lunes, 5 de mayo de 2014

Las Cruzadas en América. Las Bulas alejandrinas y la evangelización de "Las Tierras Encantadas del Nuevo Mundo". Soberana Compañía de LOYOLA SCL




Los Reyes Católicos, nada más tener conocimiento del descubrimiento de América y de la entrevista de Colón con el rey de Portugal, recurrieron a Roma y obtuvieron de Alejandro VI cinco bulas en 1493 (entre el mes de marzo –regreso del primer viaje- y septiembre –partida del segundo viaje)-. Los términos usados en este documento respecto al acto jurídico que Alejandro VI había querido establecer a través de la bula Inter Caetera (concesión, concedidas), parece no dejar lugar a dudas sobre la interpretación que los destinatarios de las letras apostólicas dieron a las mismas.


Los reyes católicos parecen reconocer al Pontífice la capacidad de "conceder" las tierras recientemente descubiertas, y aceptan con total responsabilidad el mandato anejo de evangelizar a sus pobladores .Con la bula Inter Caetera de 3 de mayo de 1493 de Alejandro VI se concede a los Reyes las tierras descubiertas y por descubrir hacia occidente, con tal de que no pertenezcan a ningún otro príncipe cristiano. Al día siguiente, 4 de mayo, se concede la Inter. Caetera de partición, porque traza una raya o meridiano a cien leguas al Oeste de las Azores y Cabo Verde.

La bula menor Eximiae devotionis sinceritas de 3 de mayo, es la bula de privilegios y concede a los Reyes españoles los mismos que tenían los de Portugal y que se habían mencionados en la primera Inte .Caetera pero que se habían omitido en la segunda. Por la Piis Fidelium de 26 de junio se concede a Fray Boyl y a los religiosos que le acompañaban facultades canónicas de carácter extraordinario. En consonancia con la misión iniciada en Canarias, la bula dispensaba a los franciscanos de las normas de ayuno y abstinencia precisas para el estilo de vida y dieta de las nuevas tierras.

En estas bulas se establece una separación desde 100 leguas al oeste de las Azores entre la nunciatura de Guinea y la reciente para las islas recién descubiertas. En las instrucciones entregadas el 29 de mayo se insistía en la instrucción en la fe cristiana y el buen trato por ser súbditos libres de los monarcas, y en la creación de establecimientos permanentes para la práctica del comercio. El 7 de junio de 1494, por el Tratado de Tordesillas, la demarcación territorial queda convertida en una línea recta o meridiano de 370 leguas de las Islas de Cabo Verde.


Aunque la Santa Sede queda de algún modo marginada delegando en los Reyes la empresa, el Papa impone la condición de evangelizar a la Corona Española: Colón –consciente del espíritu misionero de los monarcas- escribirá en su Diario: "Crean Vuestras Altezas (los Reyes) que en el mundo todo no puede haber mejor gente ni más mansa; deben tomar... grande alegría porque luego los harán cristianos y los habrán enseñado buenas costumbres de sus reinos, que más mejor gente ni tierra puede ser..." (Diario 24-XII-1492) "...fallé muchas islas pobladas con gentes sin número... A la primera que yo fallé puse nombre San Salvador a conmemoración de su Alta Majestad, el cual maravillosamente todo esto ha dado... Así que monstruos no he hallado noticia, salvo de una isla que es Caribe... poblada de una gente que tienen en todas las islas por muy feroces, los cuales comen carne humana." (Carta a Luis de Santángel) 15-II-1493. El mismo Colón en su diario, día 11.11, anota: "Y creo que ligeramente se harían cristianos, que me pareció que ninguna secta tenían". Y al día siguiente: "Tengo por dicho...que sabiendo la lengua dispuesta suya algunas personas devotas religiosas, que luego todos se tornarían cristianos".


Establecida la Corte en la ciudad condal, los reyes don Fernando y doña Isabel, con el príncipe heredero don Juan y todo su séquito, el 3 de abril de 1493 reciben a Colón en Barcelona, bautizando los 6 primeros indios. Como anota Olaechea, Colón “no dejaría de percatarse de que allí se le ofrecía una oportunidad para plasmar un anhelo de los Reyes Católicos, en especial de la reina Isabel, que se cifraba en la difusión de la fe cristiana en las tierras ultramarinas, que para ello constituía uno de los objetivos fundamentales de la empresa y cuyos primeros frutos tenían ahora la ocasión e comprobar [...]Isabel la Católica acumulaba en este histórico acto y en todo el proceso americano de su vida suficientes méritos para ser considera como una verdadera madre de América” Los objetivos de los Reyes Católicos quedan claramente formulados en la “Instrucción” para Colón, el día 29 de mayo de 1493: “deseando que nuestra Santa Fe Católica sea aumentada y crecida, mandan y encargan al dicho almirante, visorrey y gobernador, que por todas las vías y maneras que pudiere, procure y trabaje a traer a los moradores de las dichas islas y Tierra Firme a que se conviertan a nuestra Santa Fe Católica” Se insta a Colón a que todos los que vayan con él “traten muy bien y amorosamente a los dichos indios, sin que les hagan enojo alguno y procurando que tengan los unos con los otros mucha conversación y familiaridad”.

Desde el inicio, la Corona mantuvo la postura de que la empresa de Indias tendría su meta en el campo religioso. Descubrir y colonizar era ganar almas y salvarlas, era dar gloria a Dios y brillo a la Iglesia. “Damos muchas gracias a Nuestro Señor por todo ello, porque e esperamos que con su ayuda este negocio vuestro será causa que nuestra santa fe católica será mucho más acrecentada”, escribieron los Reyes a Colón el 16 de agosto de 1494. Y éste era el estribillo de sus pensamientos y deseos: que la presencia misma de los españoles invite a los indios a abrazar el cristianismo, “porque la conversión de ellos podría atraer a los que habita en dicha tierra al conocimiento de Dios Nuestro Señor, e a reducirlos a nuestra fe católica”.

En la “Instrucción…para la población de las islas y tierra firme descubiertas y por descubrir en las Indias” (23 de abril de 1497) se da al Almirante esta norma: “Que se conviertan a nuestra Santa Fe Católica y que a ellos y a los que han de estar en las dichas Indias sean administrados los sacramentos por los religiosos e clérigos que allá están e fueren”.

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