Una conmovedora revelación fortalecerá en esta Semana Santa la fe de muchos y ayudará a incontables incrédulos a aproximarse de la verdadera fe. El director del Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES), doctor Alfonso Sánchez Hermosilla, anunció recientemente el hallazgo de evidencia científica suficiente para suponer que el llamado sudario de Oviedo y la Santa Síndone (Sábana) de Turín han cubierto el cuerpo de la misma Persona –Nuestro Señor Jesucristo.
Sánchez Hermosilla, que es también jefe de la sección de Isopatología Forense de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), explicó que el descubrimiento fue posible gracias al microscopio de barrido electrónico que posee esa casa de estudios, con el cual fueron identificados tanto la sangre como el polen.
Preciosa reliquia, azarosa historia
El sudario de Oviedo es el lienzo funerario que cubrió el rostro de Jesucristo desde el descendimiento de la Cruz hasta el momento de ser sepultado en Getsemaní. A él se refiere San Juan cuando menciona que, al entrar en el sepulcro después de la Resurrección, San Pedro y él vieron lienzos en el suelo y también “el sudario que habían puesto sobre la cabeza de Jesús ... separado y doblado en otro lugar” (Jn. 20, 6-7), ya que había sido retirado cuando se cubrió todo el cuerpo de Jesús con otro tejido, la Sábana Santa.
La historia del tejido es muy azarosa, pues era venerado en Jerusalén hasta comienzos del siglo VII, cuando una invasión persa amenazaba la Ciudad Santa. Para ponerlo a salvo, en el año 614 fue llevado junto con otras reliquias de Nuestro Señor guardadas en la llamada Arca Santa, primero hasta Alejandría y finalmente a España. Allí fue acogido por San Leandro, obispo de Sevilla, y posteriormente llevado a Toledo, la capital del reino visigodo.
Cuando los musulmanes invadieron España, el Sudario fue nuevamente trasladado hasta las regiones montañosas del norte de la Península Ibérica, donde estaría más resguardado. En Oviedo, capital del reino de Asturias, el rey Alfonso II el Casto hizo construir en el siglo IX un recinto especial para guardarlo. Más tarde se construiría allí la Catedral de Oviedo, donde se le venera desde entonces.
El Sudario es una pieza tejido de lino de unos 83 por 53 cms., manchada en varios lados con sangre. La mancha mayor está un tanto descolorida porque los vestigios de sangre aparecen mezclados con líquido pulmonar, que con toda probabilidad emanó de la boca del cadáver de Jesús al momento de ser bajado de la Cruz.
Ahora los investigadores de la UCAM, tras analizar el tejido con el nuevo microscopio hallaron, adherido a la sangre, polen del género botánicoHelichrysum, exactamente el mismo que se halló en la Sábana Santa de Turín.
Un mismo polen, un mismo grupo sanguíneo, ¡una misma Persona!
Un mismo polen, un mismo grupo sanguíneo, ¡una misma Persona!
“Se ha descartado que se trate de una contaminación posterior –indicó la la experta en polinología del EDICES, Marzia Boi–, ya que se encuentra adherido a la sangre; es decir, que llegó a la reliquia a la misma vez que la sangre, no de forma aleatoria en algún momento a lo largo de su historia. Este dato es muy importante, pues permite demostrar la autenticidad del Sudario de Oviedo, y desmentir que se trate de una falsificación”.
El doctor Sánchez Hermosilla, por su parte señala que se trata de “una concordancia más, de primer orden, a unir junto con la creciente lista puesta de manifiesto por el estudio científico de estas reliquias de la Pasión atribuidas a Jesús de Nazaret”.
El Helichrysum fue utilizado durante miles de años como cosmético en el Medio Oriente, y era usado para la sepultura de los cadáveres de las comunidades judías del primer siglo de la era cristiana. Se lo halla en la Síndone de Turín (representa el 29,1% del polen encontrado) junto con polen de Cistaceae que constituye el 8.2%, Apiaceae en un 4.2% y Pistaciaen 0.6%.
“Todas las plantas mencionadas son de polinización entomófila: su polen se desplaza con la ayuda de los insectos y no con el aire; esto demuestra que debe haber habido un contacto directo con las plantas o con los productos de uso funerario. La lista de los pólenes revela la traza de las plantas más usadas en los antiguos ritos funerarios. Los pólenes reconocidos aclaran que la tela fue tratada con aceites y ungüentos, así como probablemente el cuerpo que envolvió”, explicó la Dra. Boi.
Según la investigadora, “los pólenes dominantes en la Síndone son la imagen del ritual funerario según las costumbres de hace 2000 años en Asia Menor”. Corresponden a los “ingredientes de los ungüentos y aceites más preciados de la época, que quedaron extraordinariamente guardados en la tela”.
Vivo retrato del drama del Gólgota
Investigaciones anteriores como las de Pierluigi Baima Bollone, ya revelaron que existen varias concordancias entre ambas reliquias: el Sudario de Oviedo tiene manchas de sangre humana y del grupo AB, que es el mismo grupo sanguíneo de la sangre de la Sábana Santa.
Además, las manchas de sangre de este encajan matemáticamente con las manchas de sangre del rostro de la Santa Síndone, lo que sólo se explica si los dos lienzos cubrieron el mismo rostro.
Ahora, la identificación del mismo polen que la Síndone sobre el Sudario de Oviedo aporta un elemento adicional de certeza, no sólo de que ambas piezas cubrieron el rostro del mismo cadáver en momentos diferentes, sino de que ese cadáver era el de Jesucristo, “verdadero Dios y verdadero Hombre”.
La tragedia del Gólgota, el terrible precio de nuestra Redención aparecen así retratados en toda su dramaticidad, para confirmarnos en nuestra fe y movernos a una gratitud sin límites hacia el sacrificio con el cual el divino Salvador pagó por nuestros pecados y nos abrió las puertas del Cielo, si sabemos corresponder a su abnegación infinita.
Vea la animación del Centro Español de Sindonología, elocuente testimonio de la Pasión de Nuestro Señor: http://www.linteum.com/el-santo-sudario-galeria-multimedia.php
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