En estos tiempos difíciles, cuando el mundo está plagado de una pandemia global que nos aflige como una plaga medieval, es importante recordar que, además de los peligros del combate, los Caballeros de la Cruzada también sufrieron enfermedades mortales que devastaron periódicamente sus filas sin los beneficios de la medicina moderna.
Como General de nuestra Orden, exhorto a todos nuestros Caballeros y Damas a que se vuelvan a dedicar a nuestra vocación de caballero al contemplar los sacrificios de aquellos que emprendieron las dificultades y los peligros de la Cruzada y rezo por aquellos caballeros que hicieron el sacrificio supremo por la fe.
General de la Orden de San Ignacio de Loyola
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