martes, 28 de abril de 2009

DEFINICIONES PARA LA ORDEN DE SAN IGNACIO DE LOYOLA.

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Orden de los Caballeros de 
San Ignacio de Loyola`

DEFINICIONES



CABALLEROS SIGLO XXI

"No me interesa saber cuantos hombres tiene, ni qué unidad es, sólo quiero saber el nombre del Co-mandante, en él encontraré la respuesta al verdadero valor de esa unidad"

Napoleón Bonaparte

Orden de caballería, código de comportamiento practicado en la edad media por el caballero o soldado a caballo. De variados orígenes, se forjó en el siglo XII, floreció en el XIII, declinó en los siglos XIV y XV y se transformó en el XVI en el ideal renacentista de la caballerosidad.

ORIGENES DE LA CABALLERÍA

Los guerreros germanos que recorrieron Europa al principio de la edad media (siglo V), luchaban a pie, pero en el periodo abarcado entre los años 700 y 1000 se crearon fuerzas de caballería para oponerse a las invasiones de los musulmanes, vikingos y magiares. En el siglo XI, la nobleza de las tierras comprendidas entre el Loira y el Rin adoptó de forma generalizada un entrenamiento específico que dependía de las tácticas militares para ejercer la lucha a caballo, al igual que asumieron el feudo y el vasallaje propios del feudalismo. De este modo, en el siglo XII, el término francés chevalier (‘jinete’) adquirió una connotación honrosa y la palabra inglesa knight (derivada del vocablo anglosajón cnight, que significaba ‘sirviente’) vino a tener el mismo sentido. El carácter y los ideales de la caballería adquirieron una mística tal que combinaba las cualidades aristocráticas, las virtudes cristianas y el amor cortés femenino. El caballero ideal debía ser un hombre valeroso, leal y generoso, como los héroes de la poesía épica. A los ojos de la Iglesia, debía poner su espada al servicio de la pobreza y de la necesidad y, especialmente, al servicio de las Cruzadas dirigidas a Tierra Santa. Del sur de Francia procedió la idea de que un caballero debía servir a una dama (a veces prometida o casada con otro) a la cual él amaría apasionadamente, aunque sin esperanzas. Los romances franceses y las canciones de gesta cantadas por los trovadores reflejan esta ética caballeresca.

Las ocho puntas de la cruz, símbolo de la Orden , hacen referencia a las ocho Bienaventuranzas y nos recuerdan visiblemente su espiritualidad.

Los miembros de la Orden de San Ignacio de Loyola, en base a la Carta Constitucional , se comprometen a tener una conducta cristiana, ejemplar en la vida privada y pública, contribuyendo a mantener viva la tradición de la Orden.

La Orden permanece fiel a los principios que inspiraron su fundación: la defensa de la Fe y el servicio a los necesitados. Sus miembros combinan vocación y compromiso con la solidaridad, la justicia, y la paz, basándose en la enseñanza de la doctrina evangélica, ejerciendo una caridad dinámica y operativa, sustentada por la oración. No se es Caballero o Dama sólo por privilegio de nacimiento o por méritos adquiridos, sino por haber sabido responder a la invitación de trabajar allí donde surgen necesidades materiales y morales, allí donde se encuentre el sufrimiento.

Orden : Una Orden está constituida por un conjunto o congregación de personas, reunidas bajo el mismo ideal espiritual, que tiene por objetivo un Noble fin. Implica dirección a un mismo objetivo en unidad jerárquica.

Laica : Significa que no hay dependencia directa de ninguna estructura eclesiástica, sino sólo de las de la propia Orden. Los votos de pobreza y castidad medioevales, son conservados en la forma de humildad y fidelidad. Se mantiene, sin embargo, el voto de obediencia.

Caballería Espiritual. En el ámbito trascendente se refiere a la custodia y adecuada transmisión de lo sagrado. En lo profano, la defensa de la justicia. El Caballero (o Dama Templaria), siempre antepone los intereses de quien defiende o protege a los propios.

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