martes, 9 de septiembre de 2014

Guaraníes jugaban al fútbol cuando llegaron los jesuitas en el siglo XVII.




orden de los caballeros de 
su santidad el papa 
"san ignacio de loyola" 


Los indios guaraníes que habitaban gran parte de Sudamérica, desde los actuales territorios de Bolivia a Argentina, incluido parte de Brasil y Uruguay, ya jugaban a un deporte similar al fútbol cuando los jesuitas se instalaron en el siglo XVII, según documentos de esa congregación religiosa en Paraguay.
Un material audiovisual que resume una recopilación de documentos históricos de la congregación de los jesuitas, sumados a vestigios de las reducciones (pequeñas comunidades) donde los misioneros albergaban a los aborígenes para evangelizarlos, fue lanzado por la Secretaría de Cultura de Paraguay bajo el título: "Los guaraníes inventaron el fútbol".
"No buscamos aquí una reivindicación a favor de los guaraníes sino simplemente poner de resalto una curiosidad, de que el juego de la pelota con los pies ya existía cuando llegaron los jesuitas poco después del 1.600", dijo a la AFP la ministra de Cultura Mabel Causarano. La creación del fútbol es atribuida a Inglaterra, país que reglamentó el juego en 1863 a través de la Football Association (FA), la primera asociación del fútbol.
En 1609 se fundó la primera reducción de indios guaraníes bajo el nombre de San Ignacio Guazú, a 250 km al sureste de Asunción. Paradójicamente es una de las pocas que sigue en pie, en cuyo alrededor se erige toda una ciudad.
En sus alrededores, en unos 150 km a la redonda, se encuentran otras siete ruinas de reducciones jesuíticas que el gobierno y los religiosos tratan de conservar con todos sus tesoros (altares, imágenes, estatuas, cuadros, muebles, vestuarios y edificaciones en general).
Se llegaron a fundar más de 30 pueblos en territorios que hoy pertenecen a Paraguay, Bolivia, Brasil, Argentina y Uruguay.
El párroco de San Ignacio, el cura español Antonio Betancor, describe a las reducciones como pequeñas comunidades autosuficientes donde se entrenaba a los nativos en técnicas de agricultura, artesanía, construcción, dibujo, pintura, escultura, astronomía, modelos casi utópicos de convivencia como los descriptos en su obra La Utopía por Tomas Moro (1478-1535) "La utopía de esta forma de organización duró 159 años hasta la expulsión de los jesuitas por la Corona española, hecho que provocó el desbande indígena pero cuya organización socioeconómica (1609-1768) quedó indeleble en el tiempo".
Las habilidades de los nativos con el balón ya eran reportados en las cartas anuas (los informes anuales) que enviaban los responsables jesuitas a la jefatura provincial en Roma. El historiador Jorge Rubbiani advierte que un objeto redondo que salta por el que se disputan los hombres en un juego se remonta a la antigüedad.
"Yo no creo que los guaraníes hayan inventado el fútbol, solamente que cada civilización le va agregando cosas con el tiempo. Es puro sentido común", agrega.
'Mangai', juego con balón de los guaraníes
Pero admite que cronistas jesuitas del siglo XVII y XVIII, específicamente en 1639, en 1751 y 1777, reportan el juego de la pelota con el pie al que llamaban "mangai".
Se trata del producto de la pulpa o la resina de un árbol conocido como Mangaisí, de un color parecido y pegajoso como la miel de abeja, o como el caucho. Julio Galeano, director del Museo de San Ignacio, hace notar que la planta todavía hoy crece en la plaza de la Iglesia.
"Los guaraníes hacían una incisión vertical en la corteza para extraer el líquido espeso y pegajoso". "También se usaba este líquido para la caza de loros.
Se untaba por la rama de los árboles y estas aves quedaban pegadas", abona Rubbiani. El historiador asegura que en el Amazonas, también se encontró que los silvícolas recurrían a este tipo de planta para fabricar una pelota.
El padre Bartomeu Meliá, un jesuita estudioso de la cultura guaraní, explica que la pelota se hacía sobre una base de bolita de arena húmeda a la que se adherían capas y capas del caucho. Con una bombilla de bambú soplaban para darle el diámetro adecuado para el juego.
El padre Betancort añade: "La pelota daba muchos rebotes y los jugadores tenían que tener mucha habilidad para controlarla, driblear o rematar para generar la diversión, tanto de los participantes como de los espectadores". 
Ganador, por cansancio
"No había arcos. Se declaraba perdedor al equipo que se retiraba por cansancio". Este juego se practicaba todos los domingos después de la misa y podía durar hasta la puesta del sol.
"El único problema con este juego era que el partido siempre terminaba 0 a 0", bromea el responsable del museo. El periódico del Vaticano, Il Observatore Romano difundió en el 2010 el reporte jesuita de la época sobre el juego del fútbol en las misiones y que se conserva en Roma."Esa publicación nos animó a producir el audiovisual que titulamos "Los guaraníes inventaron el fútbol", dijo la ministra Causarano.
Pero Rubbiani reitera que los aztecas, los incas o individuos de otras culturas en el mundo tuvieron sus modalidades parecidas. Lo que llama la atención es que perdura la de los reportes de los jesuitas que por 150 años pusieron en práctica la teoría de Tomás Moro, el pensador inglés.

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