
Las estimaciones del número de personas tratadas varían cada año, además, toda vez que muchas de las personas involucradas en este fenómeno son inmigrantes en situación irregular, las cifras aportadas resultan necesariamente imprecisas.
No obstante, lo más llamativo a la hora de intentar construir un contexto sobre la realidad de la trata de seres humanos, es precisamente la falta de datos, particularmente estatales y locales así como su escasa calidad.
Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT) el dato global de personas víctimas de trabajo forzoso -que para esta organización se asimilaría a la trata- alcanza la cifra de 20,9 millones de personas.
Sin embargo, las estimaciones de la OIT no incluyen los casos de trata con fines de extracción de órganos ni los de matrimonio forzado u adopción forzada, a menos que estas prácticas den lugar a una situación de trabajo o servicio forzoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario