domingo, 27 de abril de 2014

Roma: Misa en honor de San José de Anchieta SJ. Primer Jesuita que San Ignacio envía a América. Era tal la alegría que tenía tal el gozo, que fundó una nación.


S.S. Francisco Papa, presidió el jueves la misa de acción de gracias por la canonización del jesuita canario José de Anchieta en la iglesia de San Ignacio de Roma. Fue una liturgia en portugués, en honor del evangelizador de Brasil, y estuvo acompañado de los cardenales brasileños Damasceno, Hummes, Braz y Scherer, el general de los jesuitas, Padre General Adolfo Nicolás SJ, y otros muchos obispos, en un templo en el que no cabía un alfiler.

Estos son algunos párrafos de su homilía: 

«También san José de Anchieta supo comunicar lo que él había experimentado con el Señor, “lo que había visto y oído” de Él; lo que el Señor le comunicó en sus ejercicios. Él, junto a Nóbrega, es el primer jesuita que Ignacio envía a América.

Un chico de 19 años. Era tal la alegría que tenía, tal el gozo, que fundó una nación, puso los fundamentos culturales de una nación en Jesucristo. No había estudiado teología, no había estudiado filosofía; era un chico, pero había sentido la mirada de Jesucristo y se dejó alegrar, y optó por la luz. Ésa fue y es su santidad. No le tuvo miedo a la alegría. San José de Anchieta tiene un hermoso himno a la Virgen María, a quien, inspirándose en el cántico de Isaías 52, compara con el mensajero que proclama la paz, que anuncia el gozo de la Buena Noticia. Que Ella, que en esa madrugada del domingo, insomne por la esperanza, no le tuvo miedo a la alegría, nos acompañe en nuestro peregrinar, invitando a todos a levantarse, a renunciar a la parálisis, para entrar juntos en la paz y la alegría que Jesús, el Señor Resucitado, nos regala.»


Además, durante la ocasión, el Sumo Pontífice expresó que “la alegría del encuentro con Cristo es contagiosa y grita en la noche. Y ahí crece la Iglesia”. También enfatizó que “la Iglesia no crece por proselitismo. Crece por la atracción testimonial”. “Nosotros, como los apóstoles, también le tenemos miedo a la alegría”.


 GENERAL SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR DE LA ORDEN DE CABALLERÍA



San Ignacio Lazcano de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que  el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo  Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.

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