viernes, 12 de abril de 2013

LOS JESUITAS, PODER Y GLORIA DE LA IGLESIA CATOLICA. Escrito por el Obispo Auxiliar de Detroit Daniel E. Flores *.






El papa Francisco es el primero que pertenece a la Compañía de Jesús, orden religiosa masculina perteneciente a la Iglesia Católica Romana de profundas raíces vascas y con vocación misionera y pedagógica cultural y científica. Han pasado 265 pontificados para que un jesuita, el recién nombrado 

Francisco fuera designado como cabeza del catolicismo. Perteneciente a la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola en el siglo XVI, es una orden religiosa clave para entender la evolución histórica de la Iglesia.
¿Pero, que representan los jesuitas? Los Jesuitas son la artillería pesada de la Iglesia Católica, son los servidores más férreos al ideal de dios; se podría decir que son como la CIA del vaticano. Se dice que la orden Jesuita es la que concentra a los evangelizadores más duros de la religión, a los exorcistas verdaderos y a los más austeros seguidores de Cristo, a quienes no les importan las riquezas, más que servir a Dios, "su entrega y la defensa de la Iglesia, porque han sido siempre muy ortodoxos de doctrina. 

Napoleón Bonaparte hizo esta afirmación: "Los Jesuitas son una organización militar, no una orden religiosa. Su jefe es un general de un ejército, no un mero padre abad de un monasterio. Y la meta de esta organización es: PODER. Poder en su ejercicio más déspota. Poder absoluto, poder universal, poder para controlar al mundo por la volición de un solo hombre. El Jesuitismo es el más absoluto de los despotismos; y al mismo tiempo el más grande y más enorme de los abusos...

" Como ya habíamos señalado, la orden de los Jesuitas se fundó en 1539 en Roma (Italia) por Ignacio de Loyola, un exsoldado de familia noble vasca de Azpeitia (Guipuzcoa), que encontró la fe tras ser herido durante una batalla en Pamplona en 1521, y aprobada por la Santa Sede en 1540, a raíz de la bula del Papa Paulo III “Regimini Militantes Ecclesiae”. Tiempo después y mirando hacia su juventud, Ignacio dijo de sí mismo: “Fui un hombre dedicado a la vanidad del mundo, para quien el mayor placer eran las artes marciales, con el vano deseo de adquirir celebridad”. 

John Adams (1735-1826), 2do. Presidente de los Estados Unidos de América "La historia de los Jesuitas, quizás no se ha escrito de forma muy elocuente, y sin embargo, está apoyada por autoridades incuestionables. La restauración de la Orden Jesuita en el año 1814, llevada a cabo por el papa Pío VII, representó ciertamente un paso hacia la crueldad, la oscuridad y el despotismo, y muerte. No me gusta la apariencia de los Jesuitas. Si alguna vez ha habido algún grupo de hombres que ha merecido condenación aquí en la tierra y en el infierno, esta es la Sociedad de Ignacio de Loyola [Jesuitas]" Los jesuitas tiene una estructura de tipo casi militar (obediencia absoluta), una misión clara (a mayor gloria de Dios), una total despreocupación por los éxitos mundanos (deseos vanos).


Con el lema latino “Ad maiorem Dei gloriam” (A la mayor gloria de Dios), la orden jesuita se propone difundir la fe católica a través de las misiones, el apostolado, la enseñanza y la ciencia. 

General y hombre de estado francés Marqués de Lafayette (1757-1834) "Es mi opinión en cuanto a que si las libertades de este país, los Estados Unidos de América, llegan a desaparecer, habrá sido por la sutileza de los sacerdotes Jesuitas católico romanos, ya que son los más astutos, y peligrosos enemigos de las libertades civiles y religiosas. Ellos han instigado la mayor parte de las guerras en Europa." "La guerra civil americana, nunca hubiera sido posible sin la siniestra influencia de los Jesuitas." (Abraham Lincoln (1809-1865), Presidente de los Estados Unidos de América). 

Según sus normas, trabajan por la evangelización del mundo, en defensa de la fe y la promoción de la justicia, en permanente diálogo cultural e interreligioso y el motor de la compañía es profundizar en los estudios humanísticos y científicos para entregarlos en las escuelas y colegios que se fueron abriendo en Europa. Desde sus inicios, los jesuitas dirigieron los centros de educación superior más importantes de Europa, entre ellos el prestigioso Colegio Romano, y prestaron servicios en países donde la religión católica era perseguida o prohibida.


Especialmente importante fue la labor emprendida por el también vasco San Francisco Javier en su tarea misionera de conversión en la India, Japón, hacia donde partió en 1549 cuando aún no había llegado ningún europeo. La Compañía de Jesús tuvo un papel decisivo durante la Contrarreforma, la reacción de la Iglesia a la reforma del protestante de Lutero, y relevante fue su papel en el transcurso del Concilio de Trento, entre 1545 y 1563, en el que destacó la participación de los teólogos jesuitas Salmerón y Laínez. 

 "Los Jesuitas son una sociedad secreta, como tipo de orden masónica, pero con sobre añadidas horrorosas y detestables características, mil veces más peligrosa."(Samuel Morse (1791-1872), el inventor del telégrafo). 

A la muerte del fundador, en 1556, la Compañía se había extendido por todo el mundo al servicio de la Iglesia y del Romano Pontífice. Los jesuitas además de los tres votos religiosos -pobreza, castidad y obediencia; pero los jesuitas profesan un cuarto, el de obediencia al Papa, al que se unen así de una forma especial. 

A lo largo de los más de 400 años de historia, la Compañía de Jesús ha sufrido diversos avatares, por las sospechas que despertaban algunas de sus actividades, como por ejemplo, las misiones en las Reducciones del Paraguay, una especie de comunidades agrícolas que los jesuitas desarrollaron con los indios guaraníes en los siglos XVII y XVIII. Los jesuitas tuvieron problemas con la Inquisición: fueron expulsados de Portugal (1559), de Francia (1764) y de todos los dominios del Rey de España Carlos III en 1767. 

"El General de los Jesuitas insiste en ser el amo, soberano, sobre los soberanos. Donde quiera que los Jesuitas sean admitidos ellos serán los amos, cueste lo que cueste. La sociedad de ellos es por naturaleza dictatorial, por lo tanto, es el irreconciliable enemigo de toda autoridad constituida. Todo acto, todo crimen, por más atroz, es un trabajo meritorio, si es cometido por los intereses de la Sociedad de los Jesuitas, o por orden del General." -- General Montholon, (Memorial of the Captivity of Napoleón at St. Helena, págs. 62, 174.) 

En 1773, la Compañía de Jesús fue suprimida por un edicto promulgado por el Papa Clemente XIV y restituida en todo el mundo en 1814 por el Papa Pío VII. 

Una vez restaurada, la Orden continuó su expansión, también en España, de donde en el siglo XIX fue suprimida en cinco ocasiones y disuelta en el XX, cuando en 1932 el gobierno de la Segunda República declaró inconstitucional el voto especial de obediencia al Papa. En 1938, los jesuitas recobraron en España la situación jurídica anterior a la Constitución de 1931. 

Presente en 127 países, la Compañía de Jesús está dividida en 91 provincias, agrupadas a su vez en diez “Asistencias”, de las cuales, la más numerosa es la de Asia Meridional con 4.081 jesuitas, el 20,9 % del total, según datos de la Compañía de 2007. 

En una carta de John Adams al Presidente de los Estados Unidos Thomas Jefferson, acerca de los Jesuitas, leemos: "¿No tendremos enjambres regulares de ellos aquí, en tantos disfraces como sólo un rey de los gitanos puede asumir, vestidos de pintores, editores, escritores y rectores académicos? Si alguna vez hubo un cuerpo de hombres que merecían maldición eterna en la tierra y el infierno son estos de la Sociedad de Loyola." [George Reimer, The New Jesuits, Little, Brown, and Co., 1871, pág. 14]. 

En cuanto a las provincias, las más numerosas son las de Italia y la de Castilla (España), y por países, Estados Unidos y La India son los que cuentan con mayor número de jesuitas. En total, la Compañía de Jesús la integran 19.126 jesuitas, según el último censo de 2007, por lo que es la orden religiosa masculina de la Iglesia Católica con el mayor número de miembros. En España hay un total de 1.534 jesuitas. 

De los treinta prepósitos que han dirigido la orden desde su fundación, siete han sido españoles, entre ellos el fundador Ignacio de Loyola (1541-1556), así como Pedro Arrupe, quien durante su mandato (1965-1983) mantuvo unas difíciles y turbulentas relaciones con el Vaticano. En América, los aborígenes fueron obligados a vivir en reducciones, para facilitar su evangelización, y adaptación a las costumbres europeas, y allí fue fundamental la labor de las órdenes religiosas, sobre todo la de los jesuitas, que en muchos casos excedió el deseo de los grupos gobernantes, a quienes menoscabaron poder, motivando la expulsión de los jesuitas.


En América; los jesuitas llegaron a Brasil ya en el generalato de San Ignacio. En el gobierno de San Francisco de Borja ingresaron a Florida, Perú y México. Y en el de Claudio Acquaviva a Canadá, Nueva Granada, la Presidencia de Quito y otras zonas. De acuerdo a sus nacionalidades, los misioneros jesuitas se distribuyeron en las distintas posesiones de las potencias europeas. 

Canadá: fue evangelizado por jesuitas franceses. La inmensidad del territorio, el clima y la hostilidad de los hurones e iroqueses convirtieron a la canadiense en una de las misiones más difíciles de la Compañía. No faltaron los mártires: los Padres y Hermanos Jean Brebeuf (martirizado en 1649), Noël Chabanel (1649), Antoine Daniel (1648), Charles Garnier (1649), René Goupil (1642), Isaac Jogues (1646), Jean de Lalande (1646) y Gabriel Lalemant (1649). Esta misión incluyó territorios que hoy pertenecen al Estado de Nueva York y consiguió convertir a miles de hurones, no así a los iroqueses, que siempre fueron hostiles hacia los europeos. 

Mississippi: fue explorado y evangelizado por jesuitas franceses. Entre ellos destacó el Padre Jacques Marquette (1637-75) quien, con el explorador Louis Jolliet fue el primer europeo que recorrió y cartografió el río Mississippi desde el territorio norteño de Nueva Francia (1673). Fundó algunos poblados en Nueva Francia (actual Estado de Míchigan).


Iglesia de la Compañía de Jesús en Córdoba (Argentina)Complejos agrícolas jesuíticos en Sudamérica: Los jesuitas fueron innovadores en la explotación de sus haciendas y propiedades en la América Hispánica. Durante los siglos XVII y XVIII supieron gestionar verdaderos emporios agro-industriales con métodos de gerencia que se adelantaron a los utilizados en la actualidad. Entre ellos, uno de los más importantes fue la explotación de las minas de Paramillos de Uspallata -en Argentina- de plomo, plata y cinc. Además agregaron la participación patrimonial de lo recaudado en las haciendas para luego ser redistribuido entre indígenas, esclavos y empleados, llegamos a la conclusión que fueron los primeros en otorgar una suerte de “títulos de propiedad” a sus subordinados. 


A través de la historia, la Orden Jesuita se ha relacionado con la guerra y el genocidio, siendo quitada oficialmente de muchos países, incluyendo Francia e Inglaterra. Como los investigadores afirman que los Jesuitas son los verdaderos controladores espirituales del nuevo orden mundial, el autor Phelps también ha pedido el destierro de la orden en EE.UU. 


 La finalidad de estas propiedades era sostener sus colegios, pues éstos -debido a una rigurosa concepción del voto de pobreza- eran gratuitos. Sin embargo, la riqueza de estos complejos y haciendas atrajo la ambición de las Coronas y particulares y, a la larga, fue un factor para la supresión de la Orden. 


Durante el siglo XX, y tras el Concilio Vaticano II, el gran movimiento de renovación interno de la Iglesia desde Trento, la Compañía de Jesús se adaptó a los nuevos tiempos de forma desigual.


La disminución del número de vocaciones y el ascenso imparable de otras corrientes católicas, como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo; hicieron que su influencia, en líneas generales, disminuyera enteros. 

Marcial Maciel; El delator. 
(Este fragmento es tomado de la revista emeequis en su edición de marzo, Fecha de publicación: 03/03/2013 En: Sociedad) 

Un reporte de los aparatos de inteligencia de esos años da cuenta de la información que reportaba sobre los miembros de la orden de la compañía de Jesús, a quienes definía como subversivos. 

El sábado 29 de julio de 1972 un agente de la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales (DIPS) redactaba para sus superiores y para el entonces secretario de Gobernación, Mario Moya Palencia, el siguiente reporte: “El sacerdote Marcial Maciel, director general de la Orden Legionarios de Cristo, manifestó que tiene una profunda preocupación porque ha observado que dentro de su orden, los jóvenes están siendo seducidos por la Orden del Sagrado Corazón de Jesús (Jesuitas), los que han hecho desertar de sus legionarios a numeroso grupo…


“…Considera que los elementos que más fácilmente son inducidos a un adoctrinamiento son los jóvenes mexicanos, entre los que predominan grupos de Chihuahua y Monterrey; éstos son enviados a la ciudad de Roma, en donde los jesuitas poseen un colegio al que denominan ‘Mundo Mejor’, en el cual son sujetos a un sistema de ‘mentalización’, que no es otra cosa que adoctrinarlos en el comunismo, maoísmo y técnicas de subversión…”. 

Estos son dos párrafos de un documento casi perdido entre millones de folios de la Galería 1 del Archivo General de la Nación, donde se resguardan acervos mayormente de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y, en menor cantidad, de la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales (DIPS). 

Dos de cinco párrafos extraviados durante décadas, que alumbran otra parte del perfil de uno de los hombres más cuestionados y polémicos de la historia reciente: Marcial Maciel Degollado, el sacerdote pederasta, pero esta vez en su papel de delator de “jesuitas subversivos”. 

http://www.m-x.com.mx/2013-03-03/marcial-maciel-el-delator/   

Datos curiosos. 
Según una profecía de Nostradamus, el sucesor sería de piel oscura y el último antes del temido Apocalipsis. 

En la edad media, entre la peste y la incertidumbre que existía en aquellos momentos, en el Vaticano residía el hombre con mayor poder para esa época de oscurantismo y miedo absoluto al castigo de Dios. La visión que llegó a Nostradamus le hablaba de un hombre con mucho poder en el siglo XXI. Para Nostradamus, después de que el Papa Juan Pablo II falleciera, sólo otro Papa podría acumular tanto poder.


Sin embargo, en ese momento la profecía no se cumplió, y vuelve a desempolvarse luego de que el papado de Benedicto XVI se interrumpiera por su renuncia. 

Las sentencias proféticas se explican cuando se cumplen. Nostradamus habló de “la guerra por el oro negro” y tuvo que vivirse la guerra del petróleo para que entendiéramos a qué se refería. Con respecto al Papa negro, muchos pensaron que se refería a un hombre de raza negra. 

El Papa Francisco es jesuita. Pertenece a la orden de San Ignacio de Loyola, fundador de esa compañía. La organización de los jesuitas es similar a la del clero secular. Hay superiores por zonas y un generalísimo que ejerce su autoridad en todo el mundo y reside en el Vaticano. Curiosamente es llamado “Papa negro” por su vestimenta. 

Si bien el actual Papa no llegó a ese cargo, fue superior de los jesuitas para todo el territorio argentino. Tenemos entonces, un “Papa negro”, la profecía ¿se ha cumplido?...


Daniel Ernesto Flores is an American prelate of the Roman Catholic Church. He currently serves as the Bishop of Brownsville since December 2009. He had previously served as an auxiliary bishop of the Archdiocese of Detroit. BornAugust 28, 1961 (age 51), . Wikipedia

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